Prólogo

993 41 9
                                    

Durante el transcurso de estos años de mi vida, he tenido que experimentar el lado oscuro del amor. Sí, el amor es abstracto y supone ser mágico. Pero me quitaron todo lo necesario para volver a querer.
Me siento totalmente vacía. No hallo razones para darle a mi vida el rumbo que desde un principio pensaba darle. Me arrebataron lo que en algún momento me daba oxígeno para vivir.
Las noches en vigilia se han convertido en el escenario perfecto para crear maravillosas historias de terror dignas de una película, donde los protagonistas son mis pesadillas. Mis recuerdos. Esos que me hacen despertarme totalmente confundida, y no me dan alientos para dormir.
Quizás mi terapeuta no me está dando la medicación necesaria. Quizás estoy intentando luchar contra algo que no está ahí pero no lo puedo olvidar porque se quedó en mí. No existe ni siquiera la voluntad para comer. Todo eso está perdido.
Me quitaron todo lo que me hacía ser mujer. Ahora me siento como una bolsa a la deriva del viento. Fue como cuando le quitas su juguete favorito a un niño: por más que intentes llenar ese vacío con otro juguete, sabes que no tiene el mismo valor en tu vida como lo fue tu primer juguete. Como lo fue tu primera vez.
¿Mis sueños? Ya no existen. No recuerdo la última vez que hice algo para alcanzarlos. Realmente perdí la motivación para seguir haciéndolo. Es increíble cómo lo que supone ser tan bonito te da el puñal por la espalda dejándote completamente devastada.
Quiero hacer algo por mí, pero quiero hacerme creer que puedo hacerlo sola. Bueno, desde hace 10 años que estoy sola. No me atrevo a dar el siguiente paso por más que intente luchar contra mis demonios internos.
Necesito recuperar aquello que algún día me juraron y prometieron de por vida. Pero no puedo volver a confiar en el ser que me quitó todo lo que me hacía feliz.
Me siento culpable por todo lo que pasó, estúpida e ingenua. Ahora que lo pienso, siento que pude haber hecho muchas cosas para evitarlo. Pero me pudo el miedo, la cobardía. No quisiera tener que darle el gusto de acabar con todo esto de una vez por todas, pero pienso que así me quitaría un peso de encima.
¿Cuándo volveré a tener una vida normal? ¿Volveré a confiar nuevamente en ese ser?
Tengo que ser valiente, me repito eso todos los días cuando salgo al parque a fingir que todo está bien. Pero me aterra estar segura que puedo cambiar el rumbo de esta amarga vida que he estado viviendo desde entonces.
Al parecer la desgracia me persigue. Ese incesante dolor de la injusticia y la confusión que se convierten en murallas inexpugnables. Todo esto es consecuencia del sabor amargo del amor, y tengo miedo a tener que repetir nuevamente la historia.
Quiero sacarme la idea de la cabeza de que todos son iguales. Pero el pensar que puedo darme una oportunidad me aterra. No me considero tan valiente. No me considero tan mujer. Ya no.
Todos los días me pregunto: ¿Por qué sucedió?, ¿Por qué a mí? Ha sido tanta la tristeza vivida los últimos años, que no recuerdo la última vez que fui feliz.
He estado postrada en esta cama durante mucho tiempo, temiéndole al mundo y a lo que pudiera hacerme. Pero no puedo seguir así.
Sé que estoy sola, pero ¿podré cambiar el ritmo de mi vida? ¿Podré cambiar mi historia?
¿Será una nueva oportunidad? ¿Estoy segura de hacerlo? No lo sé. Sólo la llegada de un verdadero amor me dará la respuesta correcta.

Razones para enamorarse [Historia Parmiga] ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora