Capítulo XV

229 18 47
                                    

Devoré la hamburguesa sabiendo que él no dejaba de mirarme. Un poco sonrojada, bebí un sorbo de mi jugo y me atreví a cruzarme con sus ojos. El calor se irradió por mi cuerpo, nunca me habían mirado así. Era poderoso y reconfortante, me hacía olvidar el mundo.

Pero yo sí quería olvidar ese momento de incomodad, por lo que decidí tomar la iniciativa y empezar a interrogar a Patrick.

—¿Por qué estás aquí?, ¿no deberías estar guardando reposo?, ¿y tu padre, sabe que estás aquí? — lo bombardeé de preguntas, pero necesitaba respuestas.

—Oye, tranquila. Te las respondo todas— dijo riendo un poco—. A tu primera pregunta ya le había dado respuesta: estoy aquí porque necesitaba compensar el tiempo perdido con mi mejor amiga, ¿acaso eso es un problema? Segundo, sí se supone que debería estar descansando, pero no pude aguantar un solo minuto más sabiendo que podría disfrutar de mi libertad en vez de estar encerrado en la casa. Y finalmente, no. Mi padre no sabe absolutamente nada. Antes de que lo supongas, no me escapé. O no conscientemente. De hecho, mi padre salió hasta la estación.

—¿A la estación? — pregunté evadiendo sus otras dos respuestas.

—Sí. Al parecer le están ofreciendo un trabajo y piensa aceptarlo—encogió los hombros.

—¿No te molesta? — pregunté con mucha más curiosidad.

—Oye, detente. Deja de hacer preguntas sobre mi padre— soltó una risa tonta—. Te traje aquí para algo más importante, y "eso" importante eres tú.

Pude sentir cómo mis mejillas se sonrojaban de nuevo. Patrick tenía un "no sé qué" que me resultaba completamente atractivo. Pero esta vez no era una atracción carnal como la de hace unas horas, más bien era una atracción sentimental y espiritual, una que me decía que si decidía quedarme con él mi vida tendría otro sentido. Que me protegería y estaría ahí para mí.

Sentí un nudo en la garganta al darme cuenta de todas las cosas que estaba empezando a sentir. Ese amor, ese cariño indescriptible, mágico, pero que al mismo tiempo me incomodaba. El silencio se prolongó durante mucho tiempo. Patrick y yo terminamos de almorzar, pero no pronunciamos palabra alguna. Me detuve a mirarlo a los ojos y pude ver que quería decirme algo, pero no se atrevía. Se me hizo extraño ver cómo te alguna u otra forma esos ojos también estuvieran viendo dentro de mí.

—Bueno. Gracias por todo, Pat— dije rompiendo el hielo—. De verdad, fue muy lindo de parte que sacrificaras tu salud por venir a pasar tiempo conmigo. No sabría cómo recompensártelo.

Me levanté del asiento y lo abracé con fuerza, como si no quisiera que se fuera. Pero por alguna extraña razón yo quería hacerlo. Él no dijo nada.

—Gracias por todo, pero me tengo que ir— dije nerviosa tomando mi bolso y dando vuelta hacia la salida.

—Vera, espera— lo escucho decir detrás de mí.

—¿Qué pasa?

—Necesito hablar contigo, por favor— prácticamente me suplicó con la mirada.

—Pero ya hablamos— sonreí un poco para aliviar la tensión.

—Por favor— me tomó de la mano y me hizo sentar de nuevo.

Pude ver cómo tomaba fuerzas y respira hondo para decirme lo que quería. Porque lo conocía, sabía que le daba miedo lo que me iba a decir, pero de alguna forma yo debía aceptarlo.

Luego de unos segundos, decidió hablar.

—Yo no te traje aquí únicamente para compensar el tiempo perdido, sino también para empezar un nuevo tiempo.

Razones para enamorarse [Historia Parmiga] ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora