Capítulo VII

271 23 6
                                    


Patrick era un hombre "perfecto": físicamente atractivo y con una personalidad carismática. Desde el día de la fiesta hemos estado en constante comunicación. ¡Claro!, tuve que decirle a Kate lo que había pasado durante todo esa noche que ella se perdió mientras yo vivía mi momento mágico con Patrick.

Ella me confesó que tuvo una noche de pasión con George. La verdad no le dije nada. Pensaba que era muy pronto tener relaciones, aunque ya éramos mayores de edad. «¿Qué dices, Farmiga? Si tu primero pensaste en besar a tu mejor amiga, y desde que conoces a Patrick no has dejado de imaginar en una noche de pasión con él».

Kate se veía muy feliz con George, hacen buena pareja. Pero parecía disfrutar más el tiempo con él que conmigo. Ya casi ni salíamos a caminar o tomar algo. De alguna extraña manera ambas nos habíamos distanciado sin dar razones porqué, aunque eran evidentes.

Mientras tanto, Patrick y yo nos hicimos muy buenos amigos. Íbamos a todas partes, a veces de forma constante. Visitamos la casa del otro y nos quedábamos haciendo pijamadas con el resto de los amigos. Sobre todo, habíamos entablado una íntima conexión en nuestra forma de comunicarnos y entendernos el uno al otro.

Me sentía muy feliz de tenerlo en mi vida, y le juré incontables veces que jamás me alejaría de él

—De verdad no quiero alejarme de ti—dije mientras lo abrazaba—. No quiero y no puedo perderte, Pat.

—No te preocupes—replicó acariciando mi cabello—. Recuerda que yo tampoco quiero perderte y haré lo que sea necesario para mantenerte y permanecer siempre contigo.

—Te quiero mucho, Pat — mis ojos empezaron a cristalizarse.

—¡Hey! No llores—se acercó a mí y besó mi frente—. Tranquila. Todo va a estar bien—dijo mirándome a los ojos—. Recuerda que yo también te quiero con toda mi alma—. Concluyó.

—¿Y si algún día nos alejamos? — tenía miedo de perderlo. Me sentía a salvo con él.

—Lamentablemente no puedo prometer que seré tu eterno mejor amigo —secó algunas lágrimas que caían por mis ojos—. Pero sí seré quien cuide de ti en cada momento en que pueda tenerte a mi lado.

Se me escaparon algunas lágrimas. Patrick me apretó más contra su pecho. Sus ojos me pedían que guardara silencio, me ordenaba que mantuviera la calma, y yo intenté concentrarme en ellos.

Patrick se había quedado esa noche en mi casa porque me había llegado el periodo y la verdad estaba muy sensible. Mi madre se encontraba haciendo turno nocturno en la veterinaria por lo que me dio el permiso para que Patrick se quedara conmigo.

Lo cierto es que nunca habíamos estado así de cerca con Patrick. En las pijamadas estábamos siempre con amigos, por lo que no había espacio para quedarnos juntos, «me refiero bien juntos» en una misma casa, menos en la mía. Yo me encontraba sentada en el sofá viendo televisión mientras me retorcía por el dolor de los cólicos. Pat estaba en la cocina preparando no sé qué cosa, pero de ella emanaba un aroma sumamente delicioso.

—¿Qué es lo que tanto haces? — grité a Patrick desde la sala—. Te estoy esperando para ver si nos podemos ver la película que te dije.

—Espérate un momento. Ya voy—replicó.

Después de unos dos minutos, veo a Patrick llegar a la sala con bandeja en mano.

—¿Y esto? — dije algo confundida.

—Te preparé un delicioso salmón al sartén en una base de ensalada verde — dijo mientras posicionaba la bandeja sobre mis piernas.

La verdad estaba sorprendida. No sabía que Patrick cocinaba, y lo hace excelentemente bien. Di el primer bocado y fue como si nunca en la vida hubiera comido algo así. Tras cada bocado que daba podía sentir la exquisitez de su platillo.

Razones para enamorarse [Historia Parmiga] ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora