Capítulo 11

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Chris dio reversa tan rápido que terminé en el suelo del vehículo mientras sentía como si estuviera dentro del centrifugado de una lavadora por el movimiento.

Bebé, dale más suave que tu mujer se puede partir la madre aquí atrás.

—Aún nos sigue —dijo Taebin, aún disparándoles y pensé que era un desperdicio de balas. Laprobabilidad de que una de las balas rebotara y nos diera a nosotros era máselevada que la probabilidad de que le causara algún daño a ellos, pero no dijenada.

De pronto, otra nave apareció delante de nosotros, una más grande de un verde profundo y terminamos acorralados.

Mierda, mierda, mierda.

—¡Pa' fuera to' el mundazo! —gritó Domingo y no lo pensé dos segundos. Levanté mis rodillas magulladas del suelo del humvee y salí de un salto del vehículo hacia los edificios.

Corrí con desesperación, dando vueltas en varias calles; mi corazón aporreando mis costillas, mis pulmones tomándose todo el espacio de mi pecho. Una de las naves me disparaba y varios de los disparos se estrellaban tan cerca que creía que me habían dado y que no los sentía por la pura descarga de adrenalina que estaba sintiendo. También podía escuchar los pasos de los saqueadores detrás de mí y eso agregaba más a la motivación de no detenerme ni loca. No sabía a dónde me dirigía, pero seguía corriendo, no me permití perder un segundo o arriesgarme a tropezar para mirar atrás, no, envié todas mis energías a mis piernas y me impulsé cada vez más rápido. Escuché como un árbol caía a mi espalda, seguro alcanzado por uno de los proyectiles, pero no me detuve hasta que por fin logré perderlos.

Terminé entrando en una casa y me oculté detrás de los muebles. Me dejé caer respirando con dificultad por el miedo y todo lo que había corrido, aún seguía escuchando los disparos en mis oídos y un pitido comenzaba a instalarse en ellos. Traté de llenar mis pulmones de aire con cada respiración y cuando casi lo había conseguido una mano se posó sobre mi boca y dejé de respirar de golpe. Comencé a forcejear, pero me apretó más fuerte, me sujetó por la cintura y me giró, entré en pánico, pero las manos me sujetaban con firmeza... Terminé en el suelo con la boca tapada y con nada más y nada menos que Chris sobre mí.

A pedir de boca.

—Shhh —me hizo una señal con el dedo—. Están ahí afuera —susurró. Aún tenía la mano sobre mi boca, pero más relajada. Subía un poco su cabeza para ver por encima del mueble y a través de la ventana, pero yo estaba en otro mundo, en un mundo donde los que me atacaban no eran los saqueadores, sino Chris. Me atacaba con su cercanía, con su imponente cuerpo sobre el mío, con su olor, con esas manos firmes sobre mi boca.

¿Qué se sentiría si las colocara en mi cuello y lo apretara ligeramente?

¡Blyana, concéntrate, por favor!

Y yo soy la hormonal.

¡Oh, cállate!

Cuando vio algo en la ventana se acercó más a mí. Quitó su mano de mi boca para poder tener equilibrio y no aplastarme. Su cara quedó a milímetros de la mía, nos miramos a los ojos y sentí mi cuerpo estremecerse debajo de él.

¿Qué esperas para besarme bebé?

Él miró mis labios que estaban un poco abiertos, deseosos por unirse con los de él. Lamió los suyos lentamente, pero un sonido fuera hizo que él terminara abrazándome. Podía sentir su respiración en mi oído y eso me estremeció de nuevo.

—¿Te estoy lastimando? —inquirió muy bajo, su aliento rozó la concha de mi oreja haciendo que los dedos de mis pies se encogieran en mis botas.

—No, estoy bien, —Pero demasiado. ¿Invasión? ¿Qué es eso? ¿Con qué se come?

Intersección [De mundos] #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora