Capítulo 23

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Cless

Definitivamente, la guarida era un caos, tanto como el que los saqueadores estaban provocando fuera de estas paredes. Blyana no hablaba conmigo más que para las gestiones de la invasión. Había vuelto con Mary y ella no me dejaba solo ni por un segundo. Mi «relación» con Christian estaba cada vez peor, no podíamos vernos sin querer lanzarnos el uno contra el otro, o bueno, yo no tendría problema en que un saqueador se encargara de él, pero sabía que eso acabaría con Blyana y lo último que quería era que ella sufriera más.

Algo extraño estaba sucediendo con los ataques de los saqueadores y era lo que más me preocupaba después de mi pelea con Blyana.

—¿Qué tanto piensas, Cless? —me preguntó Mary, quien se había quedado después de la reunión. Jugaba con uno de sus rizos mientras balanceaba las piernas sobre la mesa a mi lado.

—Solo estoy analizando el exponencial aumento en los ataques —dije sin prestarle mucha atención. Ataques aún más sádicos que los que realizaban al inicio...

—¿Estás seguro?, ¿no estarás pensando en una tal Blyana? —Ella se deslizó de la mesa y se colocó delante de mí impidiendo que viera la pantalla de mi ordenador.

—Déjame trabajar. —Colocó su mano en mi barbilla y me obligó a mirarla.

—Debes estar cansado, ¿por qué no descansas un poco? —dijo suave mientras se colocaba a horcajadas sobre mí. Ella tenía una falda corta que de verdad me encantaba, pero lamentablemente no porque la llevara ella, sino porque me recordaba a alguien más y era asqueroso de mi parte hacer esto, usarla, esto no me hacía mejor que él...

«Es que eres igual que él», escuché una voz en mi cabeza.

Tomó mi rostro entre sus manos y me dio un beso delicado, provocador, yo solo la dejé ser.

—Sí, creo que tengo que descansar un poco. —La sostuve de la cintura y me coloqué de pie haciendo que ella también se levantara, ¡mierda! Yo era una basura—. ¿Puedes pedirle a Carol que me supla por una hora? —le pregunté mientras colocaba mi mano en su nuca y la atraje hacia mí para dejar un beso en su frente, evitando a toda costa sus ojos grises astutos. Ella hizo una mueca, pero no dijo nada más.

Cuando estaba llegando a mi habitación vi que Blyana venía, lo más seguro, del huerto. Todos esos días, prácticamente, se había recluido en ese lugar donde era ayudada por Lucas y por la chica que había conocido en el harem, Lasly. Me alegré de que hubiera entablado amistad con una chica, una amistad sana.

También me alegré por mi amigo Domingo por encontrar alguien especial para él, aunque no creía que ella estuviera interesada, pero mi amigo no se rendía con ella.

Blyana tenía su cabello castaño dorado recogido en una cola alta y esta se balanceaba con cada paso que daba en un movimiento hipnótico... mis dedos hormiguearon con el deseo de tener esas hermosas hebras entre mis dedos, en mi puño... también tenía un cabestrillo y se veía un corte sobre su ceja. ¡Maldito Christian!, me las pagaría por hacerle eso a Blyana.

—Cless. —Mary venía detrás de mí—. Ya le dije a Carol, me dijo que te cubrirá por dos horas.

—Gracias. —Seguí mi camino y miré de reojo a Blyana quien no me miraba en absoluto.

Las sombras debajo de esos ojos color miel brillantes estaban más oscuras. De seguro no había podido dormir nada y con lo rencorosa que podía llegar a ser, sé que no me pediría que durmiera con ella y menos aceptaría si se lo ofreciera. La verdad es que odiaba verla así, odiaba cuando esas pesadillas la atormentaban al punto de que la hicieran llorar por varios minutos e incluso horas después de despertar de ellas. Que no supiera que estaba a salvo conmigo, odiaba el infierno al que había sido arrastrada y las consecuencias y que yo no pudiera hacer más que observar, más que abrazarla cuando todo la sobrepasaba, odiaba no poder hacer más por ella.

Intersección [De mundos] #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora