Capítulo 28

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—¡Zoe! —grité corriendo, seguida de Chris y Azel, mientras veíamos su cuerpo delgado y frágil impactar contra el suelo cubierto de hierbas y piedras.

Todo ese poder que había sentido minutos antes, toda esa rabia, todo ese fuego se congeló en mis venas, en mis entrañas, al verla así.

Ella no despertaba. Diosa sagrada. No despertaba. Su cabello se mezclaba con la oscuridad que nos envolvía porque las copas de los árboles impedían el paso de la luz. No sabía qué hacer... no sabía... dioses, no despertaba, la movían y la movían y no despertaba.

—Zoe, por favor despierta —dijo Chris mientras sostenía su cara entre sus manos, agachado a su lado.

—¿Qué sucedió? —preguntó Lucas apareciendo detrás de mí.

—No despierta —susurré más para mí que para él y me agaché. Tomé su mano, estaba fría y su pulso era débil.

¿Qué diablos le había inyectado?

—Debemos llevarla de vuelta a la guarida —dijo Azel e intentó tomarla en sus brazos, pero Chris ya la había levantado.

—No podemos volver. —De pronto se escuchó la voz de la señora River—. Miren —señaló la ciudad, estaba siendo atacada; se podía ver el fuego y los rayos violetas azotándola.

—No podemos dejarla morir —espetó Chris y caminó en dirección al bus sin prestarle la más mínima atención a lo que había dicho la señora River.

—No solo la ciudad está siendo atacada —añadió Cless y nos mostró un mapa en su celular—. Estamos rodeados —dijo con la mandíbula apretada.

—Entonces, ¿qué haremos? —inquirió Lucas y me ayudó a ponerme de pie, mientras aún me sentía como si estuviera fuera de mi cuerpo.

Di media vuelta y me dirigí de regreso al lago.

Lo mataría.

Lo mataría.

Mataría a ese hijo de puta.

—¿A dónde vas? —Cless me alcanzó y me sujetó del brazo.

—¡Voy a matar a ese maldito! —grité a todo pulmón, me solté de su agarre y volví a andar con el fuego recorriendo mis venas otra vez. Podía sentir la vena de mi sien latiendo con fuerza y cómo mis uñas se clavaban cada vez más en mis palmas.

Vamos.

—¡Blyana, no! —oí decir a uno de los gemelos, pero no me detuve.

Cuando llegué al lago miré a todos lados. Todo tan tranquilo.

—Su... solo debemos esperar un poco, Blyana, encontraremos la manera —me dijo Lucas, quien me había seguido junto a los demás.

—No tiene sentido que estemos aquí, volvamos y planeemos cómo salir de este lugar. —Cless puso una mano en mi hombro.

—¡Zwodder! —grité con todas las fuerzas.

—Entonces, Zwodder ¿Quieres que vuelva contigo a ese castillo?

—No, a menos que tú lo quieras.

—¿Tú qué crees?

—Que tu respuesta es un «no», por ahora.

Así que a eso se refería. Había orquestado todo esto desde el principio, así que debía estar cerca, esperando que yo cayera en su trampa, ese maldito conocía bien mi punto débil. Sabía que mi hermana era todo para mí.

Volví a mirar a todos lados cuando no tuve respuesta.

—¿Qué e' esa vaina? —preguntó Domingo mirando el lago con el ceño fruncido.

Intersección [De mundos] #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora