Un mes había pasado desde que no podía contactar con la guarida. Les había dejado mensajes todos los días a Cless y seguía sin recibir alguna respuesta, por lo que ya no me podía quedar más en ese lugar. Sumado a eso, solo había encontrado ocasionalmente una que otra planta, así que las pesadillas se habían vuelto tan recurrentes que prefería quedarme toda la noche despierta y aún así, no tenía paz.
No, los recuerdos me perseguían sin poder evitarlo y el zumbido en mi cabeza se había convertido en gritos incesantes.
La abundante nieve comenzaba a derretirse y las tormentas que habían azotado el lugar se habían detenido también. Sería esa noche. Esa noche debía escapar, aun cuando no se había agotado el plazo establecido que me había comunicado Cless para colocar la barrera. Ya no tenía sentido; no podía pasar información porque nadie respondía mis mensajes. Lo que debía hacer era llevarme la información conmigo y entregarla en persona.
—Llamaré a Malen que te trate esa mano —dijo de pronto, Zwodder, detrás de mí. Ahora no solo mi pulgar sufría las repercusiones de mi abstinencia, sino toda mi mano. La miré distraídamente y no me importó ver la sangre que se escapaba de los cortes deformes. Devolví la vista al gran ventanal.
—Florecita, por favor dime qué te sucede. Quiero ayudarte, pero no comprendo el motivo de este comportamiento taciturno y contemplativo. —Él se había agachado a mi lado tratando de buscar mi mirada, pero yo no tenía ánimos, y menos deseos, de hablar con él ni con nadie.
—Solo estoy cansada —alegué y apoyé mi cabeza en el cristal frío, rogando para que ese frío se colara en mí cabeza e hiciera acallar las voces dentro de ella.
Afuera, el cielo comenzaba a tomar colores anaranjados y rojizos mientras el viento entonaba un canto triste; un canto que parecía la despedida de un amante. Me había acostumbrado a ver los hermosos atardeceres desde ese ventanal, pero poco a poco los colores se habían vuelto más fríos y nostálgicos.
—Creo que me iré a dormir, o lo intentaré —dije y me puse de pie dejándolo en cuclillas frente al ventanal.
—Puedo permanecer contigo hasta que te quedes dormida —ofreció, aun desde su posición.
—No, estaré bien. Creo que estoy tan cansada que me dormiré de inmediato.
🍂🍂🍂
Cuando entré en la habitación me puse algo más abrigador, incluida una capa dorada de esas que Zwodder había mandado a hacer para mí. Me pareció extraño su elección de color porque siempre pensé que sería violeta.
Dejé una nota sobre la mesita, tomé una bolsa, con algo de comida que había robado de la cocina, y volví a salir con sumo cuidado. La verdad es que el lugar estaba casi vacío. Los que veía con más frecuencia, excluyendo a Zwodder, eran Malen y el saqueador de los controles, y claro, a su amiguita de la cocina; los demás solo estaban cerca de Zwodder o alrededor de los terrenos cuando tenía juntas.
Caminé por el mismo pasillo que me llevaba a las escaleras y a la puerta trasera. Me escabullí hasta los establos donde había unas criaturas parecidas a caballos, pero mucho más grandes: con astas en su cabeza, cola parecida a un látigo y patas en forma de garras.
Zwodder me había estado enseñando a montarlos, Sompros, me parece que los había llamado. Los que estaban más cerca de la entrada eran los que siempre usábamos nosotros. Uno negro, que era montado por él, y uno blanco, el que solía usar yo, pero por alguna razón siempre me había sentido más en confianza con el negro.
—Cruster. Ven aquí —lo llamé. Sin titubeos, respondió a mi llamado, empujó la puerta del box y vino hacia mí—. Necesito que me hagas un favor —agregué y él bajó un poco la cabeza, permitiendo que lo acariciara. Su piel era como la gamuza: suave y cambiaba de tonalidad dependiendo del sentido en que lo acariciaras—. Debo irme de aquí. ¿Me ayudarías? —Inmediatamente dichas esas palabras, dobló sus rodillas y me dejó montarlo.
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Intersección [De mundos] #PGP2024
Science Fiction¿Qué estás dispuesto a hacer para proteger a los tuyos? ¿Estarías dispuesto a llenar tus manos de sangre? ¿Dejarías la moral de lo que está «bien»? ¿Te convertirías en lo que la humanidad llama «monstruo» por los que amas? Cuando el mundo es invadid...