Capítulo 33

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Cless

—Muy bien, al ataque —dije cuando recibí el mensaje de Blyana.

Todos los que íbamos a la misión salimos al garaje. Ese sería el saqueo más grande que haríamos desde que Blyana se había contactado por primera vez. Gracias a ella estábamos ganando terreno, nos equipábamos con sus propias armas y cada vez teníamos más lugares protegidos por barreras.

Yo iba en el mismo vehículo que Nikolay, Azel, Carol, Domingo, los gemelos y varios nuevos reclutas y eso me preocupaba, no eran más que niños. Nos dirigíamos a un asentamiento de saqueadores que estaba a unas dos horas de camino. Estaban en la escuela de un pueblo pequeño, Darkhill. Aunque estaba escondido entre montañas, después de los sucesos con «el justiciero» se había vuelto famoso y la verdad no tenía ninguna ilusión por visitar el lugar, de hecho, había tratado de evitarlo, pero no pude.

—Hay que ta' moca, eso jayao' se la pueden tar' oliendo —dijo Domingo desde el volante.

—Sí, y este cargamento es muy importante —agregó Nikolay mirando la calle en penumbras.

—Según Blyana estas son armas muy poderosas y en el frente las necesitan —dijo Carol que se había vuelto una gran ayuda en el área de informática, aunque últimamente salía mucho de la guarida. Ella en ese momento estaba revisando los movimientos satelitales de los saqueadores en una laptop.

—Espero que nos dejen una buena cantidad de esas armas —dijo Crik.

—Espero que dentro haya cosas que exploten —comentó Rick.

—Granadas manejadas a control remoto.

—Granadas voladoras.

—Con luz cegadora.

—Y que le salgan agujas con veneno.

—¡Ya cállense pericos! —les demandó Domingo.

—Gracias, casi tomo un arma y me doy un balazo —dijo Carol girando los ojos.

—¿Por qué tenían que venir con nosotros? —preguntó Azel mientras se masajeaba las sienes—. Esto es una tortura.

—Saben que podemos oírlos, ¿verdad? —dijeron al unísono.

—¿Ustedes están conectados por bluetooth o qué? —preguntó Carol.

Los hermanos se miraron unos segundos inclinando la cabeza un poco y volvieron a responder al unísono:

—¡No!

Todos se echaron a reír, excepto Nikolay, Azel, quien seguía con su humor «acércate y te doy con un ladrillo en la cara» y yo. Ir a ese lugar me estaba molestando mucho. Molestando no, me hacía sentir y me recordaba la basura que era.

—¿Meison no ha dicho nada sobre la barrera? —preguntó Nikolay, su mirada aún en el camino. Tenía una pelusa en su uniforme y mis manos picaron por querer extenderlas y quitarsela.

—No, solo que están trabajando lo más rápido que pueden —le dije cruzandome de brazos.

—¿Y Blyana, no planea volver hasta que sea colocada? —agregó él esta vez mirandome.

—¿Utede' creen que la menola' aguante hata entonce'? —inquirió Domingo, un claro tono mortificado en la voz. Él y ella se habían hecho muy amigos, especialmente después de la llegada de Lasly.

—Yo sigo pensando que debemos ir por ella —expresó Azel, cruzándose de brazos también.

—Sí, con toda la información que nos está dando... —comenzó Crik.

Intersección [De mundos] #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora