Pasé varios días en la enfermería con la planta conectada a mí. Ella no hacía más que estar ahí, como un conducto, manteniendo mi cuerpo en funcionamiento, porque a pesar de que había decidido abrirme un poco, mi corazón, era un mero órgano que cumplía con una función biológica. Mi corazón, el que tenía sentimientos, estaba enterrado en la colina y lo que quedaba era un vacío oscuro, sombrío, que empujaba por consumir el resto de mi cuerpo y sumirme en la oscuridad absoluta.
Al tercer día de seguir en la enfermería mi hermana asomó la cabeza entre las cortinas cuando Lasly trataba de enseñarme a coser, cosa que no iba bien para nada, un dobladillo de una camisa.
—Las dejaré solas —anunció Lasly con rapidez y desapareció.
—¿Cómo estás? —preguntó mi hermana sentándose en el puesto que antes había ocupado Lasly y por un momento pensé en usar mi muletilla: «estoy bien», pero luego me recordé de que debía ser más honesta, así que dije:
—Aún me siento agotada, pero solo eso —dejé el hilo y la camisa a un lado.
Ella le dio una mirada precavida a la planta y luego volvió a mirarme.
—Creí que esa cosa te ayudaba a sanar —dijo bajo. No me gustó el tono en que se refirió a la planta, pero lo ignoré, entendía que todo eso de mis poderes era extraño, incluso para mí.
—Sí, pero es un proceso un poco lento. Dime, ¿cómo estás?
—No voy a volver a salir de aquí hasta que todo esto pase —dijo mordazmente, cruzándose de brazos. Ya lo veía venir, había tenido dos experiencias horribles saliendo de la guarida.
—Siento que todo esto pasara, yo...
—Qué bueno que lo sientes, porque todo esto fue tu culpa. Te dije claramente que no quería salir y tú insististe —me cortó.
—Lo sé y lo siento —murmuré. Si pudiera devolver el tiempo evitaría que ella saliera, evitaría que la lastimaran. Estaba segura de que ella no comprendía lo que estaba dispuesta a hacer por ella. Toda mi vida siempre se había resumido a protegerla y por mi incompetencia casi la había perdido, no permitiría que algo así pasara de nuevo.
—Un «lo siento» no borrará el hecho de que casi me muero, Blyana —gruñó entre dientes.
—Zoe, yo...
—Zoe, deja de molestarla, ella también estuvo a punto de morir —gruñó Chris cruzando las cortinas con una bandeja de comida en las manos.
—Tú también tienes la culpa —le espetó ella subiendo la voz. Escuché como una enfermera siseaba que hiciéramos silencio.
—Lo sé, debí protegerte mejor, pero tienes que entender que en la situación en la que estamos es difícil no salir heridos —le respondió Chris en un tono calmado. Levantó la mano tratando de tocarla, pero se arrepintió en el último momento como si supiera que no era una buena idea cuando estaba tan enojada.
Ella lo miró con rabia unos segundos y ni siquiera me miró cuando apartó las cortinas con brusquedad y se fue.
—Toma. —Chris me extendió la bandeja con estofado y mis tripas gruñeron cuando me llegó el olor—. Después de lo que pasó ha estado muy irritada, no te lo tomes personal, culpa a todos.
—Ella tenía razón, fue mi culpa —dije girando la cuchara en el estofado—. Yo asig... yo le insistí en que fuera, alegando que era seguro.
—Tú no podías saber que algo así podría pasar —dijo sentándose y acariciando mi mejilla.
—Te equivocas, tú mismo lo has dicho: es lo que tenemos que esperar en la situación en la que estamos, además ella es mi hermana. —Solté la cuchara de golpe, provocando que algunas gotas cayeran en mi mano, sobre una de mis cicatrices y lo miré.
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Intersección [De mundos] #PGP2024
Ficção Científica¿Qué estás dispuesto a hacer para proteger a los tuyos? ¿Estarías dispuesto a llenar tus manos de sangre? ¿Dejarías la moral de lo que está «bien»? ¿Te convertirías en lo que la humanidad llama «monstruo» por los que amas? Cuando el mundo es invadid...