Capítulo 6

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Cless

—Cless, tú eres el recuerdo que uso para invocar mi patronus —dijo Blyana con una cara de cachorro mientras se intentaba acercar más a mí. Tenía las pupilas dilatadas y hablaba un poco torpe. ¿Cómo no me di cuenta al verla llegar? ¡Qué estúpido!

Eso me recordó al año pasado, cuando ella me hizo salir a buscar unas estúpidas plantas con ella al bosque de las inmediaciones de la guarida, resbaló y cayó sobre una bendita planta con flores blancas en forma de campana. Como estaba toda arañada decidimos volver a la guarida, pero cuando iba a entrar a la parte de las habitaciones estalló en carcajadas, me acerqué a ella y ese fue el error que desató todo.

🍂🍂🍂

—Cless, me duelen mucho las piernas, —se quejaba mientras se masajeaba las mismas y hacía morritos—. ¿Me puedes llevar a mi habitación? —agregó con los brazos extendidos hacia mí para que la cargara como si fuera una niña pequeña.

Paciencia, rogué a cualquier divinidad que me escuchara.

En un primer momento, sentí que se comportaba como si estuviera un poco ebria. En su pelo había algunas hojas y su vestido se había desgarrado en algunas partes, asíque pensé que de verdad se había lastimado, pero lo descarté porque la verdad no era algo raro que hiciera ese tipo de cosas.

—Está bien —dije y giré los ojos, acercándome a ella y levantándola en brazos.

Pero ella se aprovechó de mi inocencia —sí, de mi inocencia— y me abrazó con fuerza. Hundió su cara en mi cuello y cuando sentí su respiración y el roce de sus suaves labios sobre mi cuello despertaron cosas que creo que no tengo que explicar, sumado a eso que olía jodidamente delicioso, a una mezcla floral; ella olía a primavera. Noté como se acurrucó aún más y pensé que era otro de sus juegos y lo dejé pasar. Cuando llegué a su habitación la bajé para abrir la puerta, pero no se soltó de mi cuello.

—¡Eh! Blyana, suéltame ya. —Bajé la cara para poder mirarla mejor.

—No quiero, hueles muy rico —dijo como niña caprichosa y se estrujó contra mí.

—¿Qué? —pregunté confuso. Ella apartó su cara y en su rostro había una mirada maliciosa mientras me arrastraba dentro de su habitación sorprendiéndome.

Todavía me pregunto de dónde sacó tanta fuerza para tirarme sobre su cama —bueno, supongo que más que fuerza, fue la sorpresa; no era secreto que jugábamos, pero no a ese nivel— se colocó a horcajadas sobre mí, tomó mis manos y las puso por encima de mi cabeza con una sonrisa diabólica en su rostro, todo mi ser latía inquieto al tener su peso caliente sobre mí. Yo estaba tan asombrado que no estaba procesando lo que estaba sucediendo y, a decir verdad, creo que tampoco quería hacerlo.

Ella siempre me había parecido tan linda y ahora estaba cumpliendo uno de los delirios que solo me permitía pensar cuando estaba muy adentrada la noche y me encontraba en completa soledad en mi habitación.

—¡Oye Cless!, ¿Te quedaste sin lengua? —me dijo con una sonrisa pícara en esos labios rosados, pero no de las que usaba para jugar conmigo, no, esta era una verdadera.

Sus ojos ardían con el fuego de un depredador a punto de devorar a su presa y no sabía si debía agradecer a la Diosa a la que ella le rezaba por tenerla así o maldecir. Porque a pesar de que quería esto, sabía que estaba mal, pero el punto era que en ese momento me di cuenta de que ella sí planeaba hacer algo. Fruncí el ceño y cuando iba a decir que se quitara de encima porque se había estado moviendo mucho sobre mí mientras se reía y ustedes se imaginarán que podría suceder si seguía así.

Intersección [De mundos] #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora