Capítulo 4

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Las luces se fueron encendiendo a medida que entrabamos, dejando a la vista la enorme caverna. El suelo era de madera oscura y las paredes eran de roca grisácea, casi negra. En algunas partes destellaba bajo la luz de las bombillas que colgaban en el techo, era como ver miles de estrellas incrustadas en todo el lugar.

El espacio era bastante amplio, un poco circular y cóncavo; había espacio para unas cincuenta personas. Cerca de la entrada había unos muebles de color negro y una gran pantalla donde solíamos ver películas o series todos los sábados en la noche. Al fondo, del lado sureste, había un bar porque al señorito de Cless le gustaba beber de vez en cuando, y, en la parte nordeste, varias mesas de juegos, así como maquinitas. En medio de estos había una entrada que te llevaba escaleras abajo, haciaun increíble laberinto de pequeñas cuevas que adaptamos para usarlas comohabitaciones. Entrar en el lugar sin conocerlo significaba perderse, a nosotros nos había tomado bastante tiempo conocer la porción que habíamos vuelto prácticamente nuestro hogar. Era el lugar perfecto y después de ver los ataques registrados por los satélites no me cabía la menor duda.

—Pónganse cómodos, ahí está el bar, pueden tomar lo que deseen, pero no entren por ese pasillo, de lo contrario se pueden perder. —Señalé la puerta que daba a las habitaciones, pero no me prestaron ni la más mínima atención, estaban sumergidos ante lo que tenían delante.

—Voy a colocar el comunicado —escuché la voz de Cless mientras salía de una puerta que se encontraba al otro lado de la sala frente a nosotros. Se dirigió a una escalera que estaba pegada de esa misma pared y que lo llevaba a otra sección de cuartos donde estaba nuestra sala de controles.

Él tenía en mí una mirada un poco incrédula. Me estaba diciendo tanto con la mirada, pero no estaba en ánimos para responder a sus preguntas.

—Está bien, yo me daré un baño y luego les doy el informe —dije con una voz monótona—. Revisa tu correo —agregué y me giré con la intención de dirigirme a las habitaciones.

—Espera ¿Qué es todo esto? —preguntó Azel con las manos extendidas mirando a todos lados con asombro.

—Luego les explicamos, ahora debemos hacer unas cosas —dije caminando hacia la entrada. Estaba loca por entrar en la ducha y eliminar el mal aspecto que tenía delante de Chris, a quien no había podido mirar desde que Cless habló de mi olor.

¡Maldito Cless!

—¿Cómo es posible que tengan un lugar como este y ni siquiera me lo hayas mencionado? —bufó Zoe cruzándose de brazos.

—Ya dije que cuando vuelva —respondí sin lugar a reproche.

Cuando entré en el apartado de habitaciones me dirigí hacia al fondo pasando por una sección de aproximadamente veinte habitaciones de cada lado, a pesar de que la cueva por si sola tenía muchos compartimentos, nosotros habíamos intervenido para hacerla un poco más ordenada; luego de pasar esa sección bajé otra escalera; había elegido que mi habitación estaría cerca del huerto y el laboratorio que tenía en ese lugar, en lo más profundo de la cueva. El huerto estaba en lo que antes era algo así como el cono de un volcán que ahora estaba inactivo, la luz que pasaba por el angosto cráter (en comparación con los demás volcanes que puedes encontrar) era suficiente para que mis plantas crecieran altas y fuertes. Ese era uno de mis hobbies, amaba las plantas, me encantaba cultivar, por eso había decidido crear el huerto, tenía una cantidad de plantas enorme y para mi cumpleaños décimo quinto, Cless, me había regalado un laboratorio equipado. Esos eran los lugares en los que pasaba la mayor parte de mi tiempo libre.

La verdad es que hacíamos de todo un poco. Cless obtenía información, vendía armas y daba acceso a personas a sitios en la web; y por mi parte, mis plantas llegaban a lugares muy variados y de formas distintas, desde pastillas hasta polvo, pasando por ampollas. El punto de todo era que en nuestro «trabajo» la legalidad brillaba por su ausencia. No es que estuviera muy orgullosa de lo que hacíamos, pero fue la única manera de lograr salir del mundo en el que habíamoscrecido.

Intersección [De mundos] #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora