Flashbacks

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*Narra Bucky*

Los días seguían pasando, ya me había acostumbrado a la rutina, Olivia era de gran ayuda, pues siempre me recordaba lo que tenía que hacer, es una niña bastante callada y seria, sobre todo cuando estoy cerca, sin embargo,  me parece tierna, sobre todo cuando su madre la peina con dos pequeñas coletas, parece un personaje de caricatura, dando volteretas mientras cabello rubio salta en su cabecita. Por alguna razón, sus ojos son iguales a los míos, igual su sonrisa, la he visto pocas veces, pero definitivamente es mi sonrisa... 

Los entrenamientos iban de maravilla, a veces siento que no podré acostumbrarme a ver niñas tan pequeñas haciendo todo lo que ellas hacen, es casi irreal ver a 18 pequeñitas maniobrar con cuchillos más grandes que sus manitas. Olivia siempre hace el ejercicio primero y el resto la siguen, la ven como una especie de hermana mayor, por lo tanto cuando se equivoca la castigan como si fuese un adulto, quizá para demostrar al resto lo que pasa si fallan.

Ya había anochecido y terminamos un entrenamiento bastante agotador, las pequeñas apenas y podían con el cansancio, Olivia las envió a tomar un baño y ponerse la pijama para cenar, Yelena se marchó a la enfermería, pues durante el entrenamiento una navaja salió volando y aterrizó en su pierna. Quedamos solo la pequeñita y yo, así que me senté en el piso y le hice señas para que se sentara también.

-No te agrado mucho, ¿verdad Olivia?

-¿por qué lo dices?...

-cuando no estoy, ríes y platicas, pero en cuanto me escuchas llegar, apenas y abres la boca. 

-es que.... me recuerdas a alguien. 

-¿a tú padre?

Ella me miró con los ojos muy abiertos, definitivamente le di al clavo, eso explica el parecido entre Olivia y yo. 

-¿estás triste porque se fue?

-no... estoy enojada, porque rompió su promesa

-tengo una idea

Me levanté del suelo y la ayudé a levantarse, entonces me puse en posición de combate y le sonreí. 

-esto te ayudará a sacar un poco de ese enojo, vamos no tengas miedo a lastimar...

No terminé la oración y ya estaba en el suelo, ni siquiera la vi venir, es bastante rápida y ágil, encontró la manera de derrumbarme en un segundo, me levanté y esta vez me preparé mejor. El combate era épico, sus golpes eran bastante fuertes, definitivamente me dejaría uno que otro moretón, estaba a punto de vencerla, la tenía sometida en el suelo cuando soltó un golpe directo a mi cabeza y todo se volvió negro.

De pronto todo volvió a mi memoria, recordé cada beso que le di a Marie, el día que sostuve a mi hija por primera vez, la cabaña, todo. Mi cabeza estaba inundada de recuerdos, hasta que una voz me hizo reaccionar

-Papá!!!

Me incorporé de prisa, miré a mi alrededor algo desubicado, frente a mi estaba Olivia, con la carita empapada en lagrimas, miré a mi pequeña y mi mi corazón se estremeció, todo este tiempo había estado a su lado y no la recordaba, rápidamente la tomé entre mis brazos y lloré, era como una bocanada de aire fresco tras estar sumergido en el agua. Ella estaba confundida y no entendía bien que pasaba. 

-recuerdo todo, mi borreguita. 

Su mirada se iluminó y me correspondió el abrazo, me sostuvo fuerte con sus bracitos, luego tomó mi rostro entre sus manos y besó mi mejilla. 

-creí que te había perdido para siempre papi

Sonreí entre lagrimas y la abrace de nuevo, después de un momento, nos dirigimos al laboratorio, tenía tantas ganas de abrazar a Marie, no imagino la tortura que pasaron estos días, al tenerme pero a la vez haberme perdido...

Entré al laboratorio con mi hija cargando y miré a Marie con una sonrisa, ella lo supo de inmediato y se lanzó a mis brazos, ahora tenía a los dos amores de mi vida junto a mí, Oleg e Irina se alegraron bastante y me dieron la bienvenida. Nos fuimos a cenar y fuimos felices, lo más felices que pudimos al menos. Después de la cena, llevamos a las niñas a la cama, a pesar de que eran muchísimas, todas eran arropadas con cuidado y recibían un beso de buenas noches, Marie quería asegurarse siempre de que todas se sintieran amadas, de verdad espera que eso haga una diferencia, pues el destino de todas las niñas, incluyendo a Olivia, es convertirse en despiadadas asesinas. 

*****

*Narra Marie*

Los meses continuaron pasando, Olivia ya tenía 4 años y las niñas 3, parece que fue ayer cuando aun eran unas bebés, no extraño los cambios de pañal, pero me pone nostálgica el mirarlas tan grandes. Ya eran unas expertas en combate cuerpo a cuerpo, uso de armas blancas y muy recientemente habían aprendido a usar armas de fuego, esto me preocupa, pues cada vez se acerca más lo inevitable...

Eran apenas las 5:00am y los soldados de Karpov entraron gritando como siempre, nos avisaron que teníamos que estar en el área de entrenamiento en una hora, pues las niñas tenían una prueba importante, después nos dejaron unos pequeños uniformes, las niñas tenían que usarlos durante la prueba de hoy, aparentemente eran sus trajes de combate. Estos eran una versión femenina y pequeña del traje que usa James, definitivamente esperaban de ellas una versión pequeña del soldado del invierno.

James, Yelena, Oleg y yo preparamos a las niñas, todas estaban nerviosas, sobre todo Melina, sus manitas temblaban y tenia los ojos llorosos, teníamos miedo de que sucediera lo de la ultima vez, se que mi hija no dudará en proteger a Melina, y terminará en aislamiento de nuevo...

Melina comenzó a llorar mientras intentaba ayudarla a ponerse el traje, Olivia se dió cuenta y corrió hacia nosotras de inmediato. 

-Está bien mami, yo me encargo. 

Asentí con la cabeza y fui hacia Lena para amarrar las agujetas de sus botas, no pude evitar prestar atención a la conversación entre Olivia y Melina.

-tengo miedo...

-yo se Bonnie, está bien tener miedo, pero no puedes dejar que te domine. 

-¿cómo?

-mhm, cuando sientas que el miedo recorre tu cuerpo, imagina que tu sangre es una poción de valentía, cada que sientas tu corazón latir, sabrás que te está llenando de esa poción y podrás vencer el miedo. 

Melina sonrió y sus ojitos se iluminaron, entonces terminó de vestirse por si sola y se levantó con una mirada de determinación que jamas había visto en ella, voltee a ver a Olivia y en su rostro demostraba bastante orgullo, me tranquilicé bastante, pues la charla de Olivia parecía haber motivado a 



si no vuelvo, recuerda que te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora