No estuviste ahí

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*Narra Olivia*

Estaba por cumplir cuatro meses encerrada cuando finalmente fui liberada, los guardias me sacaron arrastrando y me llevaron con Selby. 

-¿y bien? ¿aprendiste la lección?

Asentí lentamente con la poca energía que me quedaba, Selby le ordenó a sus hombres que me llevaran a dar un baño y me enviaran a casa, ellos obedecieron y me tomaron de los brazos para arrastrarme de nuevo, pero antes de que saliéramos del despacho, Selby nos detuvo. 

-te dejaré descansar esta noche, pero mañana mismo ya deberás estar eliminando objetivos y mira que se te han estado acumulando

Una vez que terminó de darme ordenes fui llevada a un baño bastante elegante dentro de Brass Monkey, los guardias me arrojaron un pantalón convenientemente de mi talla y una playera que parecía un vestido para mí. Me di una ducha larga y limpié mi cuerpo esperando que los malos recuerdos se fueran junto con el agua jabonosa; salí en un par de minutos y me puse la ropa. 

Bajé de esa parte del edificio llegando al bar, grandote abrió los ojos como platos cuando me vio, decidí acercarme a saludarlo pues tenia tiempo sin verlo. 

-¿metiste la pata peque?

-ligeramente 

-¿cuánto tiempo estuviste ahí?

-casi cuatro meses 

-lo siento 

-está bien, ya pasó 

Grandote me dio mi rutinario jugo y me envió a casa a descansar, definitivamente no me opuse, moría por poner la cabeza en la almohada y no levantarme hasta mañana.  Caminé hasta el edifico y entré esperando no encontrarme con ningún vecino pues no tenía ganas de explicar el ojo morado, los notorios kilos de menos o la enorme playera. 

Saqué la llave de mi bolsillo y la metí a la cerradura pero me encontraba tan débil que no lograba hacerla girar para abrir la puerta, eventualmente me frustré y dejé caer la cabeza en el marco mientras cerraba los ojos en espera de la paciencia para volverlo a intentar.

-¿necesitas ayuda? 

La voz me resultó desconocida, pero algo era seguro, se trataba de un niño. Abrí los ojos y volteé a verlo lentamente con extrañeza pues jamás había visto niños en Lowtown, definitivamente no era lugar para iniciar una familia; mi análisis duró lo suficiente para que el niño frente a mi volviera a preguntar 

-¿entonces... sí?

Estaba tan confundida y cansada que no podía articular palabras así que solo asentí, el niño se acercó y giró la llave como si fuese un cuchillo cortando mantequilla.

-gracias...

-no hay de que *respondió muy sonriente* ¿cuál es tu nombre?

De todas las cosas que quería hacer, socializar era la ultima pero recordé que Wanda siempre decía que ser amable te abre muchas puertas, así que forcé mi sonrisa más sincera e hice contacto visual de forma no hostil 

-me llamo Olivia

-yo me llamo Henry 

-ah... que bien 

-¿y tú vives aquí?

Asentí con el ceño ligeramente fruncido por la pregunta tonta, mientras en mi cabeza repetía sin parar "se amable, se amable" 

-yo no vivo aquí, vine a visitar a mi tío 

Dijo mientras señalaba la puerta del otro lado del pasillo, mi confusión creció aun más al enterarme que Cruel Billy tenía un sobrino que a demás lo visitaba, generalmente las personas en Lowtown Madripoor no tienen familia y si la tienen no están en contacto.

si no vuelvo, recuerda que te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora