Saldando deudas

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*Narra Olivia*

Intentaba conciliar el sueño cuando un policía me llamó, dijo que el juez necesitaba hablar conmigo como parte del proceso para llegar a una conclusión, eran muchas palabras confusas así que solo acaté ordenes y lo seguí hasta la oficina del juez. 

Cuando entré, el hombre de ceño fruncido ni siquiera me volteó a ver, eso me hizo sentir un poco mas tímida, así que mi cuerpo se congelo por un instante y me quedé parada frente a la puerta.

-Pasa, siéntate. 

Dijo a penas levantando la mirada, mientras firmaba unos documentos. Me senté en una de las sillas y comencé a jugar con mis pulgares para intentar distraerme. 

-¿me tienes miedo?

-hmmm, no. Solo me resulta intimidante. 

-¿Por qué?

-porque sé que de usted depende si soy congelada para siempre o no. 

Al escuchar mi respuesta, puso de lado los papeles, colocó los codos sobre el escritorio y recargó su barbilla en sus puños, después me miró fijamente. 

-¿Cómo sabes eso Olivia?

-se que ese es el trabajo de un juez, determinar si se debe o no hacer algo. Por eso se llama juez, de juzgar, ¿no es así?

-es correcto, eres una niña inteligente ¿sabías?

-no estoy segura, fui diseñada por adultos y para adultos, quizá por eso me percibes inteligente. 

-yo creo que eres inteligente, independientemente de lo que te hicieron ser. 

-gracias...

-Como eres una niña tan inteligente, imagino que debes saber diferenciar el bien del mal

-creo que si

-entonces comprendes que lo que hiciste mientras trabajabas con HYDRA estuvo mal 

No respondí, solo agaché la cara y asentí con la cabeza. 

-por tu mirada, supongo que sí. Ahora, quiero preguntarte, ¿te consideras un peligro?

-no

-¿Por qué?

-porque no quiero lastimar a nadie, y ahora nada me obliga a hacerlo. 

El hombre me sonrió, fue una sensación extraña y a la vez agradable. Me agradeció por haber charlado con él y ordenó al guardia que me llevara de vuelta a la celda. Realmente espero haberlo hecho cambiar su perspectiva de mí.

Me acosté de nuevo en la cama de piedra y mire el techo hasta quedarme dormida.

*Narra Wanda*

No dormí casi nada durante la noche, aun que la charla con Vis ayudó bastante, no puedo evitar pensar en mi pequeña, ¿qué pasará si se la llevan?. Definitivamente no puedo perder a nadie más, simplemente no puedo. 

Me di un baño y me alisté para irnos a la corte, para cuando bajé ya todos estaban listos. Tony y Pepper se quedaron a dormir anoche pues quieren asegurarse de que se haga todo lo posible para traerla de vuelta. Incuso escuché hablar a Tony sobre sobornar al gobierno para que nos dejen al menos criarla alejada del mundo, igual sería malo, pues Olivia merece una vida normal, pero es mejor que pasar el resto de sus días congelada. 

Durante el camino reinó el silencio, Steve tenía los ojos rojos, como si hubiese estado llorando, Nat mantenía la mandíbula apretada y Vision solo miraba a un punto fijo, decidí entrar en sus mentes para distraerme un poco. Cada uno experimentaba una emoción diferente ante esta situación, Nat estaba furiosa, no podía creer que hicieran esto con una niña que a demás había ayudado a salvar al mundo. Por otro lado, Steve estaba muy triste, sentía una culpa enorme que lo hacía cuestionarse si había hecho algo mal. Y finalmente Vis, él estaba confundido, no entendía el motivo por el cual la consideraban una amenaza, pues lo único que ha visto en ella es nobleza e inocencia. Dar un vistazo en sus pensamientos me hizo cuestionar los propios, me di cuenta que sentía las tres emociones que ellos tenían, estaba enojada, triste y confundida al mismo tiempo, creía que iba a desbordarme en cualquier momento, pero tengo que mantenerme fuerte por Olivia. 

Por fin llegamos al juzgado, pasamos de inmediato pues el caso de Olivia es prioridad para los gobiernos de todo el mundo. Entramos y nos sentamos en el lugar de ayer, esperamos tan solo unos minutos hasta que entró el juez y casi junto a él entró Olivia. Se veía tranquila, en cuanto me miró sonrió un poco y continuó caminando hasta llegar al lado del abogado. 

-Se abre la sesión

Todos nos levantamos y luego volvimos a nuestros asientos. El ambiente era increíblemente tenso. 

-Tras un arduo análisis, he determinado que la infante Olivia Barnes no es un riesgo para la sociedad ni para ella misma, por lo que no será puesta en aislamiento.

Sentí un alivio enorme, no podía creer que lo habíamos logrado. Steve y Nat me abrazaron con fuerza y luego se abrazaron. Tony parecía totalmente aliviado al igual que Pepper. El juez nos hizo guardar silencio y volver a nuestros asientos pues aun no terminaba de dar el veredicto 

-La custodia de la menor será otorgada a Steven Grant Rogers y Wanda Maximoff, quienes serán total y completamente responsables por los actos de la misma. 

Steve y yo pasamos a firmar el acta que nos acredita como tutores legales de Olivia, me sentía tan feliz, sé que Pietro también estaría alegre. 

-Acordados ya los puntos a favor de la menor, es momento de puntualizar las condiciones, así como la penitencia por los actos cometidos en el pasado. 

Al decir esto, el juez sacó un documento, se colocó sus lentes y comenzó a leer.

-Si la menor Olivia Barnes, comete cualquier tipo de acto en contra del gobierno, será puesta en aislamiento. Si hiere intencionalmente a un civil, será puesta en aislamiento. Si utiliza sus habilidades, humanas e inhumanas de forma indebida, será puesta en aislamiento. Dicho esto, pasaré a la sección de la penitencia. 

El juez cambió de hoja y siguió leyendo 

-Debido a los actos cometidos en el pasado, la menor estará forzada a prestar sus servicios en la organización privada Vengadores, sin importar la circunstancia. Así como cumplir misiones de interés para el gobierno si es necesario. 

Esta parte no me encantó del todo, pues realmente quiero que Olivia vivia una infancia normal, pero su destino sería continuar luchando batallas que no le corresponden. 

-Finalmente, autorizo que la menor sea reinsertada a la sociedad a criterio y consentimiento de sus tutores legales. Dicho esto, doy por cerrado este caso. 

Olivia corrió hacia mí y me abrazó con fuerza, sus ojos azules estaban cristalizados por las lagrimas luchando por salir, me agaché para estar a su altura y tomé su carita entre mis manos. 

-ahora nada ni nadie nos va a separar cielo. 

-¿lo prometes?

-lo prometo 

si no vuelvo, recuerda que te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora