Soldado del invierno

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*Narra Olivia*

Los soldados sometieron a papá y a Steve, pero a mí me dejaron libre, pues aparentemente Ross dijo que me había enviado, tal y como dije, era capaz de mentir contar de no perderme. 

Tampoco arrestaron al hombre gato, estaba por preguntar porque, cuando se retiró la mascara y vi que se trataba de T'Challa. Me miró y sonrió, pero yo solo lo vi feo, después de todo, intentaba matar a papá. 

-Su alteza *Dijo Rhodes*

 Metieron a papá en una especie de caja de máxima seguridad y lo subieron a una camioneta, Steve, Sam, T'Challa y yo íbamos en otra, solo que ellos iban en calidad de presos. 

-¿entonces te gustan los gatos?

Dijo Sam, rompiendo el incomodo silencio, yo no pude evitar reír un poco 

-Sam *lo reprendió Steve*

-¿qué? Se aparece vestido como gato y no quieres saber más 

-buen punto 

Interferí, desde el asiento del copiloto. 

-tu traje, ¿es de vibranio? *preguntó Steve*

-Pantera Negra ha sido el protector de Wakanda por generaciones, un manto pasado de guerrero a guerrero. Y como tu amigo asesinó a mi padre, ahora también porto el manto de Rey; así que te pregunto, como guerrero y rey... ¿Cuánto tiempo crees que podrás proteger a tu amigo de mí?

Sentí mi sangre hervir, pero no podía amenazarlo ahora, en frente del oficial. así que solo miré por el retrovisor esperando poder decir suficiente con la mirada, y así sucedió, pues sin darme cuenta, mis ojos se iluminaban en tonos anaranjados. 

Bajamos del vehículo y los vi descargar a papá, estaba por correr hacia él, pero un hombre de traje me llamó 

-agente Barnes, le agradecemos su cooperación en la captura, ahora necesito que venga con nosotros 

Le dediqué una mirada de odio e intriga, pues no tenía idea de quien se trataba, mientras aún lo miraba, me acerqué a él y con voz temblorosa se presentó 

-no hemos tenido el placer de conocernos, soy Everett Ross, estoy a cargo de los acuerdos de Sokovia 

Al terminar su pequeña e innecesaria introducción, me extendió la mano. Mamá me enseñó que es descortés despreciar un saludo, así que correspondí el gesto e intenté quitar el rostro de pocos amigos que me cargo. 

-Genial, otro Ross. 

Dije sarcásticamente en voz baja. Para cuando terminó la presentación, Steve y Sam ya se encontraban detrás de mí, y fue Steve quien preguntó lo que yo ansiaba saber. 

-¿qué pasará con él?

-lo mismo que a ti, evaluación psicológica y extradición *respondió Ross dos*

-¿que hay de un abogado?

-un abogado, que gracioso 

Cuando dijo esto, suena lo mal que estaba la situación, no solo para papá, si no también para Steve y Sam.  También confiscaron el escudo, y el traje de Sam, lo cual no era para nada buena señal. 

Antes de entrar al edificio, Steve y yo miramos a papá de nuevo, su rostro reflejaba frustración. 

Mientras caminábamos por un enorme pasillo con paredes de cristal, observé del otro lado la figura de una mujer caminando hacia nosotros, era Nat, y seguro no estaba para nada contenta con ninguno de nosotros. 

- Esto es a lo que me refería con empeorar las cosas 

Dijo dirigiéndose a Steve y Sam, por un momento creí que quedaría exenta del regaño, pero claramente no sucedió 

-y a ti, te voy a poner una correa. 

Entramos a una oficina en la que se encontraba Tony hablando por teléfono con nada más y nada menos que mi mejor amigo, Ross numero uno. 

-¿consecuencias? claro que habrán consecuencias... Obviamente puedes citar lo que dije, porque acabo de decirlo, ¿algo más?... Gracias señor 

Finalizó la llamada y se dirigió a nosotros 

-¿"consecuencias"? 

Dijo Steve con un tono de rebeldía que recientemente desarrolló y esto casi segura que aprendió de mí. 

-El secretario Ross los quiere juzgar a ambos, le tuve que dar algo. Y tú Olivia, tienes suerte de ser tan buena matando mafiosos porque de lo contrario ya estarías atada en una cama, con suficiente sedante para el resto de tu vida. 

Agaché la cabeza un poco, pero Steve siguió discutiendo 

-no me van a devolver el escudo ¿cierto?

-técnicamente, es del gobierno. Las alas también *Dijo Nat en tono burlón*

-cuanta frialdad...

-mas cálido que la carcel 

Respondió Tony en su clásico tono sarcástico. Un rato después, Steve y Tony fueron a hablar a una oficina, mientras yo daba vueltas en una de las sillas y comía papas fritas de la maquina expendedora. 

-Olivia detente, te vas a marear 

-nah, no creo 

Nat me dedicó una de sus miradas de madre, así que me detuve. No pasó mucho para que la conversación de Tony y Steve concluyera, y por sus rostros, creo que no terminó nada bien. 

Después de un rato de aburrimiento, por fin algo relevante. Encendieron las pantallas de las cámaras de seguridad del lugar en el que estaba papá, y nos permitieron observar y escuchar la evaluación psiquiátrica. 

La oficina en la que se encontraba Steve era a prueba de sonido, así que le hice señales a Sharon para que se encargara de eso, y así lo hizo. 

Escuché atentamente cada palabra, papá no decía mucho, pero escuchar su voz me hacía sentir completa de nuevo, saber que estábamos en el mismo edificio era mejor que no saber nada de él por los últimos dos años. 

De un momento a otro, las luces del lugar se apagaron y quedamos totalmente a oscuras, a excepción de unos cuantos destellos rojos de las alarmas. Todo el personal se movilizó para poder tener ojos en papá, inclusive yo me alarmé, pues este parecía el momento en el que lo perdimos de nuevo, y encontrarlo había sido bastante difícil como para dejarlo escapar. 

Estaba tan preocupada intentando ayudar a restablecer la conexión, que no me di cuenta en que momento desaparecieron Steve y Sam, pero seguramente tenía que ver con papá, así que no le avisé a nadie y los dejé hacer lo que tuvieran que hacer. 

Por un momento olvidé que técnicamente estaba trabajando, por el contrario, Nat y Tony se encontraban en estado activo no combatiente, así que Ross me envió a protegerlos como si fuesen civiles. 

Los escolté hasta las escaleras, ahí nos encontramos a Sharon y nos pidió que la siguiéramos. 

Llegamos a un área común del edificio y nos topamos con papá, quien se encontraba arrasando con todo aquel que se le cruzaba, pues él no era precisamente mi padre, ni James, ni Bucky, era el soldado del invierno a quien teníamos de frente. 


si no vuelvo, recuerda que te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora