Grave error

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*Narra Olivia*

El mismo día que les dije del tercer latido fueron al hospital a confirmarlo y volvieron con una tira de fotos de la ecografía, estaban tan felices que no podían dejar de hablar de ello. Pasé el resto del fin de semana con ellos pero eventualmente llegó la hora de irme, debía volver a mí realidad pues había objetivos esperándome. 

-¿de verdad tienes que irte cielo? 

-si... pero prometo volver cada mes para verlas *dije mientras ponía mi mano sobre el vientre aún plano de Pepper 

-¿verlas? *preguntó Tony con los ojos muy abiertos* ¿ahora también ves el futuro?

-no, es solo una corazonada 

Respondí entre risas. Le di un beso en la frente a Pepper y salí de la cabaña, estaba por levantarme del suelo cuando la mano de Tony me detuvo sosteniendo mi muñeca con fuerza. 

-deberías volver al complejo pulga 

-no puedo hacerlo, ahora no... pero lo haré eventualmente 

-te arriesgas demasiado allá afuera, ¿sabes?

-estaré bien, esa vida me resulta más familiar que la de super héroe

Tony me miró con tristeza, le di un abrazo intentando consolarlo un poco y finalmente emprendí mi camino de vuelta a casa, si es que se puede llamar así. 

Llegué horas antes del atardecer y lo primero que hice fue tirarme en la cama y cerrar los ojos un momento, pero justo cuando estaba por quedarme dormida mi celular comenzó a vibrar, intenté ignorarlo pero para mis oídos era demasiado ruido, me levanté de la cama y caminé hasta la sala, donde había dejado el teléfono, levanté los cojines intentando encontrarlo hasta que finalmente di con el. El contacto de Selby se iluminaba en la pantalla, contesté de inmediato. 

-¿qué pasa?

-que bueno que volviste de tus vacaciones Barnes, necesito que vengas al Monkey Brass, hay un par de cosas que debemos hablar 

-¿ahora?

-no... quizá en un par de días, tal vez un mes. ¡Claro que ahora! 

Selby colgó la llamada, suspiré profundamente y me dejé caer en el sofá con la mirada en el techo, quizá si era un contrato con el diablo pero ya era tarde para arrepentirme, caminé de nuevo a mi habitación y tomé una chaqueta del closet, me la puse y guardé en la bolsa mi celular, entré al estudio para observar mi arsenal un momento y decidir cual era la mejor opción, pues no tenía idea de que se trataba todo esto, pero si era urgente, seguro necesitaría armas. 

Pasé mis dedos por los arneses intentando decidir cual sería el más discreto para portar un arma, elegí el que va en el hombro y me lo puse debajo de la chaqueta, en el metí un arma pequeña pero letal, luego agarré mis confiables cuchillos y los até con otro arnés a mis muslos. Antes de salir del estudio le dediqué una mirada rápida al muro de objetivos intentando adivinar si se trataba de eso, pero nada se me vino a la mente, mi trabajo había sido impecable hasta el momento.

Llegué al Brass Monkey y saludé rápidamente a grandote, subí casi corriendo a buscar a Selby y me recibió bastante calmada, lo cual me confundió bastante. 

-siéntate querida 

La miré con incertidumbre pero acaté la instrucción sin bajar la guardia 

-tu llamada sonaba a que era algo urgente... 

-oh sí lo es, de hecho son dos cosas. Mañana a primera hora te necesito en la costa, tú y un colega irán a Nueva York a resolver un asuntito 

-¿qué parte juego yo en eso?

si no vuelvo, recuerda que te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora