Hogar dulce hogar

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*narra Marie*

Después de un par de horas, el lugar ya se veía limpio, aun faltaban muchísimos arreglos, pero estábamos tan cansados que decidimos dejarlo para la mañana siguiente.

Para cuando desperté, James ya no estaba en la cama y podía escuchar como batallaba con algo en el comedor, así que decidí tomar la cámara y salir a ver qué hacía. Estaba subido en una silla  intentando arreglar una tubería que goteaba.

-Mira nada más que guapo padre te conseguí bebé. 

cuando se dio cuenta que lo estaba grabando se sonrojó un poco mientras sonreía y movía la cabeza, aquella distracción causó que apretara de mas la llave y esta reventara mojándonos por completo, nos quedamos mirando unos segundos y nos echamos a reír, todo quedó grabado.

******

Ya habían pasado un par de meses desde nuestra llegada, James consiguió trabajo en un taller mecánico cercano y yo en la gasolinera que está bajando el sendero.  La cabaña se veía preciosa, no se parecía nada al lugar abandonado que solía ser. Trabajamos bastante duro, pero por fin era un lugar al cual llamar hogar, mientras caminaba descalza por los frescos pisos de madera, no podía dejar de pensar en nuestro bebé, sería muy feliz aquí, mis pensamientos fueron interrumpidos por las manos de James rodeando mi cintura y colocándose detrás mío. Recosté mi cabeza sobre su hombro y él besó mi frente, se sentía tan bien estar entre sus brazos, me daba esa sensación de seguridad que tanto había buscado.

-¿Cómo están mis princesas? *dijo mientras acariciaba mi ya abultado vientre*

-Estamos con un poco de antojo de helado 

-¿menta con chispas?

-¡¡¡SIII!!!

James fue a buscarnos helado mientras yo me acomodaba en el sillón para leer un poco. Cada día me sentía mas cansada, pero supongo que es normal, crear desde cero un super bebé no es tarea fácil, afortunadamente hace un mes acabaron las nauseas matutinas, no se que haría con ambos síntomas al mismo tiempo, sin embargo, James se portaba de maravilla, nos consentía todo el día, no me dejaba mover ni un dedo, definitivamente aligeraba la carga.

-Aquí está el helado de mis amores.

-mmmm, gracias cielo *dije mientras me llevaba una cucharada a la boca*

Cuando el helado pasó por mi garganta, sentí una patada dentro de mi, puse una cara de asombro, y no pasaron ni 2 segundos para que James ya estuviera a mi lado, sumamente angustiado 

-¿qué pasa? ¿estás bien? ¡contéstame por favor!

Lo miré con una sonrisa tranquila y coloqué su mano sobre mi vientre mientras lo miraba atentamente esperando otra patada, entonces ocurrió, su rostro mostraba asombro, parecía como si acabara de presenciar lo mas increíble de este mundo, las patadas continuaron un rato mas, James no retiró su mano de mi abdomen en ningún momento, y cada que sentía otra patada sonreía de una manera tan bella, parecía que con cada patada que daba nuestro bebé, su corazón herido sanaba un poco.

*narra Bucky*

Pasé toda la tarde sintiendo las pataditas de Olivia, era la sensación mas increíble del planeta, sigo sin poder creer que en tan solo 4 meses tendré a mi pequeña entre mis brazos. Aun no sabíamos con certeza si era niño o niña, pero yo estaba seguro que era una nena, mi princesa. Esa noche me dormí con una sonrisa en el rostro, y con la bella sensación de mi pequeña moviéndose. 

*en el sueño de Bucky*

Marie y yo estábamos sentados en el porche de la cabaña, mirábamos a Olivia saltar persiguiendo una mariposa, sus piernitas parecían tan frágiles y a la vez indestructibles, de pronto me miraba con esos bellos ojos azules y me decía con una voz dulce

-¡Papi! Ven a jugar conmigo 

Pero antes de que pudiera hacerlo una voz me despertó 

-James, despierta cielo.

-¿qué pasa? *dije, algo sobresaltado*

-lo que pasa es que tu hija no me deja dormir 

Sonreí de oreja a oreja y puse mi mano sobre su vientre, mientras acercaba la cabeza para hablarle a mi pequeña 

-hija mía, yo sé que estás feliz porque ya aprendiste a patear a mamá, pero ahora es algo tarde y vas a hacer que se ponga de mal humor, y no queremos eso.

-tu voz parece calmarla, ya no está brincando sobre mi hígado. Pero ya no tengo sueño *dijo Marie haciendo puchero* Pero se como gastar energías 

Mientras decía eso me jaló de la camiseta y comenzó a besarme apasionadamente, nuestras respiraciones no tardaron en acelerarse, cuidadosamente me coloqué sobre ella y comencé a besarle el cuello, fui bajando despacio hasta que desabroché su pijama y descubrí sus senos, definitivamente estaban mas grandes que antes, comencé a besarlos delicadamente, pues no quería lastimarla, de pronto sentí como metió su mano a mi pantalón y empezó a masturbarme despacio, esto me hizo gemir ligeramente, no paso mucho tiempo para que ambos estuviéramos totalmente desnudos, separé sus piernas con delicadeza y dirigí mi miembro hasta ella, comencé a estimularla con la punta, ella jadeaba en mi boca. 

-¿segura que no lastimaré a la bebé?

Me miró con fastidio y asintió 

Entonces la penetré muy despacio, pero cuando iba a la mitad ella jaló mi cuerpo haciéndome entrar rápidamente, ambos soltamos una gemido, aquello hizo mi sangre arder y olvidé por un instante que estaba embarazada, comencé a embestirla con fuerza mientras ella gritaba de placer y me pedía que fuera mas rápido. Conforme nos acercábamos al climax fui acelerando el paso hasta que sentí que ella estaba cerca de terminar, pues sus paredes se tensaron presionando mi miembro, carajo que bien se siente. Coloqué mi pulgar en su clítoris y lo moví en círculos, esto la hizo gritar mi nombre, finalmente la sentí correrse, un par de envestidas mas y yo también me corrí dentro de ella. Ambos caímos rendidos y cubiertos en sudor. 

-¿te veniste dentro verdad?

-si ¿por qué? ¿estuvo mal?

-James, por favor. no es como que me puedas volver a embarazar *dijo entre risas*

Ambos nos quedamos profundamente dormidos.

Desperté temprano al día siguiente, Marie seguía durmiendo, se veía tan relajada y en paz, era una imagen que guardaría por siempre. Me levanté despacio para no despertarla y salí de la habitación. Me dirigí a la cocina para prepararles de desayunar, después de 20 minutos ya tenia el desayuno listo, volví al cuarto para ver si Marie ya había despertado, pero seguía profundamente dormida, entonces decidí esperarla un rato más. Mientras esperaba continué con mi "proyecto de costura". Hace unos días encontré unos pedazos de tela y decidí hacerle un peluche a mi pequeña. Ya llevaba la forma, sería un conejito, y mientras Marie despertaba, yo comenzaba a hacerle los ojos y la nariz. Media hora mas tarde, por fin salió mi amada, se veía feliz y descansada, cuando miró lo que traía en las manos intento enfocar mientras se acercaba despacio a mí.

-James Buchanan Barnes, ¿tejiendo un conejo de peluche? No lo puedo creer, me enamoré de un blando. *dijo mientras reía*

La miré y solo sonreí, para cuando ella dijo esto yo ya estaba bordando el nombre de nuestra hija en la oreja del conejito

-¿Sabes qué sería muy gracioso? *dijo Marie mientras se sentaba en mis piernas*

-¿qué?

-que realmente sea un niño y tu ya le hayas hecho un peluche con el nombre "Olivia"

-bueno eso no va a pasar, pero sí pasara, le haría otro a nuestro hijo y este lo guardaríamos para cuando llegue Olivia.

-¿ya estás pensando en otro? Claro, como tú no tendrás que expulsarlos por el agujero mas pequeño y sensible que tienes.

El solo río mientras le daba un sorbo a su café

-Por cierto James, hoy tenemos cita con la obstetra, así que deja ese conejo y vamos a desayunar.

Ambos sonreímos y después nos fuimos a desayunar.





si no vuelvo, recuerda que te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora