Nueva realidad

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*Narra Marie*

James, Olivia y yo permanecimos juntos por un par de horas, hasta que llegó Rumlow con otros hombres y se llevaron a James, prometiendo regresarlo el día acordado, exactamente en una semana. 

Los días transcurrieron y yo aun no podía adaptarme a esto de ser mamá, cuando supe que Olivia venía en camino, imaginé que no tendría que hacer esto sola, siempre pensé que James estaría a mi lado y juntos aprenderíamos poco a poco, pero las cosas no podrán ser así, tendré que aprender sola y James se perderá casi todo de nuestra hija. Lo único que me consolaba era mirarla, parecía tan calmada que me trasmitía su paz.

-Ya mañana veremos a papi, se sorprenderá de lo mucho que has crecido cielo 

Cada que le mencionaba a James se me hacia un nudo en la garganta, hacia apenas un mes, estábamos juntos disfrutando de nuestro amor en aquella cabaña que nos costó tanto trabajo convertir en un hogar. 

Por fin llegó el jueves, un guardia pasó a informarme que después del desayuno, iríamos a ver a James. Me apresuré lo mas que pude, alimenté a mi bebé y le cambié el pañal. Ni siquiera tenia hambre, lo único en lo que podía pensar eran en esas dos horas con él. 

*Narra Bucky*

Lo primero que vi al ser descongelado fue el rostro de Rumlow, mirándome con desprecio como siempre solía hacerlo. Me ayudaron a bajar de la cápsula y me llevaron a una habitación. Era bastante linda a comparación con el resto del lugar. Las paredes eran blancas, parecían recién pintadas, había dibujos de animales pintados por todo el lugar, en el centro se encontraba una pequeña mesa con sillitas y en aquel cuarto también habían varios juguetes, todo parecía nuevo. Me sentaron en una de las pequeñas sillitas y me colocaron un grillete en el tobillo que se encontraba fijo al piso.  Estar aquí me tranquilizó, quizá a mi hija no la tratarían tan mal como a Marie y a mí. 

Transcurrieron un par de minutos, y por fin se abrió la puerta y entró Marie con nuestra pequeña en los brazos, envuelta en una cobija azul pastel, su sonrisa me descongeló el corazón, quise pararme para abrazarlas, pero cuando intente dar un paso, el grillete me detuvo, Marie me miraba con lastima y tristeza, entonces ella se acercó a mi y me entregó a la bebé. 

-ve con papá mi amor. 

En cuanto la sostuve en mis brazos abrió los ojos como platos y me miró fijamente, tenía una mirada bastante profunda para ser una recién nacida, ahora veo a lo que se referían con "reflejos extraordinarios". Nos sentamos en las pequeñas sillas, yo sostenía a Olivia y Marie miraba al rededor. 

-Es un lugar bonito. 

Antes de que pudiera contestarle, una voz en una bocina comenzó a hablar. 

-Este cuarto está siendo monitoreado, su conversación esta siendo grabada al igual que cada movimiento, observado. Cualquier conducta sospechosa será sancionada.  La sanción será retirar a la infante de su lado, el tiempo dependerá de la gravedad de la sanción, fin del comunicado. 

Marie me miró con angustia, ambos temíamos que pudieran dañar a Olivia, sabíamos que no iban a matarla, pues la necesitaban, pero definitivamente podrían torturarla hasta convertirla en un robot desalmado. 

Durante las dos horas de convivencia, Marie me platicó de los chequeos de Olivia, todo iba bien aparentemente, me dijo que se la llevaban un par de horas cada día y cuando la regresaban, nuestra pobre nena no paraba de llorar. Finalmente me reveló algo que me partió el alma, desenvolvió un poco a Olivia y sacó de la cobija su bracito izquierdo, le arremangó un poco la blusita y dejó al descubierto su pequeña muñeca, ahí tenia tatuado un numero, 001.

Cómo habían podido hacerle esto a una bebé, apenas llevaba unos días en este mundo y para ellos solo representaba un arma más. Marie también estaba consternada acerca de esto, pero no podíamos hablar de lo que creíamos que este numero significaba, pues cómo dijo la grabación, seriamos sancionados, y lo ultimo que necesitábamos era ser alejados de Olivia. 

*Narra Marie*

Aquella primera visita se pasó casi volando, pronto fuimos escoltadas de vuelta a nuestra celda, no era tan linda como aquel cuarto, pero la mantenían lo más limpia posible, y habían traído una linda cuna para Olivia. Me preparé para dormir y cuando estaba por apagar la luz, Rumlow apareció en la entrada de mi celda.

-A partir de mañana vuelves al trabajo, 7:30am en el laboratorio o sanción 

Al decir la ultima parte volteó a ver a mi hija con una sonrisa cruel, solo pude mirarlo con odio y asentir. Pasé casi toda la noche en vela, pues Olivia estaba particularmente irritable, ya había intentado de todo, pero no paraba de llorar, en el momento que lograba dormirla en mis brazos e intentaba acostarla en la cuna, ella lloraba y tenia que comenzar de nuevo. Para cuando dieron las 6:00 yo apenas llevaba dos horas de sueño, afortunadamente mi alarma no despertó a la niña, así que me metía a bañar muy de prisa. Para la hora acordada yo ya estaba en el laboratorio esperando por instrucciones, mientras esperaba le di de comer a Olivia. 

Algunos minutos mas tarde, entró Karpov, Rumlow a su lado como siempre, y detrás de ellos una jovencita, no se veía muy grande, quizá unos 18 o 19 años. 

-Voy a indicarte cuál será tu nuevo trabajo, pero antes quiero presentarte a la encargada de entrenar a mi asesina estrella. Ella es Yelena Belova, nos la han enviado desde Russia, tiene un entrenamiento impresionante y quiero que sus habilidades las tenga Olivia. 

-Ni siquiera sabe caminar, ¿cómo esperas que la entrenen?

-Ya lo sé, no soy imbecil, pero ella la va a cuidar en lo que tú estas trabajando, no quiero distracciones de ningún tipo, y en cuanto la niña aprenda a gatear, comenzará su entrenamiento. 

Me costó algo de trabajo, pero le entregué a mi bebé a aquella jovencita.

-Muy bien, ahora lo que tendrás que hacer. Primero que nada, quiero a mi soldado de vuelta, necesito que reviertas lo que sea que hayas hecho en su cerebro.

-¡Jamas!

En ese momento Rumlow sacó un arma y me apuntó con ella. 

-Eres lo único que me impide convertir a tu hija en un arma letal y desalmada como lo fue su padre, no me tientes Marie. 

Las palabras de Karpov me cayeron como un balde de agua fría, mi hija me necesitaba y eso me ponía entre las cuerdas, cuando agaché la cabeza se dió cuenta que había ganado esta batalla. 

-Eso pensé, necesito respuesta para el martes, de lo contrario me la voy a llevar y no la vas a ver hasta que tengas la solución a tu chistecito. 

Salieron de la habitación, la chica se llevó a mi bebé. Ahora tendría que quitarle a James lo único que lo hacia feliz, sus recuerdos. No iba a ser nada difícil, solo tendría que buscar la combinación correcta que disolviera la capa que puse para proteger su cerebro, pero iba a demorarme lo más posible, al menos hasta la visita de James, pues quería avisarle para que estuviera preparado.


si no vuelvo, recuerda que te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora