Doble vida

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*Narra Olivia*

De nuevo esperé a que Steve se fuera a la cama y salí a prisa por la ventana; como era su costumbre, Luka intentaba seguirme así que terminé llevándola conmigo. Sus pupilas se dilataban cada que nos acercábamos a una nube, era realmente adorable, a demás me hacía sentir menos sola. 

Llegué a Madripoor y pasé al club por mi jugo de naranja y una corta charla con "grandote".

-¿de vuelta tan pronto peque? y con compañía *dijo mientras acariciaba la cabeza de Luka*

-ya sabes como es esto

-¿trabajo?

-nah, se trata de un favor a una vieja amiga 

Asintió y continuó sirviendo tragos al resto de los clientes mientras yo terminaba mi jugo y esperaba a Sharon. Bebía las ultimas gotas de jugo cuando fijé mi mirada en un hombre al final de la barra que me observaba intensamente, decidí ignorarlo y continuar con lo mío, pero en segundos el hombre se acercó a mí y se sentó a mi lado.

-mira lo que trajo el viento, la pequeña soldado. 

-¿te conozco?

-oh, Rick Manson. Soy... amigo de Romanoff 

-Nat no tiene amigos 

-yo soy un amigo especial... *guardó silencio un momento y se acercó a mi oído* consigo cosas que nadie más consigue

-ohh, el contratista. 

-ese soy yo

Le dediqué una sonrisa bastante forzada y miré hacia la entrada con la esperanza de que Sharon llegara y me salvara de socializar con Rick Manson el contratista. 

-deberías visitar a Natasha, no se que tan bien le sienten los suburbios 

Por primera vez en la platica dirigí mi mirada hacia él, probablemente no sabía que Nat no nos dijo a dónde iría, así que era la oportunidad perfecta para sacarle la información e ir a buscarla.  

-he querido ir a verla, pero perdí su dirección. 

-oh no te preocupes querida, déjame anotarla para ti 

Sonreí maquiavélicamente, pues había sido mucho más sencillo de lo que creí. Manson anotó las coordenadas codificadas en un papel y me lo entregó, de inmediato reconocí que estaba en Noruega, decidí que decodificaría las coordenadas luego, pues Sharon había llegado finalmente. 

-fue un gusto Rick Manson

-cuando quieras un contratista, ya sabes donde encontrarlo 

-claro, gracias. 

Caminé de prisa hasta Sharon y salimos del club, Luka ronroneaba mientras rodeaba sus piernas, Carter se agachó y levantó a mi gata del suelo para mimarla un poco. 

-trajiste el armamento pesado *dijo refiriéndose a Luka*

-Madripoor lo amerita 

-estuve caminando por las calles y es... interesante 

-no te preocupes, el lugar que conseguí para ti es en Hightown. 

Sonrió complacida y emprendimos el corto viaje a la parte no tan terrible de Madripoor. El lugar que conseguí para ella era una especie de galería, pero supuse que serviría para mantener un perfil bajo. 

-me gusta... gracias Liv 

-no me agradezcas 

-sabes, creo que ya se que voy a hacer para ganarme la vida aquí...

Decidí no preguntar, pues probablemente no era muy legal, y cuando se trata de ilegalidades, mientras menos gente sepa mejor. 

Me despedí de Sharon y salí de la galería, me quedé un par de minutos sentada en la banqueta y mirando el cielo nocturno. Algo dentro de mí me decía que fuera con Nat, pero sabía que Steve iba a preocuparse muchísimo. Lo pensé unos cuantos minutos y decidí que debía seguir mi instinto, así que fui de vuelta a Lowtown y busqué a una de las personas que me habían ofrecido trabajo, si es que así se le podía llamar. 

Se trataba de la dueña del club, Selby, una mujer de cabello muy corto y sonrisa tenebrosa. 

-¿vas a tomar mi oferta 001?

Ya había olvidado lo que se sentía ser llamada así, pero no estaba en posición para exigir, así que no dije nada al respecto. 

-No precisamente. Necesito un favor, así que vine a prestar mis servicios a cambio de eso. 

-que favor? 

-quiero que hagas llegar una carta a Rogers, si es posible antes del amanecer y un poco de dinero

-¿cuánto?

-10,000 dolares

Me miró por un momento, probablemente analizándome y finalmente accedió, recibió la carta y se la entregó a uno de sus hombres con instrucciones. 

-Ahora mi parte 

Chasqueó los dedos y otro de sus hombres caminó hacia ella y le entregó un Folder, mismo que después me entregó a mí. 

Se trataba de un traficante de armas que estaba en el territorio equivocado, no me encantaba la idea de volver a desaparecer gente, pero si el gobierno se empeñaba en tratarme como delincuente, ¿que otro camino quedaba?

Selby me entregó la mitad del dinero y prometió darme el resto una vez que el trabajo estuviera hecho. Salí a las calles otra vez y comencé la cacería; no me tomó mucho encontrarlo, pues todos aquí saben cosas y están dispuestos a dar información por unos cuantos dólares. 

Poco antes del amanecer ya había cumplido con mi objetivo, regresé con Selby por la otra mitad y me recibió con un trago de felicitación 

-si sabes que tengo 10 verdad?

-nunca es demasiado pronto 001 

Miré la copa en mi mano y pensé por un momento, al final concluí que no perdía nada así que tragué el liquido de una sentada, fue una sensación extraña, no sabía nada dulce, era como beber medicina. 

Selby me miró complacida y tomó la copa vacía de mis manos y la reemplazó por el resto del dinero. Lo tomé y salí lo antes que pude del lugar. 

-fue un gusto *dije mientras hacía un gesto con el fajo de billetes 

-si que lo fue 001 

*Narra Steve*

Desperté por la mañana muy temprano, salí a correr como todas las mañanas y volví a la casa, pero algo no estaba bien, generalmente para esta hora Olivia ya esta en la cocina desayunando. Caminé hasta su cuarto y con miedo tomé la manija de la puerta, la giré y al abrir me encontré con la ausencia de Olivia. Su cama estaba distendida, pero sobre esta había un gancho, probablemente se puso una chaqueta y salió, pero ¿a dónde pudo haber ido? La pregunta daba vueltas por mi cabeza cuando alguien llamó a la puerta, me apresuré con la esperanza de que se tratara de ella, per cuando abrí, solo me encontré con un sobre en el escalón de la entrada. Lo tomé con las manos temblorosas y lo abrí para ver de que se trataba. 

Steve

Estoy a salvo y volveré pronto, necesito ver a Nat y saber que se encuentra bien, prometo no correr ningún riesgo. 

Olivia Barnes 

Entré corriendo de vuelta a la casa y busqué desesperadamente en mi cajón, el celular que nat me dió para comunicarnos en caso de emergencia.

Llamé y esperé agonizantes segundos a que contestara...

-Steve?

-dime por favor que está contigo 

-¿qué?¿quién?

-Olivia fue a buscarte

-oh no...



si no vuelvo, recuerda que te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora