Me mecía cantándome suavemente. Tomaba mi pata despacio, mientras le miraba a los ojos en profunda e infinita paz. Brisa tierna que ampliaba mis pulmones con suspiros profundos. Silencio matutino interrumpido por la dulce melodía de mi niño amado y el canto de los pájaros anunciando el sol, recordándome la razón de estar aquí respirando: Jimin.
Era su cumpleaños. Se había despertado temprano con muchas energías aquella mañana que cumpliría trece. Era su día.
- ¡Feliz cumpleaños, mi hijo bello! – la señora Park apareció por la puerta con una sonrisa enorme. Ella se acercó a la cama y abrazó a Jimin como si fuera un oso de felpa – Cada año te conviertes en un chico más y más hermoso.
- ¡Mamá...!
- Ah... tan precioso. Te pareces a tu padre – Jimin esbozó una sonrisa tierna ante su comentario y su madre continuó, esta vez acariciando sus mejillas – Tienes un corazón bondadoso y puro tan precioso como el de él. Estoy muy orgullosa del muchacho en el que te estás convirtiendo.
A pesar de sus arrugas en la frente y el cabello con algunos tintes blancos, su mirada era la de una niña, clara como el cielo, e inocente como su alma.
Madre e hijo, dos personas maravillosas que la vida me ha concedido el placer de conocer, amar y cuidar.
Ella me sonrió con ternura, acarició una de mis orejas y se levantó para invitar a Jimin a su desayuno. Fue una mañana agradable. La abuela había puesto el mantel más bonito en la mesa bajo el sauce. Allí bebieron su té de hierbas, comieron tostadas calientes con mermelada y rieron de alguna de las historias contadas por el festejado. Yo les escuchaba tendido en el pasto recuperando energías a través de los cálidos rayos solares.
Sin apuro, tranquilo, disfrutando la calma para saborear el caos. La corta definición de mi vida desde que mamá se fue.
La noche anterior pensé mucho en ella. Ya realmente no hacía falta volver a mi casa del pasado porque ella no estaría ahí. Ella murió, pero vive en mi corazón y mis sueños. No necesito más que eso y el amor incondicional de Jimin.
Miré a la señora Park peinar un cabello rebelde de Jimin tras la oreja y sonreí recordando a la mía.
Tener a su madre con vida un día más es el mejor regalo de cumpleaños.
(...)
Miraba la manzana medio comer por un gracioso gusano porque tenía demasiada vergüenza para mirar por la ventana. Jimin estaba a medio vestir con la camiseta al revés. Ya había pasado otras veces, pero él siempre la volteaba al momento de tocar su cuello apretujado.
El poder de mis ojos gatunos me permitió concentrarme en uno y cada uno de los pelillos del gusano que comía fruta gustoso, para así olvidarme de Jimin y su elección de pantalones.
- Creo que estos son los que tienen un agujero – se dijo tocando la tela – Sí, claro que tenía razón.
Me cercioré de que Jimin estuviera vestido por un momento, pero medio segundo me bastó para darme cuenta de que ahora estaba sin pantalones tocando prendas sobre su cama. Mi cola comenzó a moverse con ansias.
De pequeño solía verlo bañarse, ir al baño e incluso correr desnudo por el cuarto. Era divertido para mí porque entonces yo tenía cinco años, pero ahora que mis sentimientos han cambiado no puedo evitar sentirme nervioso.
¿Cómo sabría que terminaría enamorado de mi mejor amigo? Ya con quince años todo vuelve a ser muy confuso.
Llegué a amar tanto al bobo de Park que no medí los efectos que podría tener con el pasar de los años. Algo así como coger insectos de las plantas a los tres años sin pensar en las consecuencias.
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7 VIDAS | YOONMIN
Teen FictionLa vida es un privilegio que pocos tienen la dicha de disfrutar, pero ¿y si tenemos siete? La maldición que persigue a Yoongi le hará recorrer una serie de eventos que le proporcionarán una gran lección. Mientras tanto en un pequeño pueblo un niño c...