Treinta y siete

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No había manera de aburrirse con él. Sus ojos risueños y los inocentes chistes que contaba de regreso a casa eran todo un espectáculo.

- ¿Listo? ¡Atrápala! – me gritó desde el árbol cuando me lanzó una manzana, pero ésta cayó al suelo y se rompió en tres partes – ¡Oh, pero Yoongi, tienes que ser más rápido! ¿Qué pasa con tus reflejos?

Apreté los dientes conteniendo mi rabia. Era la cuarta manzana que me lanzaba y se desplomaba en el piso. Atrapar cosas era mi especialidad, pero estaba siendo un fracaso.

- Te recuerdo que ya no soy un gato – bufé frustrado – Y en tan solo menos de un día tuve que volver a recordar cómo caminar. Me pides demasiado.

- No te preocupes, bajaré un par de manzanas para ti – sonrió enseñándome el montón de frutos que robó del árbol y se resguardan en la tela de su camiseta – Pero tenemos un problema.

- ¿Cuál problema?

- No sé bajar.

- ¡¿Qué?!

Jimin puchereó sobre una rama y se aferró al tronco moviendo sus piecitos en el aire – ¿Cómo bajaré ahora?

- ¿Por qué rayos subiste ahí si no sabes bajar?

- Porque es primera vez que subo a un árbol y ahora que puedo ver siento que puedo hacer cualquier cosa – lloriqueó mordiendo una manzana – Y esta manzana está deliciosa. Realmente pensaba que podría bajar, pero desde aquí está tan alto que me da miedo.

- Está bien, no tengas miedo, en todos mis años viviendo en un cuerpo de gato aprendí una excelente forma de bajar de los árboles. Te recuerdo que subí a tu manzano desde que tenía siete años.

- ¿Y cuál es esa forma? Te escucho.

- Bueno primero... – olvidé un gran detalle – Todo mal. Para empezar no tienes garras, lo lamento, creo que tendrás que quedarte allá arriba para siempre.

- ¡Qué!

- Bromeaba – carcajeé acercándome al árbol – Salta sobre mí, te atraparé.

Jimin me observó como si estuviera diciendo una locura.

- Ni de chiste.

- ¿Por qué?

- Porque ni siquiera fuiste capaz de atrapar una manzana, ¿qué te hace pensar que podrás atraparme a mí también? Me romperé la cabeza.

Estiré mis brazos en su dirección. Ni siquiera yo estaba seguro de que podría atraparle, pero lo intentaría.

- ¿Confías en mí?

- Sí, pero...

- Entonces salta – sonreí enseñando los dientes – Confía en mí, te atraparé.

Jimin hizo un berrinche sobre el árbol, pero luego de un par de segundos se dio por vencido para caer sobre mí. Estaba claro que mis brazos inexpertos no podrían atraparle, pero el resto de mi cuerpo sí, de esa forma fue que ambos caímos al suelo.

- ¡¿Estás bien?!

Me dolía la espalda y mi hombro derecho.

- Creo que me rompí la cola...

Jimin frunció el ceño dándome un golpe – Tonto, no tienes cola.

- Tienes razón – me quejé con problemas para respirar – Pero tengo pulmones y si no te quitas de encima moriré asfixiado.

- Oh, lo siento – se puso de pie rápidamente para levantarme – ¿Estás bien?

Mi estómago rugió apenas me reincorporé – ¿Y las manzanas?

7 VIDAS | YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora