Veinticinco

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Flotando, sintiendo solo mi respiración y el sol sobre mi lomo, estaba sobre las olas invisibles meciéndome, conectándome con mi cuerpo, buscando el equilibrio suavemente mientras me deleitaba con la dulce música proveniente del niño de mis ojos.

Y de pronto: un chirriante violín me rompió los tímpanos.

- ¡Ah....! ¿Qué te pasa? - le preguntó Jungkook tumbado en su cama, disfrutando del concierto privado al igual que yo - ¿Quieres morir?

- ¡Demonios! No sé me pasa, no me puedo concentrar.

Jeon se paró de un salto. Luego estiró sus brazos, pegó un bostezo y caminó hacia Jimin para cogerle de los hombros.

- Tranquilo, te hace falta un buen masaje de tu amigo... - de repente puso una cara rara y apretujó a Jimin hasta hacerle soltar un quejido - ¿Tienes un hombro de acero? Estas muy tenso. Cálmate.

- Estoy calmado - gruñó - Pero me estás haciendo daño.

Jungkook soltó un bufido cargado - Más daño me hacen a mí estos días.

- ¿Qué?

Jimin se apartó y se giró extrañado.

- No pongas esa cara - le acusó Jungkook volviendo a tirarse sobre la cama - No es nada, ¿quieres acompañarme al pueblo? Tengo que ir a dejar un par de cosas al almacén, y así de paso te distraes un poco.

Yo necesitaba ir al pueblo.

- Te acompaño, pero quiero que me digas a qué vino eso. Y si es necesario asesinar a alguien, lo asesinaré con mi rifle - bromeó - Tengo buena puntería.

Necesitaba que me llevaran.

- Ya déjate de juegos - el pelinegro volvió a ponerse de pie y le pegó suavemente en la frente - Entonces vamos ahora antes que me entre el sueño y me duerma en tu habitación.

- Siempre vienes a dormir - Jimin le miró mal - Eres un perezoso.

- Discúlpame por levantarme a las cinco de la mañana para ayudar en la granja.

- Disculpado.

- ¡Meow!

Me lancé a los brazos de Jungkook de un salto. Ya no me llevaban casi nunca con ellos a sus paseos, pero ahora realmente necesitaba ir al pueblo.

- ¿Qué pasa Ren? - me acarició la oreja - Uh, que horrible te quedó esa cicatriz.

- No insultes a Ren - le amenazó Jimin tanteando mi peludo cuerpo, así que Jungkook cogió su mano y la dejó sobre mi cabeza - ¿Qué pasa amigo? ¿Qué tienes?

- Meow... meow, meow...

- ¿Tiene hambre?

- Quiere venir con nosotros - informó.

Vaya, Jimin sí que sabía leerme.

- ¿Al pueblo? - Jungkook soltó una risotada - Ya, como si el gato fuera a decir eso.

Jimin se mantenía serio. Estaba muy seguro de sus palabras.

- Es verdad, ese maullido que hizo es triste, lastimero, como si no quisiera que me fuera. Escucha, ¿Ren quieres venir con nosotros?

- ¡Meow!

- ¿Ves?

- Me das miedo.

Bajando las escaleras, Jimin me cogió en brazos y me aprisionó en su pecho. Siempre olía tan bien...

De pronto, un inmenso ruido de ollas caer al piso sonaron desde la cocina y Jungkook fue corriendo hacia allí. Jimin llegó después direccionándose con el tacto a través de los muebles del salón.

7 VIDAS | YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora