Veintiséis

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Disfrutando de la calidez del sol, la brisa fresca y húmeda en silencio, permanecí en plena armonía la gran parte del viaje mirando el horizonte. Hoseok estaba bien aferrado a mí escondido entre mis patas delanteras, mientras Jimin estaba sumergido en sus pensamientos y Jungkook guardaba un silencio abismal.

El encuentro con Taehyung y la florista había arrebatado sus ánimos.

- ¿Cuánto falta? – me susurró Hoseok muy bajito.

- Shh...

- ¿Dijiste algo? – preguntó Jimin.

- No, nada.

- Oh, pensé que me habías hablado – había oído a Hoseok, el cual se paralizó aferrado a mí – Has estado muy callado hoy... ¿me dirás qué sucede?

Miré a Jeon apretar los ojos y los puños aferrado a las riendas del caballo.

- Estoy bien, solo me duele un poco la panza.

- ¿De verdad? Que mal... debió de dolerte mucho cuando nos reunimos con Taehyung y esa chica.

Jungkook mordió su labio murmurando algo por lo bajo. Le había dado en el clavo.

- Sí, muchísimo.

Jimin, como el ángel que es, posó delicadamente la cabeza en su espalda y le acarició el pelo con la mano libre que no me sostenía – ¿Por qué no me lo dijiste antes? Ni siquiera había notado que te gustaba Taehyung.

- Porque ni siquiera él se ha dado cuenta – suspiró con fuerza – Y ya da igual porque le gusta la muchacha esa de las flores.

- Deberías decírselo.

- ¿Qué? No, nunca. Eso arruinaría la amistad tan bonita que tenemos desde hace años.

Jimin lo meditó un momento y se alejó de él apretando los labios. Era como si quisiese decir algo más, pero lo retenía.

- Que confuso es eso del amor. Cuando pequeño pensaba que era bonito, algo que yo también quería sentir, pero con el tiempo llegó a ser doloroso.

- Es doloroso cuando no es correspondido.

- Sé de eso – dijo con tristeza.

Casi al instante un sentimiento extraño comenzó a ahondarme en el pecho. De pronto tenía muchas ganas de asesinar a Namjoon.

Existían muchos espacios en su vida de las cuales no estaba enterado.

¿Y si Jimin se le había declarado y por eso decía esas cosas? Y lo peor... Jimin estaba enamorado de él.

- ¿Cuándo supiste que te gustaba? – preguntó.

- Hace algunos años – respondió con voz ronca, seca – Teníamos catorce. Los de la escuela nos llevaron al lago para hacer unas actividades en grupo y el equipo ganador se llevaría un premio. A Taehyung le tocó con otra persona y éramos rivales, de hecho, más que una competencia entre todos era una más personal.

- Ustedes siempre han sido muy competitivos.

- Sí – carcajeó el pelinegro con la vista fija al frente – Decidí que ganaría esa carrera para demostrarle que yo era el mejor, pero cuando comenzamos él se tropezó en el camino y cayó en las piedrecillas.

- Auch.

- Debió ser doloroso para él. Yo habría ganado la carrera de no ser porque en un momento me giré para verle y estaba allí atrás solo. Me detuve de inmediato. Cuando volví con él estaba llorando y entonces me pregunté ¿cómo alguien puede verse tan hermoso incluso llorando? Confirmé por mí mismo que me gustaba cuando estaba más concentrado en hacerle reír para olvidar su pena que en las actividades.

7 VIDAS | YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora