Cincuenta | Final

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Las luces del amanecer juegan con los árboles y los pájaros observan el cielo despejado que anuncia el llamado de un nuevo día. El cariñoso llamado de las aves se mezcla con la humedad de la madrugada y, de repente, el sol se vuelve a esconder. Nubes naranjas y grises, tal como se colorea mi alma atiborrada de recuerdos rotos.

Cierro los ojos notando el aroma de las hojas y el viento acariciarme el cabello, transportándome a un lejano silencio. Estoy en casa otra vez.

- ¿Qué haces aquí? – oigo la voz de Jimin llamándome desde algún sitio. Ah, allí estás. Apenas abro los ojos le veo de pie sobre mí observándome con ojos risueños.

- Tomo un descanso – suspiro quitando el brazo de mi frente para estirarlo hacia ambos lados del césped donde estoy recostado – Y oigo los pajarillos.

- Tuviste un largo viaje.

No le veo, pero sé que se ha recostado a mi lado. Puedo sentir su aroma.

- Sí... y estoy tan cansado.

Puedo sentir sus pequeñas manos acariciarme la frente, luego el cabello y finalmente las mejillas. Su tacto me hace sentir un sueño profundo.

- Pero no puedes, tienes que regresar.

- Ya estoy aquí, bebé...

- No – oigo su voz mucho más cercana – Tienes que regresar a casa. Tom y yo te esperamos.

De un bostezo me desperezo y me giro hacia Jimin con los ojos cerrados. Realmente quiero dormir.

- Tengo mucho sueño Jimin...

- Oí tu voz – la voz de Jimin era tan pacifica que no ayudaba a despertarme. Apenas le ponía atención – Te vi, Yoongi... en un sueño.

- Meow...

Tom había saltado sobre mis costillas.

- Ouch, Tom no hagas eso – le regañé obligándome a abrir los ojos y de pronto, estaba hipnotizado por los ojos rasgados de aquel gato negro – ¿Tom...?

- Despierta amor, vamos a casa – Jimin se puso de pie y camino sin mí por el campo, pero yo no podía seguirle porque la mirada del gato me anclaba fuertemente a mi lugar.

- Jimin... ¡Jimin espera!

- Vamos... levántate.

- Jimin no puedo ir contigo.

Los profundos ojos de Tom me tenían absorto. Aquella mirada penetrante me hipnotizaba, no podía apartar la vista de sus colores verdosos con tenues tonos amarillentos.

¿Qué querías decirme, Tom?

La voz de Jimin se alejaba cada vez más, no podía verle, pero todo comenzaba a tornarse blanco y negro excepto la mirada del gato.

- Vamos cariño, vamos a casa...

Vamos a casa....

Vamos a casa....

(...)

- A casa...

Una feria de colores es lo primero que veo al abrir los ojos. Una paleta de colores, amarillos, rojos, naranjas, rosas, grises... y las nubes me saludan mostrándose ardientes y presumidas. Siento frío y un dolor punzante en mi pierna derecha. No sé de qué se trata y tardo un par de minutos en recordarlo todo como correntadas del río más feroz ahogando mi cabeza.

Pies corriendo, relinches de caballos, fango, traqueteo de rifles, balas y cañonazos. El último cañonazo fue dirigido hacia mi lugar y fue allí donde cerré los ojos por última vez.

7 VIDAS | YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora