Capitulo 30

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Llegó la hora de cenar así que te dirigiste a la cocina pero antes de entrar Mina te detuvo.

-Hikari-chan lo siento pero no podré ayudarte hoy, no me siento muy bien-

-¿Que te sucede?- preguntaste en un susurró.

-Nada importante, solo necesito recostarme un rato-

-Esta bien, no te preocupes, yo me encargaré de todo- Mina sintió una punzada de arrepentimiento al ver tu expresión de preocupación pero se dijo que esto era lo mejor.

-No estarás sola, conseguí un remplazo ya debe estar esperándote- no pudiste preguntar nada más pues la pelirrosa ya se había marchado.

Te acercaste a la cocina y te recibió el sonido del cuchillo trabajando. Buscaste a quien te acompañaría y te encontraste con unos ojos de color rubí que te veían fijamente, desviaste la mirada y te sonrojaste un poco.

-¿En... en que te ayudo?- te acercaste al rubio.

-Lava esos vegetales- señaló una canasta -yo los cortaré mientras preparas el arroz- asentiste y obedeciste.

Bakugou no había pensado en que hacer, aún recordaba como se humilló al aceptar que le cambiarán el turno de cocinar, pero ahora que estabas ahí te mostraban tan tímida que le enervaba el solo pensar en lo que causaba tu actitud. En esos momentos deseaba conocer a tu padre para poder golpearlo.

El rubio estaba tan disperso en sus pensamientos que no noto la herida que el cuchillo hizo en su dedo hasta que soltaste un pequeño grito.

-¿Estás bien?- te acercaste y tomaste su mano para revisarla. Bakugou se sonrojo un poco al ver como le tomabas la mano.

Lo arrastrarte al fregador y limpiaste la herida con agua, por suerte no era profunda. Buscaste rápidamente el botiquín de primeros auxilios y vendaste la pequeña herida.

-¿Duele?-le preguntaste al Rubio al ver que este no dejaba de ver su dedo.

-No... Supongo que gracias- respondió, aún parecía desconcentrado.

-Yo... yo me encargaré de picar lo que falta-murmuraste y tomaste el antiguo lugar del rubio.

Pero al tomar el cuchillo sentiste como te observaba, a tus espaldas Bakugou te miraba. Estaba tan cercas que su pecho rozaba tu espalda. Intentaste ignorarlo pues no sabías que más hacer y comenzaste a cortar una zanahoria.

-Es más fácil si lo haces de este modo- el rubio tomo tu mano y la acomodo, después hizo movimientos suaves con los que juntos empezaron ha cortar aquel vegetal.

Sentías el color rojo cubrir tus mejillas, nadie solía estar tan cercas de ti.

Mina, Asui y Uraraka los espiaban desde la entrada de la cocina, la pelirrosa a penas y pudo contener un grito de emoción al ver la escena.

-¿Que miran?- las interrumpió Kirishima quien sintió curiosidad al ver las excusas tontas con las que las chicas se alejaban.

Entró a la cocina, venia a buscarte. Por suerte para él no se encontró con la escena que formaban anteriormente pues Bakugou se había alejado a revisar otros platillos en lo que tú terminadas con los vegetales.

-¿Necesitan ayuda?- pregunto el pelirrojo tratando de ocultar los celos que lo invadieron momentáneamente. Bakugou iba a negar pero lo interrumpiste.

-Si, Bakugou se lastimó el dedo- Kirishima miro extrañado a su amigo pues el rubio era muy buen cocinero no era normal que se lastimara. Oculto sus dudas y sospechas bajo aquella brillante sonrisa y se acercó ha ayudar.

Cuando la cena estuvo lista todos quedaron agradecidos y satisfechos pues no era ningún secreto lo buen cocinero que era Bakugou. Al final todos se marcharon a sus respectivas habitación, Kirishima caminaba detrás de Bakugou mientras se debatía sobre si debía de enfrentar a su amigo y averiguar si sentía algo por ti, pero una parte dentro de él se negaba a creerlo. Finalmente decido no hacer nada y entrar a su habitación.


Despertaste temprano, de algún modo te emocionaba compartir clases con Kirishima, además te causaba curiosidad conocer al alumno que tu tío entrenaba.

Te miraste al espejo, habías decidido no cubrir más tus brazos y lo sentías como un gran logro. No pudiste evitar pensar que todo había sido gracias a Bakugou, enserio le debías demasiado.

Llamaron a tu puerta, Kirishima te esperaba para irse juntos. En el camino se les unió Bakugou y caminaron los tres juntos manteniendo el hábito que se habían creado.

Acompañaste a la clase A en sus estudios, después los llevaron a la sala de entrenamiento dónde formaron parejas para practicar el combate cuerpo a cuerpo.

A la hora del receso te alejaste de todos para encontrarte con Tamaki y almorzar juntos. Disfrutabas el silencio que compartían, sin ser forzados a convivir con los demás.

Después del receso tu tío te acompaño a una sala de entrenamiento reservada para el nuevo estudiante.

-¿Es bueno?- le preguntaste.

-Tiene potencial y creo que su don te resultará interesante-

-¿Por qué no entro directo al curso de héroes?-

-Digamos que aunque tiene un gran don, la prueba de ingreso no fue la más indicada para él-

Llegaron al lugar y al entrar un chico de cabello violeta los esperaba.

-Él es Shinso Hitoshi- los presento tu tío.

-Ella es mi sobrina, Aizawa Hikari y será quien te ayudará con tu entrenamiento- te quedaste en silencio observándolo pues su apariencia te parecía muy familiar, demasiado

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-Ella es mi sobrina, Aizawa Hikari y será quien te ayudará con tu entrenamiento- te quedaste en silencio observándolo pues su apariencia te parecía muy familiar, demasiado.

Y una idea te asalto, "¿Podría ser que mi tío en realidad tuvo un hijo?" pensaste.

-Mucho gusto- Shinso se acercó interrumpiendo tus pensamientos, en respuesta solo asentiste.

-Es un poco tímida al inicio- explico tu tío -pero es buena en lo que hace y será una excelente maestra para ti- te miró -tengo que seguir con mi clase así que vendré en un rato a ver cómo van- después de eso se marchó.

Shinso se colocó a tu lado curioso por tu actitud pues no entendía como podrías ser una excelente maestra sin siquiera poder hablarle.

Tú por tu parte tenías una duda que carcomía tu mente y querías liberarla, así que antes de que Shinso hablara lo hiciste tú.

-¿De... de dónde... conoces... a mi tío...?- murmuraste.

Tu luz más brillante [Bakugou y Tu] [Dabi y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora