Capitulo 122

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Una semana había pasado desde aquel incidente. Ahora que volvías a ser tu misma poco a poco te comenzabas a integrar a la rutina de la liga de villanos. Aún seguías detrás de Dabi a cada momento del día pero ya asistías a la comida con el resto, claro que aún no sentías la confianza suficiente para interactuar con los demás pero nadie parecía interesado en presionarte y lo agradecías.

Estabas recostada en la cama de Dabi mientras leías un libro que Shigaraki había conseguido para ti, ese era un nuevo habito que habías adquirido. Seguías llamandola la habitación de Dabi pero bastaba un simple vistazo para darse cuenta de que no era así pues por todo el lugar había cosas tuyas, ropa, libros e incluso algunos bocadillos. Ya no era solo su habitación.

Estabas por pasar la página cuando llamaron a la puerta, Dabi entro segundos después.

—Veo que casi lo terminas— hizo un gesto con la cabeza señalando el libro.

—Es una gran historia, me encanta, justo acabo de leer una parte que me erizo la piel— y así comenzaste a relatarte los últimos acontecimientos del libro, el pelinegro te escuchaba atento mientras sonreía al ver la normalidad en tu comportamiento. Pues pensaba que así deberías ser siempre, ser tu misma sin miedo.

—Bueno, deberás hacer una pausa pues Shigaraki nos está esperando— lo observaste confundida —Querías ver a Bakugou ¿no?— ese simple nombre basto para que cerras el libro y te pusieras de pie.

—¿Ya tiene algo en mente?— preguntaste mientras caminabas a su lado, anteriormente te habían informado que si querías que cumplieran tu petición tenías que hacer algo a cambio, no se te había dicho que pero estabas dispuesta a aceptarlo siempre y cuando no fuera en contra de lo que eras.

—¿Por qué no se lo preguntas tu misma?— Dabi abrió la puerta y te indico que pasarás. Shigaraki estaba sentado en el mismo sofá de siempre jugando con su teléfono. Caminaste y te sentaste frente a él sin ningún rastro del miedo que sentiste al entrar ahí por primera vez.

En los últimos días te habías dado cuenta de que todos ahí eran personas comunes, si, hacían cosas malas pero el resto del tiempo hacían cosas que cualquier otra persona haría. Shigaraki en particular había resultado muy consentidor, no entendías el por qué pero se aseguraba de que tuvieras cualquier cosa que quisieras. Desde que Dabi le menciono que te gustaba leer, el peliblanco se empecinó en averiguar que lecturas eran de tu agrado y conseguirlas. Himiko te había mencionado que con ella era igual, como si la hubiera adoptado como su hermana.

—Bien, hablemos de negocios— Shigaraki dejo su teléfono a un lado en cuanto Dabi se sentó al tuyo —no me resulta ningún problema que te reúnas con Bakugou, el inconveniente es que dicho encuentro requiere un uso de recursos que no se tenía contemplado, así que esto es sencillo, si tú haces algo por mi yo haré algo por ti—

—¿Qué tengo que hacer?— preguntaste.

—Solo quiero que participes en uno de nuestros trabajos—

—No voy a herir a nadie— respondiste con firmeza dejando claros tus límites —no voy a cometer ningún delito—

—Bueno, lo del delito es relativo— Shigaraki sonrió —quiero que participes en una disputa de territorio, que seas el apoyo de Dabi—

—¿Disputa de territorio?—

—Si, verás nosotros ya controlamos gran parte del bajo mundo pero de vez en cuando extendemos nuestros dominios y llegó el momento de hacerlo—

—¿Quieres decir que sería luchar con otro villano?—

—Si y no— su mirada cambio a una llena de repulsión —estamos hablando de un sujeto que cobra por “protección” cantidades exorbitantes y que a quien no puede pagar lo vende a la casa de subastas— esa última frase basto para llamar tu atención —y eso no es lo único, según mis fuentes eso ni siquiera es lo peor que hace, la cuestión es que se trata de un héroe—

Tu luz más brillante [Bakugou y Tu] [Dabi y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora