Capitulo 127

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Las palabras de Dabi te tomaron por sorpresa, nuevamente se te mencionaba el amor. Sin duda sus palabras eran completamente diferentes a las de Bakugou, al igual que lo que exigían de vuelta. Pero en este momento no tenías respuesta para ninguno pues era algo en lo que nunca habías pensado. Siempre habías creído que el amor era algo que nunca experimentarás pues no creías que alguien fuera capaz de amar el daño que tenías, los defectos que poseías y a pesar de que Kirishima siempre te aseguro que estabas equivocada nunca le habías creído.

Y ahora dos manos diferentes se te extendían, dos caminos diferentes. De pequeña creías que al encontrar el amor escucharías el estallido de fuegos artificiales, al crecer te habías dado cuenta que solo era una tontería infantil, sin embargo, no podías negar que más de una vez habías experimentado como tú corazón latía con tal fuerza que podría opacar el sonido de los fuegos artificiales, lo que más te atormentaba era que no solo una persona lo había provocado por eso no tenías idea de que debías responder, que debías hacer.

—No tienes que responder ahora— obviamente Dabi noto la confusión que había en tu mente —solo… solo promete que lo pensaras ¿si?— asentiste y él suspiro aliviado pues eso era lo mejor que podías hacer por él en ese momento —Bien, será mejor que termine con esto y limpie este desastre— se giro y estaba a punto de alejarse de ti cuando lo tomaste del brazo deteniéndolo, la zona que tocaste prontamente se cubrió de rojo por lo que lo soltaste con rapidez temiendo que le hubieras dañado más.

—Quiero ayudar— dejaste claras tus intenciones.

—No es solo mi rostro el que necesita cuidados— a pesar de que ya lo sabias te sonrojaste al escucharlo.

—Lo sé, aún así quiero ayudar— Dabi guardo silencio unos segundos observándote, después de lo que le habías regalado ¿Cómo podría negarte algo? —Bien, pero quiero que te quede claro que sí en algún momento no puedes más tienes la libertad para marcharte, no me molestaré ¿Entendido?— asentiste.

—Dime que hacer— te pusiste a su lado al ver qué sacaba una grapas nuevas para unir sus injertos.

Con calma te explico que es lo que haría a continuación, escuchabas atenta y después de su explicación le ayudaste a cerrar las heridas de su rostro. Más de una vez hiciste muecas de dolor al imaginar lo que el pelinegro debería estar sintiendo pero este ni se inmutaba lo cual era una clara prueba de la experiencia de años curándose a si mismo. Una vez que su rostro volvió a la normalidad, sin previo aviso, se quitó la camiseta que estaba arruinada por la sangre provocando que bajarás la mirada mientras tus mejillas se sonrojaban, respiraste profundo y levantaste la vista.

Tu corazón se paralizó al ver cómo sus  injertos se extendían por su cuerpo hasta casi cubrirlo por completo, su piel sana a penas y se distinguía debido a la sangre que lo cubría. Antes de que él pudiera decirte algo tomaste una gasa que empapaste con agua y aún que dudaste, terminaste por limpiar su piel.

—Si la sangre se seca será más difícil de limpiar— explicaste sin levantar la vista aún que podías sentir claramente como aquellos ojos azules observaban cada uno de tus movimientos —¿Estás grapas también las vas a retirar?—

—Si… también— respondió con la voz ronca.

—Déjame hacerlo— por respuesta, Dabi camino hasta un banco que había cerca del tocador y lo movió hasta donde te encontrabas para después tomar asiento y quedar a una altura en la que no tuvieras problema.

Con mucho cuidado comenzaste a retirar cada pieza de metal mientras el olor a hierro aumentaba en la habitación. Una ocasión tu cuerpo se paralizó al ver cómo uno de los injertos se desprendía casi por completo de la piel dejando a la vista el músculo al rojo vivo.

Tu luz más brillante [Bakugou y Tu] [Dabi y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora