Tu luz más brillante [Bakugou y Tu] [Dabi y Tú]

Capitulo 34

Al despertar algo llamo tu atención, te puso en alerta. Observaste a tu alrededor pero todo parecía normal, nada estaba fuera de su lugar, aún así sentías que algo había pasado mientras dormías. Te pusiste de pie y comenzaste a inspeccionar tu habitación, todo estaba en donde lo habías dejado. Llegaste a la conclusión de que solo era tu imaginación.

Te preparaste para la escuela y bajaste a desayunar. Estabas preocupada por la clase B, odiabas conocer gente nueva pues no sabías que esperar, con la clase A no tuviste tanto problema porque tenías a Kirishima pero ahora estarías sola.

-Todo estará bien- te dijo el pelirrojo al notar tu preocupación -son agradables-

-Excepto por el rubio idiota- soltó Bakugou quien estaba escuchando.

-¿Sabes que esa expresión también se adapta a ti?- se burló Kirishima.

-¡¿QUE RAYOS TRATAS DE DECIR MALDITO PELOS DE PUNTA?!- ambos amigos comenzaron a discutir pero se divertían. Sonreíste levemente, los veías más relajados y unidos pues el día anterior te pareció sentir alguna clase de tensión entre ellos.

Caminaron juntos a la escuela y ambos te acompañaron a la clase B, antes de que entraras la puerta se abrió dejando ver a un chico de cabello gris.

-¡Oh, hombre! ¿Cómo has estado?- le dijo Kirishima y se saludaron varonilmente.

-¿Que te trae por aquí?-

-Vengo acompañándola- te señaló.

-¡Debes de ser la de segundo que nos apoyará!- dijo animadamente -¡soy Tetsutetsu, Tetsutetsu pero puedes llamarme Tetsutetsu!-

-Soy... Aizawa Hikari- murmuraste.

-Tenemos que ir a nuestra clase- el pelirrojo se despidió de ti y se dirigió a su amigo de metal -ella es un poco tímida ¿Podrías cuidarla?-

-¡Lo que sea por ti, mi amigo!-

Después de que Bakugou y Kirishima se marcharan acompañaste a Tetsutetsu dentro del salón y él te mostró la banca que te tenían asignada.

-¡Pero miren quien llegó!- dijo una voz a tus espaldas -¡La rezagada de segundo!- el dueño de la molesta voz se colocó frente a ti -¡Se dice que eres la mejor de segundo! ¿¡Entonces por qué abandonaron a alguien tan prometedora con los de primero?!- "él debe ser el rubio idiota" pensaste mientras te concentradas en respirar para controlar tu nerviosismo y no ceder ante el pánico.

-¡Hoy estoy a cargo de protegerla!- Tetsutetsu se colocó entre tu y el rubio.

-¡¿Protegerla de que?!- el rubio iba a continuar burlándose pero un golpe en la nuca lo acalló.

-De ti, claro esta- dijo la chica de cabello naranja -mi nombre es Kendo Itsuka y este idiota es Monoma Neito y me disculpó por él- inclinó la cabeza -tu debes ser Hikari-chan, Momo me habló de ti- asentiste sin despegar la mirada del suelo. Segundos después entro Vlad-sensei.

-Bien, comencemos- dijo el mayor y luego te observó lo que hizo que te pusieras muy nerviosa -ya deben haberla visto pero ella es Aizawa Hikari y nos acompañará unos dias- agradeciste internamente el que no te obligará a pasar al frente y presentarte.

Lo primero que hicieron fue colocarse sus trajes para poder ir al salón de entrenamiento. Tetsutetsu parecía haberse tomado muy enserio la petición de Kirishima y no se alejaba de tu lado, su presencia no te molestaba incluso te agradaba debía ser por qué te recordaba bastante al pelirrojo.

-¿Y cuál es tu quirk?- pregunto el peligris.

-Luz...- murmuraste.

-¡Yo puedo endurecer mi cuerpo! ¡Observa!- segundos después toda su apariencia cambio a un tono plateado.

-Igual que Eiji- susurraste sorprendida al verlo en persona, los viste combatir en el torneo escolar pero no esperabas tantas similitudes entre los dos.

-¡Ahora tu muéstrame!- dijo y tímidamente colocaste tus manos cerca de él causando pequeños destellos de luz que cambiaban de forma -¡Es una habilidad genial!- sonrió tú acompañante.

-¡¿Solo eso puedes hacer?!- de nuevo una voz molesta hizo acto de presencia -¡Con razón los de segundo te abandonaron! ¡No te comparas con alguien tan magnífico como yo!-

-¡Déjala en paz!- Kendo lo golpeó nuevamente.

-¡Empecemos!- la voz de Vlad-sensei llamo la atención de todos -¡Tendremos una amigable carrera de obstáculos!-

Todos se reunieron mientras escuchaban la explicación del mayor, era un recorrido por una zona residencial dentro de las instalaciones de la academia, en la cual se habían escondido varios "civiles en apuros". Cada uno de ellos portaba varias banderas y le entregarían una a quien lo "salvará". Se harían equipos de dos y ganaría el que reuniera más banderas en el tiempo establecido.

Para tu suerte te acompañaría Tetsutetsu, suspiraste aliviada pues al menos él no te ponía tan nerviosa.

Se colocaron en diferentes lugares y esperaron la señal que daría inicio a el entrenamiento.

El peligris se sorprendió al ver como tu personalidad cambiaba dejando la timidez a un lado para comenzar a sugerir posibles rutas, mientras que con la visión infrarroja de tus gafas inspeccionabas la zona.

Rescataron a "una anciana" de caer de un tercer piso, salvaron a "una familia" de un incendio y así sucesivamente. Reunieron un total de 12 banderas justo antes de que se acabará el tiempo.

-Los primeros en llegar- se escuchó la voz de Vlad-sensei por los altavoces -obtendran tres banderas extras-

-¿Confías en mí?- le preguntaste a tu acompañante mientras le tendías la mano.

-¡Claro que lo hago!- tomo tu mano.

-Usa tu quirk y sujetame fuerte- en cuanto la piel de Tetsutetsu se convirtió en metal le dirigiste un asentimiento y comenzaste a correr. Era una velocidad que podías controlar pero aún así eras mucho más veloz que cualquiera. Un par de minutos les tomo llegar con Vlad-sensei. Tetsutetsu se golpeó con varias cosas en el recorrido pero gracias a su don no le afecto al contrario parecía haberse divertido.

-¡Eres asombrosa! ¡Es lo más rápido que he corrido en mi vida!- dijo emocionado el peligris.

-Veo que Aizawa no exageraba- Vlad-sensei se acercó a entregarles las banderas -¡Ustedes ganaron el día de hoy!-

Momentos después llegó el equipo de Monoma y Kendo, los cuales los habían visto pasar solo gracias a la estela de polvo que dejaron y a los gritos de diversión de Tetsutetsu.

-Un don interesante- se acercó el rubio y colocó una mano en tu hombro -me pregunto que tan veloz podré ir- segundos después todos vieron como el rubio desaparecía de su vista.

Un estruendo en la distancia los alertó a todos.