Capitulo 59

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—¿Algo que ningún héroe sabe?— repetiste las palabras de Dabi —No esperarás que crea eso ¿O si?—

—Sabes que hasta el momento no te he mentido— un portal apareció detrás del pelinegro —pero si realmente no te importa me marchare— sonrió —tienes 10 segundos antes de que el portal se cierre— después se adentro en la oscuridad.

Antes de que pudieras pensarlo tu cuerpo ya estaba corriendo tras el pelinegro, de un momento a otro tu habitación quedó en completo silencio. En un parpadeo todo tu alrededor había cambiado, ahora te encontrabas en un lugar completamente oscuro, estabas por forzar tu don para iluminar el lugar cuando una pequeña llama azul apareció frente a ti.

—No usted tu don— hablo Dabi —aun estás en recuperación no es necesario que te fuerces—

—¿Dónde estamos?—

—Sigueme y lo sabras— entonces comenzó a caminar y tú detrás de él, subieron unas escaleras y terminaron en una habitación iluminada por la luz de la luna, Dabi extinguió el fuego en su mano y abrió una puerta invitandote a salir.

Del otro lado te recibió un paisaje hermoso, la luna iluminaba todo tan claramente que lo volvía mágico. Estaban en el segundo piso de una especie de cabaña, una pequeña barandilla rodeaba el balcón donde se encontraban y frente a ustedes se extendía un hermoso lago, a lo lejos se podía distinguir la ciudad.

—¿Dónde estamos?— preguntaste de nuevo.

—Haz tenido un día muy estresante asi que pensé que deberías relajarte un poco— el pelinegro se sentó en una vieja silla que estaba ahí —suelo venir aquí cuando quiero estar solo así que me pareció un buen lugar para ti— diste unos pasos y te sentaste en una silla vacía al lado de Dabi.

—¿Por qué siento que me quieres ayudar?—

—Nunca he dicho lo contrario— Dabi te miro fijamente y desviaste la mirada.

—Me hicieron algo ¿No es cierto?— preguntaste —No es normal que me sienta tranquila al lado de un desconocido—

—Digamos que solo te ayudamos un poco, pero el efecto no durará mucho tal vez solo un par de semanas más—

—No sé si debería estar agradecida por eso— entonces un pensamiento llegó a tu mente —dices que me has estado vigilando, entonces ¿viste lo que me hice?—

—Lo hice— al escucharlo apretaste los puños.

—¿Fue un espectáculo divertido?— dijiste entre dientes avergonzada.

—¿Lo fue?— Dabi miro las estrellas —aunque no lo creas se bien lo que pasaste, conozco demasiado bien esa sensación de que solo el dolor físico será suficiente para hacerte sentir mejor contigo mismo—

—Yo... no quería que nadie me viera asi— ocultaste tu rostro entre tus manos.

—A veces las cicatrices que cargamos son demasiado pesadas pero por lo que ví no estás sola— entonces Dabi hizo una mueca de desagrado —pero no me gusta que me pongan celoso— se quejo —asi que la próxima vez tal vez tenga que intervenir antes de que esos dos lo hagan—

—¿Celoso?— dijiste confundida.

—Si— entonces Dabi se acercó a ti y tu te quedaste inmóvil por la cercanía, el color rojo comenzó a cubrir tus mejillas —pense que mi interés por ti ya estaba bastante claro— te susurró al oido y antes de que pudieras hacer algo te dió una pequeña mordida en la oreja que te hizo saltar de tu lugar y alejarte, provocando una pequeña carcajada en el pelinegro.

—¡¿Que rayos te pasa?!— soltaste avergonzada mientras te cubrias ambas orejas —¡Aún soy menor de edad!—

—¿Y eso que?— se burló el pelinegro —tu edad solo sería un crimen más en mi lista— sonrió.

—¡Eres un pervertido!—

—Oh no, claro que no. Pero si tanto insistes puedo mostrarte lo que realmente quiero y entonces si podrás llamarme pervertido— se puso de pie.

—¡No gracias!— soltaste rápidamente —¡Mejor quédate ahi sentado!— diste un paso atrás.

—Me gusta más cuando eres realmente tu— soltó Dabi.

—¿Eh?— lo miraste confundida.

—Esta eres tú, una chica que puede avergonzarse y gritarme— se acercó a ti —la chica que siempre va con la mirada en el suelo y solo murmura no es más que una prisión en la que estas—

—Yo... yo ya lo sé pero no hay nada que pueda hacer—

—Si puedes, en el momento en el que decidas librarte de las imposiciones de esta sociedad podrás ser tu—

—¿Imposiciones de la sociedad?—

—Si, para las personas tu y yo debemos ir por la vida dando lastima por nuestro pasado, por las marcas de nuestro cuerpo y deberíamos agradecer que seguimos con vida— Dabi se paró frente a ti —¿Pero por qué ellos deben decidirlo? ¿Quien les dió el derecho de decidir lo que está bien o está mal? ¿Por qué no puedes ir a darle una golpiza a quien dejó tu cuerpo marcado?—

—Por que eso no está bien—

—¿Pero está bien que a un hombre con un quirk poderoso se le permita impartir lo que el considere justicia en la calle? ¿Acaso no hacen los héroes eso? Ellos pueden atacar a otros con las excusa de que le hacen daño a la sociedad, a una sociedad de porquería que te crucifica si te defiendes de alguien que ellos no consideran malo pero que que a ti te destruyó—

—Yo... no creo que los héroes sean asi—

—¿No lo crees? Pero si fue un héroe el que mancho el nombre de tu madre por dinero—

—No todos los héroes...—

—¿No todos son malos? Podría ser pero entonces ¿Por qué ninguno impidió que nos hicieran daño?—

—¡Mi tío me salvó!—

—¡Exacto, tu tío! ¿Sabes cuántos héroes fueron llamados a tu casa por los vecinos que escuchaban tus gritos de dolor? ¿Sabés cuantos empleados desaparecieron por querer informar a las autoridades?— no sabías que responder, era la primera vez que escuchabas algo sobre eso —Muchos héroes sabían de ti, incluso te vieron herida ¡Aún así no hicieron nada!—

—No puedo creer eso— dijiste negando con la cabeza —¡Es imposible!—

—¡Intenta recordar y lo verás!— Dabi te tomo de los hombros —¡Recuerda la noche que murió tu madre! ¡Recuerda! ¡¿A caso no fue un héroe quien la mato?!—

Tu luz más brillante [Bakugou y Tu] [Dabi y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora