Capitulo 110

374 55 3
                                    

Todos los presentes se quedaron en silencio al escuchar las palabras de Hawks, un mal presentimiento inundó el ambiente y la sonrisa que portaba el rubio solo parecía empeorar las cosas.

—¿Tu... Fuiste parte de esto?— la voz de Aizawa tembló mientras sus manos se convertían en puños.

—No me malentiendas— Hawks levantó las manos en forma de rendición —yo no tuve nada que ver pero lo sospeche— aclaró.

—Explicate— exigió el mayor.

—En una de nuestras misiones confidenciales un informante menciono a Dabi, me pareció que Hikari-chan estaba más interesada de lo normal pero no le preste importancia— respondió —poco después me preguntó si lo conocía, si había interactuado con él y al responderle negativamente pareció desilusionada—

—¡¿Seguro que es es todo lo que sabes?!— intervino Bakugou tratando de aparentar una calma que no sentía, todo su ser desconfiaba del héroe número dos y la mirada que esté le dirigió solo acrecentó sus sospechas.

—Oh, se muchas cosas— Hawks respondió invitando a un desafío —pero sobre por qué ella huyó con Dabi mi conocimiento es nulo aún que si estoy dispuesto a traerles cualquier información que descubra— su mirada no se despegó ni un segundo de la de Bakugou.

—Agradeceria que hicieras eso— Aizawa se veía derrotado.

—Tengo que marcharme, no quiero que las personas equivocadas comiencen a sospechar de mi— le sonrió a Bakugou para inmediatamente marcharse. Aizawa suspiro al verse nuevamente sin respuestas.

—Esta conversación nunca paso— le dijo a sus alumnos —si descubro algo se los haré saber— abandono la habitación.

—Nos mintió— soltó Bakugou en cuanto se quedó a solas con Kirishima —estoy seguro—

—Yo también lo senti— le respondió el pelirrojo —¿Que demonios está pasando como para que el heroe número dos este involucrado?—

—No tengo idea pero se por donde podemos comenzar— durante aquella conversación la mente de Bakugou ya había comenzado a planear una ruta de investigación.

Mientras tanto, Aizawa llegó a su habitación como pudo, sus piernas temblaban y las fuerzas abandonaban su cuerpo, en cuanto cerro la puerta detrás de él se desplomó en el suelo. Podía culpar a la noche en vela de lo que le pasaba pero sabía que no era la causante, el dolor que le atravesaba el pecho solo lo había sentido una vez antes. En su mente estaba claro el momento en que te encontró, tu pequeño cuerpo se encontraba en medio de tu habitación con manchas de sangre sobre tu ropa y restos del vital líquido a tu alrededor. Tus heridas torpemente vendadas estaban infectadas, tu respiración era tan lenta que pensó que ya te había perdido.

Aquella ocasión sintió un dolor abrumador desgarrandole el pecho, y todo empeoró cuando te tomo en brazos pues logro sentir tus huesos debajo de la piel, estabas tan ligera como la primera vez que te tomo en brazos. Fue inevitable que no comenzará a derramar lágrimas al ver tu demacrado estado. De pronto el milagro ocurrio, tu mano sujeto su ropa con fuerza y en ese momento él supo que sobrevivirías.

Ahora nuevamente su alma se hacia pedazos, no dejaba de preguntarse en que se había equivocado, cuál había sido su error y para su desgracia lo sabía. Su mente le repetía una y otra vez que si te hubiera dicho la verdad jamás te hubieses marchado. Su rostro se encontraba empapado pues el dolor lo estaba consumiendo era tanto lo que sufría que no noto cuando la puerta se abrió dando paso a su amigo.

—No puedes estar así, necesitas descansar— el rubio lo ayudo a llegar a la cama pero por dentro compartía el mismo dolor.

—Fue mi culpa...— murmuró el pelinegro —yo debía protegerla...—

—Y vaya que lo hiciste— Present Mic se dejó caer al lado de su amigo —diste todo por ella, sacrificaste tu vida y tus sueños por ella y no te arrepentiste ni una sola vez—

—Pero me equivoqué... le mentí...—

—Te equivocaste como cualquier padre que intenta proteger a un hijo lo haría— le interrumpió —la encontraremos y la traeremos de vuelta, entonces aclararemos todo esto— una lágrima recorrió la mejilla del rubio —nuestra lucecita va a estar bien—

El reloj siguió corriendo, pronto se cumplieron tres días desde que Dabi te llevo consigo. El pelinegro está cada vez más preocupado pues desde tu llegada no habías abandonado su habitación y a penas te levantabas, ni hablar de comer bocado alguno. Habías pasado todo ese tiempo envuelta en llanto, tenías al menos un par de ataques al día y más de una vez habías intentado hacerte daño.

Nadie se había acercado a ti siguiendo las órdenes de Shigaraki pero para este era bastante obvio que la situación se estaba complicando. Por otra parte Hawks no había vuelto a aparecer ante la liga y hacia bien pues Dabi no dudaba en culparlo por tu estado así que prometía quemarle unas cuantas plumas en cuanto lo viera.

Esa tarde, Dabi nuevamente intento ofrecerte algo de comer pero no hubo respuesta, tu mirada se encontraba perdida en la nada. Suspirando frustrado no le quedó otra opción más que rendirse, sabía que si era paciente al menos probarías algo en el día. Asi que volviendo a la que se había vuelto su rutina se recostó a tu lado mientras te abrazaba para dejarte llorar.

Creías que en algún punto tus lágrimas se detendrían pero solo parecían aumentar, no tenías fuerzas para nada, no querías luchar más pues no dejabas de pensar que todo lo que alguna vez habías deseado lograr se encontraba completamente perdido. No te quedaba nadie que pudiera apoyar tus sueños.

A la mañana siguiente abriste los ojos para darte cuenta de que te encontrabas sola, Dabi quien te hacía compañía para dormir no se veía por ningún lado. Inmediatamente las lágrimas volvieron sintiéndote abandonada ante tan simple acto, te cubriste el rostro con la manta mientras nuevamente deseabas desaparecer.

Entonces escucharte la puerta abrirse, no hiciste ningún esfuerzo en disimular que nuevamente llorabas pues seguramente Dabi había vuelto con algo de comer que tú estómago no aceptaría. Sentiste una mano sobre la manta.

—¿Estás bien, onee-chan?—

Gracias por leerme ❤️
Nos vemos el próximo viernes ✌️

Tu luz más brillante [Bakugou y Tu] [Dabi y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora