Capitulo 80

618 97 1
                                    

El tiempo transcurrió sin más incidentes hasta que llegó el día del festival escolar. Hasta Dabi parecía más tranquilo y no había ido a buscarte. Ese día hubo mucho movimiento desde antes del amanecer pues todos los grupos tenían que tener todo listo para cuándo la puertas de la UA se abrieran nuevamente al público.

Tu clase ya tenía todo preparado, solo faltaban los vestuarios. Así que prontamente fuiste secuestrada por las chicas de tu clase quiénes se aseguraron de arreglarte lo mejor que pudieron. Al inicio habían tenido la preocupación de que hacer si no podías hablar por la vergüenza y timidez pero rápidamente encontraron una solución muy benéfica, tu atenderias una única mesa por la cual se cobraría un costo extra por la experiencia de ver una maid sonrojarse por ti a cada momento. No te dieron oportunidad de replicar para cuando ya estabas en tu puesto.

Kirishima y Bakugou habían prometido visitarte en cuanto les fuera posible, Mirio también esperaba verte. Pero en cuanto el café estuvo abierto al público un extraño acaparó tu mesa, su extrañan vestimenta no permitía que nadie lo reconociera pues usaba gafas oscuras, una capucha y un cubrebocas pero como venía acompañado de otra estudiante de la UA no le dieron importancia siempre y cuando pagará.

—No me pareces muy servicial— se quejo el sujeto al ver qué no podías si quiera articular una palabra de la vergüenza mientras tu rostro estaba completamente rojo —pero por la agradable vista lo dejaré pasar— abriste los ojos de la impresión al reconocer la voz y a penas lograste ahogar un grito.

—¡¿Que haces aquí?!— susurraste claramente preocupada.

—¿No es obvio? Acompaño a mi hermanita en su festival escolar— señalo a la chica frente a él, y aún que portaba el uniforme escolar no recordabas haberla visto hasta que sonrió, Himiko asintió satisfecha al ver qué descubriste quién era.

—¡Tienen que irse de aquí!— volviste a susurrar claramente alterada.

—No quiero— te respondió secamente, entonces bajo las gafas que llevaba y mostrándote sus brillantes ojos azules sonrió —tu actuación está llamando más la atención que mi presencia— rápidamente te giraste al notar las miradas sobre ustedes, Dabi tenía razón. Respiraste varias veces tratando de tranquilizarte mientras te resignabas, no querías problemas así que solo lo atenderias para que se marchara.

—¿Que es lo que desean... probar de nuestro menú...?— mencionaste con las mejillas aún sonrojadas, un carraspeo a tu espalda te obligó a completar la oración —Amos...— sentías que morirías de la vergüenza mientras que el pelinegro obviamente disfrutaba de la situación.

—¿Que me recomiendas?— respondió y maldijiste por dentro, estabas segura de que él ya había visto el menú, simplemente estaba disfrutando de hacerte la vida más complicada.

—El pastel de zanahoria...— respondiste pero él se mantuvo en silencio esperando que terminarás la frase —...amo— podías sentir su sonrisa atrás vez de aquella tela que cubría las cicatrices de su boca, entonces una duda te asalto ¿Cómo comería sin ser descubierto?

—No creerás que soy tan tonto ¿O si?— dijo como si te hubiera leído la mente, entonces con lentitud se despojo de aquella prenda mostrando una piel clara sin marcas, suspiraste aliviada al ver qué usaba maquillaje igual que el día del callejón —pero ver qué te preocupas por mi sin duda es agradable— sonrió. Estabas por replicar cuando Toca los interrumpió para hacerte saber lo que quería comer.

Con lentitud te dirigiste a recoger sus alimentos, no dejas de pensar en la última frase que dijo Dabi, debía estar equivocado pues obviamente te preocupaba que si lo descubrieran todo se arruinaría y serías expulsada de la escuela, no era como que te importará que él estuviera en riesgo al estar en un lugar lleno de héroes ¿Cierto?

Para tu desgracia el pelinegro se tomó muy enserio lo de ser tu cliente, no se levantó de esa mesa por más que se lo pidieron, incluso pago doble por la comida con tal de que no le molestarán. Todo eso solo fue una tortura para ti pues el ojiazul disfrutaba enormemente de molestarte y hacerte sonrojar. Más de una vez hizo que dejaras caer las cosas que llevabas para poder observarte plenamente en tu traje de maid, sabía que no podías hacer nada para echarlo, al menos nada que no implicará revelar su identidad. Toga simplemente observaba la situación divirtiéndose.

Tu paciencia estaba llegando a su límite, más de una vez quisiste alejarte pero las chicas de tu clase te lo impidieron suplicandote que resistieras un poco más pues con lo que él estaba pagando pronto cumplirían la cuota de ganancias.

Lo único bueno era que el café de tu clase había sido muy bien recibido e incluso tenían fila esperando por entrar. Ignorabas que Kirishima llevaba un rato esperando con la intención de verte pero cuando al fin logro pasar acepto resignado otra mesa lejos de ti, pues pronto tendría que volver a ayudar a su propia clase. Sonrió satisfecho ante la idea de al menos haber logrado verte, se marchó sin que si quiera notarás si presencia.

Finalmente tu turno termino, se había acordado que en la tarde se convertiría en un café de mayordomos así que las chicas estarían libres con la excepción de algunas que se quedarían ayudando con la comida. En cuanto Dabi vio que te preparabas para irte abandono la mesa, y paso a tu lado.

—Nos veremos de nuevo— te susurro antes de salir del lugar seguido de Toga.

Dabi no era tonto, sabía que había llamado la atención al estar tanto tiempo ahí pero no pudo evitarlo simplemente quería ese escenario solo para él, por lo que ahora tendría que desaparecer momentáneamente.

Minutos después tu también abandonaste aquel salón con intención de ir hacia los vestidores y quitarte aquel uniforme. Pero al girar en una esquina mientras evitabas a otras personas terminaste chocando con una.

—Lo siento...— murmuraste una rápida disculpa a la que no hubo respuesta pues la persona frente a ti se había quedado sin habla al verte.

Hiciste un asentimiento más en modo de disculpa y estabas por seguir tu camino cuando fuiste tomada del brazo y obligada a girarte. Primero te invadió el pánico pero al reconocer de quién se trataba recuperaste la calma.

—Te estaba buscando— dijo Bakugou mirando a otro lado para ocultar el leve sonrojo que cubría su rostro  —te acompañaré el resto del día—

Tu luz más brillante [Bakugou y Tu] [Dabi y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora