Capitulo 111

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El escuchar esa pequeña voz te tomo por sorpresa, incluso llegaste a pensar que era parte de tu imaginación pero entonces sentiste aquellas pequeñas manos sobre la manta que te cubría.

—¿Onee-chan?— otra voz se unió a la primera. Entonces sentiste un pequeño cuerpo que comenzó a trepar por la manta.

—¡Onee-chan! ¡Hyori está aquí!— escuchaste a un lado tuyo y no te quedó más opción que bajar la manta, solo lo suficiente para que tus ojos quedarán al descubierto. Seis cabecitas te observaban atentamente —¡Onee-chan!— sonrió la más pequeña al encontrarse contigo —¡Hyori sabía que estabas aquí!—

—¿Onee-chan está muy triste?— pregunto uno de los pequeños al mayor, entonces caíste en cuenta que solo conocías el nombre de tres de ellos. Poco a poco y sin que lo notarás tu mente se fue disipando y dirigiendo tu atención a otras cosas lejos del dolor.

—¡Onee-chan es muy fuerte así que estará bien!— aseguro Ren, el mayor con una seguridad que envidiaste —solo tuvo un mal día—

—¡Si, ella estará bien!— secundo Shun y al verlo sentiste un enorme alivio pues su rostro estaba casi completamente recuperado en comparación a la última vez que lo viste.

—¿Onee-chan estás triste?— el pequeño rostro regordete se coloco frente a ti —¿Quieres llorar? ¡Hyori llorará contigo!— fue inevitable que no soltarás una risita al ver tal afirmacion pues ella obviamente no tenía intenciones de llorar.

Esa simple reacción de tu parte supuso un enorme alivio para Dabi quien observaba la escena desde el marco de la puerta. Su elección para animarte había sido la correcta, por fin podía ver un poco de luz en tu mirada.

—Onee-chan debes recuperarte— hablo nuevamente el mayor —mamá quiere verte— esto llamo por completo tu atención y por primera vez en días hablaste de algo que no fuera tu dolor.

—¿Ella está bien?— dijiste con la voz ronca muestra de todo el llanto que habías derramando. Todas las cabecitas asintieron en unísono brindandote un gran alivio.

—¡Onee-chan! ¿Sabías que... Sabías que...— la pequeña frente a ti nuevamente exigió tu atención —mamá ahora también será mamá de Hyori?— sonrió mostrando su felicidad —¡Ella dijo que amará mucho a Hyori!—

—Me alegro— dijiste e inmediatamente te sentaste en la cama, tu cuerpo estaba adolorido de tanto haber estado en la misma posición —estoy feliz de que todos estén bien— al escucharte todos se apresuraron a subir a la cama y abrazarte mientras te decían gracias.

Esa dosis de amor y cariño te ayudo a sentirte mejor, habías hecho lo correcto con esos niños, eso era suficiente para saber que todo había valido la pena. Tal vez no podrías volver pero eso no quitaba el hecho de que pudieras seguir ayudando a los demás, nada te impedía salvar a otros.

—Me gustaría visitar a su mamá— mencionaste y en ese momento Dabi intervino.

—Te llevaré a verla solo si comes algo— advirtió pero su expresión estaba más relajada pues ya no temía que el dolor te consumiera. Asentiste y él se marchó en busca de alimento.

Aprovechaste ese momento para presentarte de nuevo con los niños, te causo gracia como ellos también te decían sus nombres y edades en orden. Ren el mayor estaba por cumplir 8 años, le seguía Shun con 6, después estaban Ryo y Kei ambos de 5. Kou de 4 y por último Hyori de 3 años. Prometiste que no olvidarias sus nombres.

Los seis parecían desesperados por contarte cada uno una historia diferente así que por primera vez en días te permitiste sonreír ignorando las preocupaciones. Aquellas sonrisas y palabras alegres estaban funcionando mejor que cualquier medicina.

Dabi volvió con algo ligero para que comieras y al verlo fue inevitable que tú estómago no resintiera la falta de alimento, devoraste aquella comida con avidez. Realmente te habías dejado caer y de no ser por Dabi te habrías descuidado hasta el punto de no retorno.

—Gracias— soltaste sorprendiendo al pelinegro y este solo asintió pues después de unos días en agonía por fin se permitía respirar tranquilo. Entonces te dirigiste hacia los menores —¿Me llevarían con su mamá?— todos se unieron emocionados para llevarte pero Dabi te detuvo.

—Tal vez quieras darte una ducha primero y cambiarte— sugirió y entonces caíste en cuenta de que aún portabas el uniforme escolar, al verlo nuevamente una sensación de dolor te inundó pero una pequeña te distrajo de sumergirte nuevamente en la oscuridad.

—¡Hyori también necesita un baño!— sonrió —¡Yo ayudaré a onee-chan para que no le tema al agua!— sonreiste al ver qué intentaba ayudarte a pesar de que creía que el problema era mucho menor a la realidad.

—Entonces cuida de mi— revolviste su cabello.

Minutos después ya te encontrabas en el cuarto de baño en compañía de Hyori. Dabi te había dado un cambio de ropa que Himiko había preparado para ti. Al sentir la calidez del agua comenzaste a sentirte revitalizada. Tu mirada se perdió en el techo pues aún que hacías tu mayor esfuerzo para no volver a rememorar los eventos de los últimos días tu mente no cooperaba, querías ver a tu tío y explicarle que había pasado, querías decirle a Kirishima que había una razón detrás de tus mentiras y luego estaba Bakugou, tus mejillas se sonrojaron al pensar en él, querías verlo.

—Onee-chan también es como Hyori— la pequeña observaba tus cicatrices y con cierto orgullo mostraba las suyas lo que te estrujó el corazón, más al ver qué no solo eran sus brazos los que las portaban, al igual que tú, gran parte de su cuerpo parecía cubierto por ellas.

—Si, somos iguales— le sonreiste —¿Cómo te las hiciste?—

—Hyori quería un papá pero él novio de mamá dijo que no quería ser papá de Hyori— se vio cierta tristeza en su mirada —un día Hyori tiro algo por accidente y mamá encendió la estufa para castigar a Hyori— tus manos s convirtieron en puños al escucharla, era muy pequeña y de algún modo no parecía comprender la crueldad que había detrás de sus palabras —despues mamá dejo a Hyori pero Ren estaba ahí así que ahora no estoy sola ¡Ahora tengo una nueva mamá y muchos hermanos!— sonrió.

—¿Sabes dónde encontrar a tu mamá?— preguntaste tratando de aparentar una calma que no sentías.

—Mamá ya no esta— le resto importancia —Hyori le dijo a Onii-chan donde vivía mamá y cuando Onii-chan volvió dijo que mamá ya no estaría ahi— al escucharla rápidamente te hiciste una idea de lo que había pasado, no estabas de acuerdo con los métodos de Dabi pero por esta vez no preguntarias, si él los obligó a huir o peor no querías averiguarlo, estabas segura de que él había hecho lo mejor para Hyori y eso era suficiente.

—Hyori ahora también me tiene a mi— le sonreiste y ella te abrazo.

—¡Si! ¡Pero Onee-chan ya no debe estar triste por qué eso pone triste a Onii-chan!— la miraste confundida y ella se acerco a tu oído y susurro —Onii-chan no quería comer por qué tu no comias, Hyori lo vio pero el dijo que era un secreto—

—Voy a estar bien, ya no estaré triste, lo prometo— le sonreiste con unas lágrimas formándose en tu mirada, aquellos días sentiste que lo habías perdido todo pero no podías estar más equivocada, a tu alrededor aún había personas a las que les importabas y que sufrían al verte mal.

—Tienes que está bien por qué Onii-chan dijo que te llevaría de viaje—

—¿De viaje?—

—Si, dijo que irían a ver a un hombre malo que lastimo a tu mamá—

Gracias por leerme ❤️
Nos vemos el próximo viernes ✌️

Tu luz más brillante [Bakugou y Tu] [Dabi y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora