Capitulo 60

727 115 0
                                    

Después de escuchar las palabras de Dabi un fuerte dolor de cabeza te invadió seguido de una serie de imágenes que aparecieron en tu mente, una tras otra y sin poder evitarlo las lágrimas comenzaron a correr por tus mejillas. Fue solo un instante pero lo recordaste, viste al sujeto que apuñaló a tu madre, recordaste la forma en que entró a la casa como si inspeccionar todo, como te observaba a ti y su sonrisa antes de esconder su mano detrás de él. Pero lo que más te dolió fue recordar la imagen de cuando le mostró a tu madre su credencial de héroe profesional para poder entrar a tu casa y esta se repetía una y otra vez en tu memoria.

—No es posible— murmuraste y caiste de rodillas —¿Por qué?— Dabi se dejó caer a tu lado —¿Por qué nadie me lo dijo?— por tus mejillas corrían ríos de agua salada que no podías controlar.

—Por que ningún héroe lo sabe más que el culpable—

—¿Pero no comprendo?— las lágrimas no se detenían —¿Y el sujeto que fue arrestado?— tu mente no dejaba de buscar una excusa para tus recuerdos.

—Un chivo expiatorio—

—No puede ser posible— seguías en negación pero las imágenes en tu cabeza te mostraban lo contrario, fue tanta la impresión que el aire comenzó a faltarte y tú respiración se entre corto, estabas hiperventilando.

—Eso no es bueno— murmuró Dabi —respira conmigo— entonces se colocó a la altura de tus ojos y empezó a hacer respiraciones profundas esperando que lo imitaras, poco a poco lo hiciste y aunque tardaste mucho más de lo normal lograste seguir el ritmo de sus exhalaciones, finalmente tu respiración volvió a la normalidad.

—Quiero creerte pero me parece imposible— murmuraste con voz apenas audible —¿Por qué me dices esto? ¿Por qué me haces esto?—

—Podría simplemente decir que es por qué soy malo— Dabi se colocó a tu lado —pero estoy cansado de las mentiras de los héroes y tú estás dentro de una grande, además...—el pelinegro dudo sobre si contarte la verdad que tanto se habían esforzado en ocultarte últimamente, quería hacerlo pero por el momento no traería nada bueno así que decidió callar —asi podemos pasar más tiempo juntos— sonrió de lado.

—Hay ocasiones en las que quisiera desaparecer— por alguna razón sentías que él era el único que realmente podría comprender algo de lo que pasabas —solo soy un estorbo, todos dicen que no es cierto pero al final así me siento, se que cuando ellos me preguntan si estoy segura de hacer algo lo hacen por qué les preocupo, aún así no puedo dejar de pensar que creen que no lo lograré— escondiste tu rostro entre tus rodillas —Quiero ser un héroe, enserio lo quiero pero tú te empeñas en mostrarme solo lo malo ¿Que hay de lo bueno?—

—Supongo que lo debe haber, como todo en esta vida— te respondió —pero tristemente a mí me tocó experimentar lo malo de primera mano al igual que a ti, entonces yo decidí no creer en héroes falsos. Pero sabes conozco a alguien que realmente quiere salvar a las personas y hacer un cambio a pesar de todo lo que pueda enfrentar—

—¿Enserio?— levantaste la cabeza ante las palabras que llamaron tu atención —¿Quien?—

—Tu— no esperabas esa respuesta y menos de un villano, te quedaste sin habla —te he observado lo suficiente como para notar que tus intenciones son verdaderas—

—Yo... no me siento asi—

—Pero lo eres ¿Cuántas veces no se ha movido tu cuerpo por si solo para salvar a alguien? ¿Cuántas veces tu deseo de ayudar ha sido más fuerte que tú miedo?—

—Creo que vez algo en mi que yo no— sonreíste casi imperceptiblemente al sentirte reconfortada —Dijiste que puedo hablar contigo por lo que me dieron ¿Significa que cuando pase el efecto volveré ha actuar como antes?—

—Es lo más probable, pero espero que para ese momento confíes lo suficiente en mi como para no necesitar ningún medicamento—

—Nunca pensé que estaría observando el cielo junto a un enemigo— tu mirada se mantenía fija en las estrellas del firmamento —¿No te parece raro?— soltaste una pequeña risita —me siento como cuando hacia alguna travesura de pequeña y a pesar de que siempre trataba de esconderme mi mamá...— la voz se te quebró y no pudiste continuar.

—No es fácil, lo se pues mi madre también termino mal por la culpa de un maldito héroe—

—Lo lamento— dijiste recuperándote —¿Cómo se llamaba tu mamá?—

—Se llama Rei, aunque no creo que me siga considerando su hijo—

—Estoy segura de que si, las mamás no olvidan—

Te pusiste de pie para observar un poco más el paisaje pero al llegar a la barandilla el pelinegro se puso de pie lo más rápido que pudo. De pronto la madera bajo tus pies cedió y habrías caído del segundo piso de no ser por qué Dabi logro sujetarte a tiempo. Hiciste una mueca de dolor pues tu tobillo lastimado se había atorado en un trozo de madera.

Con cuidado Dabi te subió a una zona segura de lo que quedaba de aquella terraza y rápidamente te ayudo a liberar tu pie tratando de no lastimarte mas pero fue inevitable que te quejarás por el dolor.

—¿Estás bien?— el pelinegro se veía genuinamente preocupado.

—Solo me duele un poco— respondiste —pero estoy bien—

—Era algo de esperarse— dijo mientras inspeccionaba el deterioro de la casa —mi familia no viene aquí desde... desde hace mucho tiempo— se acercó a ti y te ayudo a ponerte de pie —será mejor que volvamos— te hizo colocar un brazo sobre su hombro para que no apoyaras el pie y segundos después apareció un portal.

Una vez que estuviste de regreso en tu habitación, Dabi te ayudo a entrar y te sentaste sobre la cama.

—Aunque me arrepienta de decirlo creo que sí lo necesitaba— le dijiste.

—Despejar la mente es bastante útil— menciono Dabi —sabes que estoy aquí, si te sientes abrumada solo mueve los labios diciendo mi nombre y sabré que esa noche debo verte, claro que también puedes gritarlo pero nos descubrirían y en ese momento tendría que llevarte conmigo— se burló.

—Yo...— entonces unos golpes en tu puerta los alertaron a ambos.

Tu luz más brillante [Bakugou y Tu] [Dabi y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora