Capítulo 128

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Guardaste silencio unos minutos asimilando las palabras de la rubia. Toda tu vida habías crecido con una idea de lo que estaba bien y lo que estaba mal, sin embargo últimamente habías descubierto que el mundo estaba lleno de matices y muchas veces no había una respuesta correcta. Tal vez, solo tal vez está era una de esas ocasiones.

—Bueno, si no es fácil para ti— continuo Himiko —¿Por qué no amas a Dabi mientras estás con él y a Bakugou cuando lo veas? Si solo quieres a uno puedes decidirlo después— entonces suspiro —si yo fuera tu no dudaría en mostrarles mi amor a ambos después de todo la vida es impredecible—

—¿Realmente crees que puedo hacer algo así?— aún dudabas.

—Yo creo que ya lo haces— te sonrió —y creo que ellos ya lo saben— tu rostro se torno completamente rojo ante esa idea, no tenías respuesta para aquello pero no hubo necesidad de hablar pues en ese momento Dabi regreso a la habitación.

El pelinegro se sorprendió al verte acompañada pero esto solo le robó una sonrisa que te aceleró el corazón. Entonces notaste que llevaba una especie de bolsa de plástico en la cabeza, por suerte la rubia hablo antes que tu.

—¿Día de tinte?— pregunto Himiko mientras se ponía de pie para salir de la habitación.

—Faltaban un par de días pero aproveche que tenía tiempo— Dabi le resto importancia.

—Te ofrecería mi ayuda pero algo me dice que estarás ocupado con otro asunto— soltó una sonrisa burlona mientras te miraba, abandonó la habitación entre pequeños saltos.

En cuanto se quedaron a solas la atmósfera cambio por lo que Dabi no tardó en deducir que era lo que habías estado conversando con la rubia. Ahora que el estaba mas calmado había caído en cuenta de lo que sus palabras podrían representar para ti, temía haberse excedido pero no sé arrepentía de qué al fin entendieras sus intenciones.

—Necesito reposar esto unos minutos— señaló su cabeza —pero tu deberías intentar dormir—

—P… puedo esperar contigo—

—Deberías descansar, usaste demasiado tu don así que tu cuerpo debe estar agotado, además ya me has ayudado demasiado— te sonrió acelerando de nuevo tu corazón, necesitabas distraer tu mente de inmediato.

—N… No sabía que usaban tinte—

—¿No? Yo pensé que sería obvio, después de todo viste mi foto— entonces lo recordaste, era un niño en aquella fotografía y lo único que quedaba de él era su intenso color de ojos.

—Es blanco— soltaste sin pensar provocando una pequeña risa de tu acompañante.

—Y antes de serlo fue rojo— se encogió de hombros con una sonrisa —supongo que soy multifacético—

—Me habría gustado verlo— dijiste mientras lo imaginabas.

—No creo que el rojo sea posible pero tal vez un día lo veas en blanco, aún que siempre he pensado que el negro me queda más—

—¿Lo extrañas?— te animaste a preguntar —¿Extrañas quien eras antes?—

—No lo sé— se sincero —no hay mucho que rescatar de mi antigua vida, mis recuerdos se volvieron malos a una edad temprana— guardo silencio unos minutos pensando en tu pregunta —supongo que de algún modo extraño los sueños tontos y sin preocupaciones que tenía en ese entonces— lo observabas atenta esperando que continuará —por ejemplo, la cabaña a la que te lleve, de niño esperaba que al crecer fuera mía y poder arreglarla, lo primero que haría seria reparar el balcón— te lanzo un guiño —luego compraría una silla cómoda para ver las estrellas todas las noches— entonces suspiro —quería que fuera un lugar al que llevar a mi propia familia a pasar las vacaciones o a vivir, un sueño tonto ahora que lo veo—

Tu luz más brillante [Bakugou y Tu] [Dabi y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora