Capitulo 86

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Los nervios te invadieron instantáneamente al escuchar la pregunta de tu tío, estabas por entrar en pánico mientras tú mente buscaba una excusa a toda velocidad.

—¿Habla de la chica que ocupo la mesa todo el tiempo que Hikari estuvo ahí?— pregunto el pelirrojo y Aizawa asintió —yo también quería visitar a Hikari pero no pude, pero mientras esperaba escuche que la alumna se estaba reuniendo con su hermano al que hace mucho no veía y querían privacidad así que pagaron extra por esa mesa— Kirishima te cubrió sin cambiar su expresión tranquila, desde pequeño él siempre había sido mejor mintiendo así que la mayoría de las veces se librabán de los castigos gracias a él.

Aizawa te miro esperando tu respuesta por lo que rápidamente asentiste confirmando las palabras del pelirrojo.

—Ellos querían privacidad— fue tu única respuesta, el pelinegro guardo silencio analizando la situación pero al final opto por dejar las cosas como estaban, no tenía motivos para pensar en que mentían además noto tu agitación y pensó que aún te encontrabas mal por lo que había pasado en el festival.

Después de asegurarse de que estuvieras bien abandono la habitación, no le agradaba la idea de dejarte a solas con un hombre pero Kirishima ya le había mostrado que podía confiar en él.

Una vez solos soltaste todo el aire que habías estado conteniendo en tus pulmones y al ver al pelirrojo este te devolvió una reconfortante sonrisa.

—Es más sencillo así ¿no? Si no estás sola— dijo y asentiste, entonces el coloco su mano sobre la tuya —sabes que siempre estaré para ti, para lo que necesites—

—Lo se, gracias—

—Entonces prometeme que tendrás cuidado—

—Lo prometo— entonces un pensamiento vino a tu mente, lo habías olvidado por completo —¿Y Bakugou?—

—Sobre eso, creo que necesitas hablar con él— abriste los ojos horrorizada ante la idea de tener que contarle la verdad sobre lo que pasaba pero Kirishima te tranquilizó rápidamente —no es sobre lo que piensas— suspiró —él cree que de algún modo es responsable del ataque que sufriste, estaba muy preocupado pero como se culpa pensó que su presencia te podía afectar más así que prefirió mantener su distancia—

—Debo ir a hablar con él— intentaste ponerte de pie pero el pelirrojo te lo impidió.

—Creo que lo mejor será que descanses y te repongas, también le darás a él tiempo de aclarar su mente— una mezcla de sentimientos se arremolinaban dentro del pelirrojo pues la preocupación que mostrabas por el rubio era sincera y aún que aún dolía estaba feliz por vez que de algun modo Bakugou te interesaba —habla con él por la mañana— sugirió.

Sopesaste sus palabras y asentiste, mañana hablarías con Bakugou antes de clases. Poco después Kirishima se despidió con una sonrisa asegurandote que guardaría tu secreto.

Unos segundos después de quedarte a solas un golpe se escuchó en tu ventana, de algún modo estabas segura de que Dabi te visitaría esa noche. El pelinegro se acerco preocupado por ti pero hablaste antes de que dijera cualquier cosa.

—Él sabe que nos reunimos en aquel salón— soltaste, tus palabras tomaron por sorpresa al recién llegado pero no lo suficiente pues aunque ya sospechaba del pelirrojo no esperaba que se lo dijeras tan directamente. Se acerco lentamente hasta sentarse frente a ti esperando una explicación.

—Le dije que recordé al asesino de mi madre, él ya sospechaba que me reunía con alguien pero descuida no le dije que eras tú, solo mencioné que era alguien que me estaba ayudando a descubrir la verdad— Dabi se mantuvo en silencio, ser descubierto era algo que le molestaba pero el hecho de que el pelirrojo estuviera de su lado abría un mundo de posibilidades ante el ojiazul —el prometió no decir nada— asegúrate rápidamente temiendo la ira del pelinegro. Dabi observo tu expresion de angustia y se acerco.

—¿Estás bien?— te pregunto con una ternura que no le habías visto mientras claramente dejaba pasar tus anteriores palabras, tus mejillas se sonrojaron al ver como te miraba, así que lentamente asentiste.

—¿Estás enojado?— preguntaste temerosa de haber hecho algo que le desagradara.

—Era solo cuestión de tiempo— suspiro —ultimamente nos estuvimos exponiendo demasiado— y para tranquilizarte añadió —ademas unos ojos extra no nos vienen nada mal—

—¿De verdad?—

—Si y lo importante es que no sabe quién es el apuesto chico que te visita por las noches— te guiño un ojo —¿Y bien? ¿Que tal fue tu primer festival?—

—Mejor de lo que esperaba— sonreiste tan sinceramente provocaste un sobresalto en el corazón del pelinegro.

—Me alegra— se puso de pie rápidamente, girandose para que no lograrás ver lo que le habías causado —sera mejor que me marche, después de todo necesitas descansar— dio un par de pasos antes de que lo llamaras pues una duda aún vivía en tu mente —¿Que sucede?— se giro de nuevo hacia ti—

—Quiero pedirte un favor— Dabi sonrió al rememorar aquella conversación en la que le habías asegurado que no necesitabas nada de él.

—Te escucho—

—La chica que vimos en la casa de susbastas— el pelinegro asintió demostrando que sabía de quién hablabas —la vi el otro día en televisión—

—Si, una de las tantas mujeres de ese seudo héroe que le gusta jugar al político—

—¿Ya lo sabías?—

—Desde él momento que vi quien la compro, no hay ese tipo de secretos en el bajo mundo— te miro fijamente —incluso entre los héroes parece ser un secreto a voces— tu expresión mostraba incredulidad total —ya te lo había dicho, aquella casa de subastas no es precisamente supervisada por los malos—

—Quiero ayudarla— soltaste —se que no puedo ayudarlos a todos, se que cada día habrá una nueva subasta y más personas podrán sufrir destinos horribles pero al menos quiero poder ayudarla a ella—

Dabi suspiró sabiendo que probablemente lo que descubrirás no te sería agradable. Aún que después de todo no era mala idea pues uno de los objetivos del pelinegro era mostrarte la verdadera cara de la sociedad y que mejor manera de lograrlo que ofreciéndote lo que querías.

—Bien— acepto —hare los arreglos necesarios y cuando tenga todo listo vendré por ti— asentiste y le agradeciste, entonces el se dirigió a la venta y antes de marcharse te dirigió una última mirada —solo no olvides que no todos quieren ser salvados— entonces desapareció.

Sus últimas palabras te confundieron pero decidiste no pensar más en ellas después de todo el pelinegro disfrutaba de jugar con tu mente.

Observaste el reloj, ya pasaba de media noche así que te dispusiste a volver a dormir. Entonces alguien llamo a tu puerta.

—¿Estás despierta?— pregunto Bakugou desde el otro lado.

Tu luz más brillante [Bakugou y Tu] [Dabi y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora