Capitulo 82

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Bakugou sonrió al ver como el jugo de aquella manzana corría por sus rostros, observaste asombrada aquella escena. El rubio había acertado el momento exacto para detener la fruta entre sus frentes mientras caía.

Pero eso no fue lo más impactante que sucedió en ese momento, por un segundo, solo un segundo cruzaste tu mirada con la de él. No hubo necesidad de que fueras controlada o que fuera una situación de vida o muerte, simplemente la alegría del momento provocó que sus ojos se encontraran.

Bakugou tuvo que retroceder un paso dejando caer los restos de la fruta que los separaba, su corazón había comenzado a martillear con tal fuerza que temia que lo escucharás, necesitaba distraer su mente inmediatamente así que sin dudarlo se dirigió a Uraraka para jactarse de su victoria.

—¿Creí que dijiste que nos ganarían?— el rubio se burló.

—¡Eso no es justo! ¡Su manzana subió sin que la tocaran eso debe estar contra las reglas!— la castaña miro al organizador del concurso quien solo le dio una disculpa silenciosa, no había nada contra las reglas sobre lo que hizo el rubio —¡Bien! ¡Disfruta de tu cita!—

Pero cuando les entregaron el cupón que haría válido el primer premio inevitablemente Bakugou noto tu expresión de decepción mientras observabas con anhelo la figura en brazos del peliverde. Así que bufo molesto antes de extenderle el brazo hacia Uraraka.

—¡Toma y dame esa estúpida figura!— la castaña tardó en asimilar las palabras del rubio —¡Toma el maldito boleto de la cita!—

Uraraka se apresuro a tomar aquel trozo de papel mientras observaba a su compañero con sospecha, pero al ver qué el rubio solo te miraba a ti quien no despegaba la vista de la figura comprendió todo.

—¡Si, tenemos la cita!— soltó emocionada antes de dirigirse al peliverde —Dales la figura— ordenó.

—¿Eh?— era obvio que Midoriya no quería pero al ver tu expresión y sentir la amenazadora mirada de su novia se desprendió de aquella posesión más por la fuerza que por gusto.

Bakugou te la entrego en las manos y no pudiste evitar sonreír lo que nuevamente alteró el corazón del rubio.

—Gracias— dijiste mientras observabas la figura —Eiji estará feliz— esas últimas palabras bastaron para cambiar el humor de Bakugou.

—¡Vamos a entregársela de una maldita vez!— soltó molesto esperando deshacerse de la sombra de su amigo que los acompañaba, comenzó a caminar a la salida sin esperarte por lo que solo te despediste con un asentimiento de los presentes y lo seguiste.

Entonces, sin saber porqué, extendiste tu mano mientras le dabas alcance y al colocarte a su lado también uniste sus manos. Bakugou se detuvo incrédulo ante lo que acababa de sucede, duró un par de segundos alternando su mirada entre sus manos y tú, mientras que tú no entendías lo que sucedía. Después, el rubio sonrió y continuo su camino sujetandote con fuerza. Era una victoria contra el recuerdo del pelirrojo.

Caminaron siendo observados por más de un rostro curioso hasta que llegaron al salón  1A, sobre la puerta se apreciaba el letrero que informaba sobre la casa del terror. En la puerta se encontraban Denki y Sero, quienes abrieron los ojos de la impresión al verlos tomados de la mano pero la amenazante mirada del rubio basto para que no dijeran una palabra, al menos no en ese momento pues Bakugou estaba seguro que después lo asediarian con preguntas.

—¡Llamen al maldito pelos de punta!— exigió, Sero suspiro y fue a llamar a Kirishima.

Cuando el pelirrojo salió, la opresión que sintió en su pecho fue similar a la emoción que le produjo la escena frente a él. No negaría que verlos tomados de la mano le resultó un poco doloroso pero también sintió alegría al ver el progreso de su amigo.

—¡Mira lo que conseguimos!— dijiste con emocion y los ojos de Kirishima brillaron al ver la figura que sostenías, inmediatamente comenzaron una alegre conversación sobre aquel objeto mientras Bakugou los observaba molesto pues ahora el hecho de tomarte de la mano parecía perder valor ante la facilidad y alegría con la que te desenvolvias con el pelirrojo, él también quería que actuaras así al estar a su lado.

Y no era el único molesto, Dabi había estado observandolos todo el tiempo provocando que su mandíbula se mantuviera rígida debido a la expresión de molestia que había mantenido. Entonces sonrió, la casa del terror le daba una oportunidad para intervenir y al menos tartar de apasiguar los celos que lo consumían.

—Deberian entra juntos— los ánimo Kirishima y antes de que pudieras negar el rubio acepto, así que te tomo de nuevo de la mano para llevarte dentro.

No fue la gran cosa para ti pues debido a tu don podías ver en la oscuridad así que no había nada que realmente te tomara por sorpresa, y para Bakugou también resultó ser una decepción pues muy en su interior esperaba que te asustaras y corrieras a sus brazos, sin embargo fue él quien más de una vez se estremecío de manera casi imperceptible al ser sorprendido por sus compañeros, en ese momento maldijo para su interior pues estaba seguro de que te habías dado cuenta pues con cada susto apretabas ligeramente su mano. Pero no era algo que te importara.

Mientras tanto la clase A se tomó muy personal su presencia, y en un intento de ayudar al rubio se propusieron usar sus mejores trucos pero como podías ver todos sus movimientos nada lograba asustarte, pero si había alguna actuación que debías agradecer era la Tokoyami, estaba haciendo un excelente trabajo en compañía de Dark Shadow, seguramente le causaban terror a cualquiera que entrará.

De pronto una mano surgió de la oscuridad con intención de sujetarte, en aquellos ojos azules se veía la necesidad de arrebatarte del lado del rubio. Sentiste un tirón.

Dabi sonrió mientras era envuelto por la oscuridad de la utilería, estaba por susurrarte algo indecente cuando reconoció que la voz que le acompañaba no era la adecuada.

—¿Pero que demonios?— soltó Bakugou entre los brazos de Dabi.

Tu luz más brillante [Bakugou y Tu] [Dabi y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora