Capitulo 88

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Bakugou hizo acopio de todo su autocontrol y antes de ir más allá se alejó, se puso de pie sin mirarte a la cara y se dirigió a la puerta.

—Sera mejor que descanses, nos vemos mañana— abandono la habitación dejándote con el rostro sonrojado y el corazón acelerado.

El rubio corrió a su habitación y cerrando la puerta se recargo de espaldas a esta hasta terminar sentado en el suelo. Si corazón estaba por estallar debido a todas las sensaciones que lo invadían. No se arrepentía de haberse alejado pues había decidido dejar que todo fluyera a tu ritmo, no avanzaría hasta que tu se lo indicaras pero el problema era que parecía que no habías tenido el mínimo interés por alejarlo.

Mientras tanto, la escena que habían protagonizado había sido observada por Dabi, quien te vigilaba a la distancia. A penas y se contuvo de ir a quemar al rubio. Su molestia se debía a qué a pesar de que ahora confiabas en él no te tomabas sus proposiciones e insinuaciones enserio. El pelinegro no te había mentido, cada cosa que te decía era enserio y aún así tú lo tomabas a juego.

No podía dejar las cosas así por más tiempo, tenía que hacer algo. Tenía que atraerte hacia él, a su mundo.

A la mañana siguiente todos en los dormitorios se encontraban demasiado animados pues hoy todos volverían a sus tareas habituales, volverían a salir de la UA y participarían en las agencias de héroes. Al recordar esto el nerviosismo te invadió pero poco a poco se desvaneció al darte cuenta de que no importaba a qué agencia fueras, no estarías sola.

Terminando de desayunar, Kirishima y Bakugou te esperaban para partir hacia la escuela. Para nadie paso desapercibido que al colocarte al lado del rubio este te tomo de la mano. Más de una mirada curiosa se dirigió hacia ustedes en el trayecto a sus salones, si antes muchos ya pensaban que estabas saliendo con el rubio está fue una confirmación, aún que estaba muy lejos de la realidad.

Las clases transcurrieron con más felicidad de la habitual pues todos esperaban volver a salir de nuevo. Al sonar la campana de salida todos se apresuraron a abandonar las instalaciones de la UA. Bakugou y Kirishima te esperaron como ya era costumbre, nuevamente al darles alcance tu mano se entrelazó con la de Bakugou.

Caminaron hasta la agencia de Fatgum, pues los héroes profesionales les habían pedido que se reunieran ahí pues planeaban hacer un recorrido juntos. Para nadie paso inadvertido que te desenvolvias mejor que antes, dudabas menos y reaccionabas mejor cuando alguien te hablaba. Fatgum y Beast Jeanist se sorprendieron al ver qué al iniciar el recorrido hablabas con más naturalidad con Bakugou.

Tu también habías notado un cambio en ti, te sentías más fuerte y capaz. Tenías la seguridad de que no te dejarían sola y que te rodeaban personas en las que podías confiar.

Al inicio solo se enfocaron en recorrer las calles, hasta que una discusión entre unos cuantos civiles llamo la atención de los héroes profesionales quienes tuvieron que atravesar una multitud para acercarse a averiguar que sucedía. Bakugou y Tamaki se encargaron de impedir que más personas se acercarán.

Entonces se escuchó el grito de una mujer, le habían robado y señalaba en la dirección por donde huía el ladrón. Le dirigiste una asentimiento a Kirishima y corriste tras el fugitivo, el pelirrojo te siguió pero rápidamente lo dejaste atrás. El don del escurridizo ladrón le estaba dando una gran ventaja pero no la suficiente así que al llegar a un callejón le diste alcance.

Lo sujetaste con fuerza del brazo para darte cuenta de que solo era un niño.

—¿Onee-chan?— soltó sorprendido y entonces lo reconociste, era uno de los pequeños que robaba para comprarle medicina a su madre.

No sabías que hacer, él claramente estaba rompiendo la ley pero era el mayor de los niños así que sabías que sin él los otros pequeños sufrirían más y aquella mujer podría morir. Sin poder reaccionar soltaste tu agarre y él corrió alejándose después de pronunciar un rápido gracias.

Te quedaste inmóvil con la mano extendida, mientras tú mente se debatia sobre lo sucedido ¿Que era lo correcto en esa situación? ¿No se supone que la ley tenía que ayudar a los desfavorecidos? ¿Valdría la pena castigar ese delito a costa de la vida de inocentes? Estabas en una especie de transe cuando Kirishima te dio alcance y te llamo haciendo que volvieras a la realidad.

—¿Todo bien? ¿Que paso?— la expresión de tu rostro inmediatamente preocupo al pelirrojo.

—No logré alcanzarlo— dijiste en un susurro mientras observabas tu mano.

—No importa ¿En qué dirección se fue? Podemos buscarlo juntos— te sorprendió que aún antes de que lo pensaras tu mano ya estaba señalando la dirección contraria.

Kirishima se apresuro a ir por dónde le indicaste sin poder sacarse de la mente que algo había pasado contigo en esos minutos en que se separaron, pero había prometido ser paciente y esperar a que tú le dijeras lo que pasaba, aún así no era sencillo.

Acompañaste al pelirrojo a buscar a alguien que estabas segura de que no encontrarías. Poco después se encontraron con los demas y Kirishima se encargo de darles un informe, cosa que agradeciste.

Terminaron de patrullar y volvieron a los dormitorios, para el rubio y el pelirrojo fue bastante obvio que tu mente se encontraba dispersa. Querías hablarles de lo que te preocupaba pero sería revelar demasiado.

Entraste al comedor tomada de la mano de Bakugou lo que volvió a llamar la atención de todos pero nadie se atrevió a decir nada después de la amenazante mirada que les dirigió el rubio. Cenaste rápidamente y te marchaste a tu habitación, te quédate recostada analizando todo lo sucedido ese día. Cuando ya todas las habitaciones habían apagado su luz, escuchaste como se abría tu ventana, te levantaste para encontrar a Dabi.

—Alguien quiere verte— fue lo único que dijo antes de entrar por un portal, esperando que lo siguieras.

Tu luz más brillante [Bakugou y Tu] [Dabi y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora