Capítulo 2 ~ Avidez por él

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— ¿Entonces no te veré después de las clases esta semana? — dijo Gigi mientras caminábamos por los pasillos del instituto

— Esta semana no, ... y espero que no sean más —dije desesperada, justo pasamos por la puerta de salida

— ¿Ahora con quien iré a la fiesta el sábado? — Gigi lo tuvo que decir en un volumen muy alto por la gente que había al bajar las escaleras

— Conmigo no cuentes  — dije con un tono de desesperación

— Entonces, ¿no te veo hasta mañana, no? — aún seguía teniendo el deseo de la posibilidad de que pudiéramos vernos aún sabiendo que yo no tomaba las decisiones de mis salidas

— Va a ser que no, mis padres son imposibles de convencer...te veo mañana — dije alejándome de mi mejor amiga

Todos los días eran iguales, tenías que empujar a la gente acumulada allí para que te dejasen salir a fuera, me estaba agobiando allí

En ese momento me hubiera gustado estar en el campo verde de detrás del instituto. Allí habías vistas y soledad, corrijo: hubiera tenido soledad si no hubiese contado al chico de los profundos ojos azules

Espera, ¿seguiría allí?

Buena pregunta, pero si me retraso al llegar a casa con tal de verle puede que me aumenten el castigo. Bueno, no pasa nada, por comprobar un minuto si sigue estando allí sentado no pasará nada... eso espero

Rodeé el instituto corriendo para intentar no llegar tarde a casa y comencé a buscar el árbol anterior en el que estaba sentado

Ahí estaba el árbol, lo tenía a la derecha, como esta mañana, era un árbol grande, de un verde muy llamativo y a parte muy bonito, pero no estaba él.

Si lo pienso bien, tampoco había muchas posibilidades de que estuviera aquí a esta hora, a las 4 (la hora a la que acababan las clases) la gente suele quedarse en casa

Como la persona a la que había venido a buscar no estaba, retrocedí y marché hacia mi casa, a unos 5 minutos corriendo y no supe cuantos andando, porque desde luego no solía ir tan despacio a clases

* * *

7:59 p.m. del Lunes ~

Estaba ya en mi habitación, encerrada. Tampoco esperaba que me castigasen con más de esto mi madre ni esperaba que fuera menos duradero la charla que me ha echado sobre lo importante que es mi reputación y notas y lo mucho que se preocupa, he estado media hora en el salón escuchándola

Al día siguiente tenía examen, así que solo me quedaba estudiar. El problema de esto era que no me apetecía nada, como a nadie supongo, pero es que este mismo día no me apetecía ni encender el ordenador para imprimir mis resúmenes, así que intenté que me cediesen al menos un café para despertarme o motivarme algo

8:06 p.m ~

Misión cumplida, conseguí mi café

Encendí mi ordenador y al final he decidí estudiar mi resumen desde ahí

Al poner abrir el archivo del resumen de la asignatura se escuchó el sonido de un mensaje de mi móvil

Gigi
Grace, he conseguido que mi hermano nos lleve en su coche a la fiesta del sábado

Yo:
Sabes que no voy a poder ir, Gigi, sigo estando castigada

Gigi:
No pasa nada

Grace:
¿Cómo?

Gigi:
Pues si tanto te preocupa, baja por la ventana

Yo:
Gigi, si me escapo me van a pillar y no quiero que me alarguen el castigo más de esta semana


Gigi:
¡¿En serio Grace?!
¿No decías que tus padres se acostaban muy pronto?

En parte tenía razón, recordaba que solían acostarse muy temprano desde que era pequeña, pero tenía miedo de arriesgarme y que me pillaran. De todas formas ya llevaba solo una tarde castigada y ya quería salir, así que mucho más de una semana no podía aguantar

Yo:
Vale, entonces te espero a las 8 p.m.

11:24 p.m. ~

Me encontraba echada de lado en mi pequeña cama cubierta con una manta gorda pensando y reflexionando sobre mi día

Mi perro Gollum estaba durmiendo en el colchón para perros que le puse al lado de mi para poder subirle a mi cama y bajarle rápido si mis padres venían a mi habitación. Recordé cuando de pequeña, mis padres me regañaban cariñosamente al hacer lo mismo. Con el paso del tiempo no recordaba nada distinto

Estuve pensando en cómo bajaría por la ventana. Al final decidí bajar saltando, aunque cupo la posibilidad de que saliese con algún hueso roto y tuviese que irme al hospital, si hubiera otra manera de bajar, podrían creerme, ya sabría cuál, era lista para lo que quiero.

Unos minutos más tarde me quedé dormida, tenía mucho sueño

7:30 del día siguiente ~

Me puse 3 alarmas para por si no me despertaba con una, siempre había que prevenir

Estaba ya caminando hacia el instituto, tenía que llegar antes de que empezaran las clases, quería comprobar si estaba el chico de los profundos ojos azules

Ya eran las 7:45, solo me faltaba rodear el este anteriormente mencionado y llegaría. Tuve en cuenta que siempre podría saber que había llegado a mi destino gracias a ese árbol grande con un verde llamativo

Efectivamente, ahí estaba el árbol y él reposando su espalda en este

Me quise fijar en todo tipo de detalles, por ejemplo, llevaba un jersey gris con cuello, encima una chaqueta de béisbol blanca y azul marina, un pantalón vaquero algo más claro que el de ayer con un toque ancho y algo roto y las mismas converse negras que el día anterior

Me quedé observándolo desde unos pasos más atrás que el anterior día para asegurarme de que no me viera

Como la otra vez me quedé con la intriga de saber lo que escribía, saqué mi móvil del bolsillo de mi pantalón y amplié la pantalla de la cámara de este. Me di cuenta de que no podía volver a hacer esto más veces, estaba indagando en sus cosas personales, pero solo sería esta vez

Al hacer zoom se veía un poco borroso, pero se podían apreciar unos diálogos en la hoja sobre la que escribía con el mismo boli azul que el otro día. Tachaba, volvía a escribir y así sucesivamente

¿Estaba escribiendo guiones en vez de asistir a clases? Al ampliar la imagen se podía apreciar mejor su edad, ya pude decir que tendría uno, tal vez dos años más o incluso mi misma edad, así que en teoría debería estar realizando sus estudios en algún instituto

Le pude haber echo una foto, pero no se la hice, a mi no me hubiera gustando que me hicieran fotos sin mi permiso. Aunque, debí de admitir que me hubiera encantado contemplar su foto todos los días, a todas horas. Tenía algo

De repente levantó la cabeza hacia el amanecer, ya se le podía apreciar mejor la cara. Mirarle era adictivo, no pude parar hasta que me di cuenta de que era casi la hora de marcharme

Corriendo, como siempre, di la vuelta al instituto y por primera vez llegué puntual

La Sombra Que Esconde El Árbol Donde viven las historias. Descúbrelo ahora