Jonathan WadeVolvía cada día de diario a ese árbol, a ese arce que me daba sombra en pleno verano/otoño. A ese bonito campo en el que pasaban los pájaros de vez en cuando, en el que la brisa suave me apartaba los mechones de mi pelo, en el que conseguía estar en paz, como en ningún sitio. Este tenía la calma que no recibía de otros sitios, este era un lugar especial
Escribía todas las mil historias que se me venían a la mente acelerando el escribir de mi bolígrafo, para que me diese tiempo a apuntar todo en mi cuaderno antes de que se me olvidase. Tenía dificultad para escribir, ya que mi mano estaba vendada, además de que me dolía y escocía, pero era suficientemente soportable
Hace unos días tuve que informar a mi chofer y a los tres guardaespaldas que siempre iban conmigo, para ir al médico, ya que, para ir al centro por el día no podía ir solo, por temas de seguridad.
No me gusta nada que me tengan que acompañarme de un lado a otro, por eso siempre intento estar en las afueras, como donde estaba ahora justamenteMe quitaron los minúsculos cristales que tenía clavados en las heridas de la frente y la mano y ahora, tengo un dolor intenso por el cristal al dejar tanta profundidad en mis heridas.
También me pusieron unas vendas en estas heridas, que todavía tengo que llevar, y para que en la serie en la que actuaba no se notasen, me tuvieron que poner cincuenta kilos de maquillajeLa parte positiva de todo esto, es que pude ayudar a alguien, a alguien que no había vuelto a ver. Había pasado ya dos semanas de la sobredosis.
A veces me preguntaba si le había molestado, si estaba enfadada, o si simplemente no quería volver a verme por haber intervenido cuando estaba inconsciente en su habitación
Antes de que se fuera me dio las gracias, pero yo creo que tal vez, se tuvo que dar cuenta de que posiblemente tendría a paparazzis grabando o haciendo fotos y decidió contenerse
Pensaba que ella estaría en el orfanato viviendo, pero no se cómo ni que pasó, que la vi una vez salir del instituto con otra chica, ¿y si se había escapado? ¿y si era una alucinación? O puede ser que me hubiesen echado alcohol al refresco cuando estaba en el bar con Kate, sin darme cuenta
A lo mejor no tendría que haber ido al centro de menores a verla, tenía que haber tenido en cuenta que he hablado con ella pocas veces, pero tuve que ir porque me sentía muy preocupado
O tal vez no tendría que haberla dejado pistas de que estuve allí, pero ya que, posiblemente la molesté al entrar a su habitación, me pareció maleducado no dejarla nada de regalo, y encima, después de lo que la pasó, más motivos tenía
* * *
3:47 a.m. ~ Después de rodar (dos semanas después)
— Vaya pasada — dijo Kate con los brazos cruzados
— ¿Cómo lo habrá conseguido este enano? — dijo Jason en un tono con algo de broma. Paso la mano por mi brazo y se apoyó en mi mientras se reía, me incomodó un poco
Principalmente solo salí para enseñarle mi coche nuevo a Kate, pero al final, vinieron todos
— Ahorrando, Jason. Ahorrando. Cosa que tú no sabes hacer — dijo Stacy
— Anda, mujer, que mala imagen tienes de mi — dijo Jason — Además, el enano ese gana más que yo
Ethan abrió las puertas con una patada (ya daba por hecho que estaba del todo borracho) y me pego una palmadita en la espalda
— ¿De quién es este coche? ¿De Kate?...¿De Stacy?...¿Jason?... — dijo Ethan. Después de dio cuenta que las miradas señalaban a mí — ¡Oh! ¡Del pequeño Jonathan! — frotó mi espalda con bastante brusquedad — ¿Me dejarás conducir este trasto algún día? ¿A que si, Jon? — preguntó, pero no respondí
— Conociéndote, lo habrás roto el primer día — dijo Stacy - te recomiendo que no se lo dejes — se rieron ella, Jason y Kate. Pero honestamente, tampoco tenía pensado dejárselo conducir, no me lo devolvería
— Vamos a ver, así no ayudáis — dijo Ethan, que me volvió a dar otra palmada en la espalda y se fue a inspeccionar mi coche, por fin dejaba a mi espalda tranquila
— ¿De donde has sacado este dinero, pequeñajo? — preguntó Ethan mientras que miraba por el cristal del coche, haciendo la misma pregunta que Jason — Habrá pedido limosna por lo de su cabeza — Jasón y él se rieron
— He estado ahorrando — respondí. No he gastado mucho desde... - que me abandonaron mis padres — y con el sueldo de trabajar en el cine me daba suficiente para comprármelo
— Bah, tampoco es gran coche — dijo Ethan, que de repente cambió de opinión, y se rió
— A ti lo que te pasa es la envidia cariño — dijo Kate
— Si, claro, si mi coche sigue siendo el mejor — respondió Ethan y volvieron a dentro los demás, menos Kate
- No le hagas ni caso, no se calla - me dijo Kate riéndose, yo hice lo mismo. Después, procedió a sacar su móvil y llamar a un taxi
— ¿Te vas? — pregunté
— Si, ¿tú también? — preguntó
— Si — respondí — ¿Quieres que te lleve? — pregunté. No iba a hacerla pagar un taxi cuando la podía llevar yo mismo
— ¿Y si conduzco yo tu coche? — preguntó
— Como quieras — me reí
— No te rías, es una pasada de coche, quiero conducirlo — añadió Kate
Kate tuvo que ir hasta la carretera para montarse en el sitio del conductor, yo me monté a su lado
— ¿Te gusta? — pregunté
— Sí, pero si fuera color rojo sería más bonito — respondió. El coche era negro
— Oye, no le pongas pegas, que me ha costado todo mi bolsillo — me reí
Fue hasta su casa primero, ya que estaba más cerca que la mía, y después se bajó del coche y conduje yo
No fui hasta mi casa, conduje hasta la casa en la que me hice la herida de la frente y la de la mano, fui a la casa en venta, con cristales rotos, y personas inconscientes dentro, fui a la casa en la que ella bajó de su ventana con un pañuelo y me lo puso en la frente
Aparqué en frente, no había muchos coches, había muchos huecos libres. Me bajé de este y me dirigí a la casa, con las luces apagadas, no creo que estuviera nadie dentro
Fui hacia la ventana, que ya estaba reparada. Escalé por los huecos de la madera prefabricada de su casa, como hice las dos ultimas veces que la vi en esta.
Apoyé mi brazo en la delgada baldosa que había antes de la ventana, y efectivamente, no había nadie, así que, me dejé caer y aterricé en el césped para volver a mi cocheMe sentía vacío e incompleto. Solo pedía encontrármela allí dentro. Solo quería saber algo de ella, como: Que tal estaba? ¿Cómo se encontraba? o más bien ¿Dónde estaba?. Ya había pasado un mes desde que la vi en el orfanato
Me dirigí hasta mi coche, solo, vulnerable, abandonado. Y finalmente, conduje agotado hacia mi casa, aún más sola que la anterior que visité
Tal vez aquí se acababa la historia.
Tal vez esto solo fue un cortometraje.
Tal vez fue un pasatiempo de unos días.
Tal vez fueron ilusiones posalcohol
Tal vez nunca existió nada
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La Sombra Que Esconde El Árbol
RomanceUna novela en la que dos personas pueden poseer el todo y a la vez la nada Para ellos son dos seres que se recomponen del peso de la vida cotidiana lo mejor que pueden, aún estén pasando por la posible peor época de su existencia Para ellos no es...