Capítulo 12 ~ La casa de piedra

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— No recuerdo haber cedido mi hectárea de mi finca a nadie — dije sentándome, esperando a que se percatase de mi presencia

— ¡Ostras! — dijo brincando del susto, mirándome sobresaltada. Por su espanto cerró el libro que sostenía — Eres bobo, ahora no recuerdo por qué página iba — volvió a mirar a su libro, ocupada y preocupada intentando encontrar la página mediante recuerdos de lo recientemente leído

— La 387 — dije señalando el libro con mi vista después de agachase, casi poniéndome de rodillas a su lado

— ¿Qué? — me miró perpleja

— Que ibas por la página 387 — dije en un tono relajado mientras me sentaba en la hierba, flexionando una de mis piernas y miré al cielo

Se mantuvo mirándome confusa después de abrir el libro y descubrir que estaba en lo cierto. Yo procedí a mirarla en cuanto me di cuenta de su expresión

— ¿Qué? ¿Te tengo que volver a repetir que soy un adivino? Mira, — dije con un tono interpretativo, poniéndome la capucha de mi sudadera — yo ahora cojo un libro... — dije cogiendo su libro y haciendo movimientos con las manos al rededor de este como si fuera una bola de cristal, formando una falsa expresión de concentración

— ¡Eh, mi libro! — se quejó en cuanto se lo quité de las manos, pero posteriormente no intentó arrebatármelo

— ... y el libro me muestra la página... — dije terminando mi frase anterior — por la que iba la señorita despistada que tengo a mi derecha

— ¡Pero serás idiota! — dijo cogiendo su libro tratando de no reírse y tener que soportar mi orgullosa cara de satisfacción

Hubo un silencio cómodo mientras que Grace metía su libro en su mochila y yo volvía a contemplar la belleza del paisaje

— Jon — llamó Grace mi atención algo seria, girando su cabeza hacia mí

— Adelante — dije con interés, sacando una sonrisa involuntaria a su cara. Grace apretó sus labios, conteniéndose esta y procedió a actuar más severa

— ¿Qué te ha pasado? Me dijiste que luego nos veríamos y no me has contestado a los mensajes... — posteriormente apareció una sonrisa de la nada — aunque sabiendo lo mucho que usas el móvil, era previsible que no leyeras los mensajes — dijo sarcástica, riéndose. Acompañé su risa con una sonrisa dolida

Saqué mi móvil y abrí nuestro chat. Bajé con mi pulgar todos los mensajes. Me sentí realmente mal, en los mensajes no hablaba de haberla dejado abandonada, solo se preocupaba por mí

— Pues... tengo bastantes guiones pendientes por aprender... y dentro de poco están los exámenes... — excusé — perdóname... — "¿por no sincerarme con ella? ¿Por dejarla tirada en el instituto ? ¿Por mantenerla realmente preocupada?" Grace apretó los labios y encogió las piernas, incómoda — por no avisarte... — rápidamente cambié el rumbo de la conversación — ¿Por qué te has quedado aquí? Se está haciendo tarde y mañana tienes clases — pregunté interesado

— Lo sé... pero me gusta estar aquí — dijo soltándose, sintiéndose libre cada vez más — Estoy cómoda, creo que voy empezando a comprender porqué elegiste este lugar... Me encanta lo grande que se ve el sol en los atardeceres, a veces me pregunto " ¿En serio, tan lejos está? ¿No será mentira? " — dijo contemplando al frente

La Sombra Que Esconde El Árbol Donde viven las historias. Descúbrelo ahora