— No recuerdo haber cedido mi hectárea de mi finca a nadie — dije sentándome, esperando a que se percatase de mi presencia— ¡Ostras! — dijo brincando del susto, mirándome sobresaltada. Por su espanto cerró el libro que sostenía — Eres bobo, ahora no recuerdo por qué página iba — volvió a mirar a su libro, ocupada y preocupada intentando encontrar la página mediante recuerdos de lo recientemente leído
— La 387 — dije señalando el libro con mi vista después de agachase, casi poniéndome de rodillas a su lado
— ¿Qué? — me miró perpleja
— Que ibas por la página 387 — dije en un tono relajado mientras me sentaba en la hierba, flexionando una de mis piernas y miré al cielo
Se mantuvo mirándome confusa después de abrir el libro y descubrir que estaba en lo cierto. Yo procedí a mirarla en cuanto me di cuenta de su expresión
— ¿Qué? ¿Te tengo que volver a repetir que soy un adivino? Mira, — dije con un tono interpretativo, poniéndome la capucha de mi sudadera — yo ahora cojo un libro... — dije cogiendo su libro y haciendo movimientos con las manos al rededor de este como si fuera una bola de cristal, formando una falsa expresión de concentración
— ¡Eh, mi libro! — se quejó en cuanto se lo quité de las manos, pero posteriormente no intentó arrebatármelo
— ... y el libro me muestra la página... — dije terminando mi frase anterior — por la que iba la señorita despistada que tengo a mi derecha
— ¡Pero serás idiota! — dijo cogiendo su libro tratando de no reírse y tener que soportar mi orgullosa cara de satisfacción
Hubo un silencio cómodo mientras que Grace metía su libro en su mochila y yo volvía a contemplar la belleza del paisaje
— Jon — llamó Grace mi atención algo seria, girando su cabeza hacia mí
— Adelante — dije con interés, sacando una sonrisa involuntaria a su cara. Grace apretó sus labios, conteniéndose esta y procedió a actuar más severa
— ¿Qué te ha pasado? Me dijiste que luego nos veríamos y no me has contestado a los mensajes... — posteriormente apareció una sonrisa de la nada — aunque sabiendo lo mucho que usas el móvil, era previsible que no leyeras los mensajes — dijo sarcástica, riéndose. Acompañé su risa con una sonrisa dolida
Saqué mi móvil y abrí nuestro chat. Bajé con mi pulgar todos los mensajes. Me sentí realmente mal, en los mensajes no hablaba de haberla dejado abandonada, solo se preocupaba por mí
— Pues... tengo bastantes guiones pendientes por aprender... y dentro de poco están los exámenes... — excusé — perdóname... — "¿por no sincerarme con ella? ¿Por dejarla tirada en el instituto ? ¿Por mantenerla realmente preocupada?" Grace apretó los labios y encogió las piernas, incómoda — por no avisarte... — rápidamente cambié el rumbo de la conversación — ¿Por qué te has quedado aquí? Se está haciendo tarde y mañana tienes clases — pregunté interesado
— Lo sé... pero me gusta estar aquí — dijo soltándose, sintiéndose libre cada vez más — Estoy cómoda, creo que voy empezando a comprender porqué elegiste este lugar... Me encanta lo grande que se ve el sol en los atardeceres, a veces me pregunto " ¿En serio, tan lejos está? ¿No será mentira? " — dijo contemplando al frente
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La Sombra Que Esconde El Árbol
RomanceUna novela en la que dos personas pueden poseer el todo y a la vez la nada Para ellos son dos seres que se recomponen del peso de la vida cotidiana lo mejor que pueden, aún estén pasando por la posible peor época de su existencia Para ellos no es...