Capítulo 22 ~ El final del comienzo (pt.1)

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¿Cómo se puede explicar a alguien que has tenido el mejor y el peor día de toda tu basura de vida? ¿Cómo se puede explicar que acabaste bañándote con esa persona en medio de la nada y cinco grados? A pesar de que hace unos días no le pude decir las cosas por las que vine a él, preparaos, porque aquí viene el final del comienzo de nuestra historia:

En ese momento maldije silenciosamente, había manchado la manga de mi camiseta de sangre. Todo por ser una persona que no era capaz de ocuparse de sus propios problemas ella solita

Hace unos pocos días volvieron a investigar a Donald, dudaban algo de él, algo que me alegraba bastante. Así, mis padres y tío podían estar en paz a pesar de su muerte, cosa no estarían si lo supieran

Pero Donald se había creado perfiles y había estado publicando mensajes incriminatorios y odiosos sobre mi tío y padres en las redes sociales, intentando que la población se manifestara y así no tener posibilidades de ir a la cárcel si decidían que era culpable

Cada mensaje que leía contaba como un bajón más, no dejaba en paz ni a nosotros ni a mi familia fallecida en su tumba

Y lo peor es que no sabía cómo responder a tanta basura, ya que me temblaban los dedos y se me hacía imposible escribir a semejante persona

El otro día recurrí a mi psicóloga. Me hizo sentir más segura y fuerte, pero cuando menos me lo esperé volvieron a llegar más y más mensajes y volví a recaer

También me dolía que Gigi tuviera que quedarse en casa por mí cuando podía salir con Connor y pasárselo mucho mejor que pendiente de mí. No se lo pedí nunca pero aún así tenía la culpa, porque había veces que no podía esconder mi llanto ante ella y sentía la necesidad de quedarse. Hoy la hice creer que estaba bien, porque no quería que se encerrase en casa con su prima para toda su vida cuando podía disfrutar. Ella había salido con Connor, Carl estaba a saber dónde y tía Miller estaba en el juzgado ocupándose de papeleo del juicio

Llevaba encerrada en mi habitación la mayor parte del día, quitando que salí para comer y hacer mis necesidades al baño

Recorrí escaleras abajo para llegar al servicio

Antes de limpiar la camiseta, me miré al espejo, tenía ojeras, los ojos, mofletes y la nariz irritada, no le di importancia.

Cogí un cepillo y con los brazos doloridos y rasgados, agua oxigenada y el chorro de agua del lavabo debajo de la prenda, froté este contra las manchas de sangre de la camiseta. Se fue quedando un color feo, entre marrón y amarillo, pero parecía se iba quitando, o esa era mi impresión


Jonathan Wade

Había intentado que me cogiera el teléfono mil veces, pero solo me respondía el contestador de voz

Llamé una, dos y tres veces al timbre de la casa, pero nadie abría la puerta, ni si quiera me contestaba. Y no me podía ir, en ese instante necesitaba compañía, su compañía

A través de una ventana de la primera planta del lado izquierdo de la casa salía una luz, el resto estaba oscura

Me acerqué al cristal y observé todos los detalles que contenía tal cuarto cuando me di cuenta de que la ventana estaba abierta

La abrí hacia arriba, despacio, y apoyé mis brazos cruzados en el marco de la ventana, esperando a que la chica que limpiaba una camiseta blanca en el interior se diese cuenta de mi presencia

Pero ella estaba demasiado concentrada en frotar la camiseta, se veía toda la ansiedad que contenía en su cara. Así que, cuando apoyó su cabeza en el lavabo, cansada, llamé su atención


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