Capítulo 6 ~ Amistades Químeras

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Estaba sola en la cafetería, aproveché y me tomé un cappuccino en aquel sitio

Recogí mi mochila y partí a ver a Gigi para averiguar el por qué no había acudido a clases, prefería visitarla presencialmente, era mi mejor amiga

Al llegar a su casa llamé al timbre que se encontraba a mi derecha, se abre entre medias la puerta con una mujer de mediana edad, morena y algo despeinada dentro, era su made

— Hola... ¿Está aquí Gigi? — dije algo tímida, no solía hablar ella

— Espera, ¿Quién eres? — estaba confusa, la había visto ya en alguna otra ocasión, no sé por qué no me reconocía

— Soy Grace, Grace Keller, la amiga de tu hija — me presenté, demasiado cordial creo

— Ah, ¡Claro!, mi más sentido pésame, enserio mi niña — en ese momento se atrevió a abrir la puerta del todo. Me estaba confundiendo, la señora Miller y yo nos conocíamos de toda la vida, de todas formas yo la dije lo mismo, había perdido a alguien importante

— ... lo mismo digo señora — dije con algo de tristeza y volví a formularla la pregunta, tal vez se la habría olvidado — perdona, ¿sabes dónde puede estar Gigi?

— Eh, ¡es verdad!... pero ¿no se ha ido a clases contigo? — ¿cómo que no estaba allí? ¿Se abría escapado? De todas formas la iba a tapar, no quería que discutiera con su madre al llegar a su casa

— Ah, si si, claro, se me había olvidado. Adiós y ¡perdón por las molestias! — lo dije yéndome rápidamente, no quería quedarme más por la vergüenza que acababa de pasar, además, ahora la madre de mi amiga tendría una imagen de mi súper olvidadiza

— No pasa nada mi niña — no lo oí muy bien, cuando lo dijo ya me había marchado de la puerta de su casa

Gigi Miller

Estaba en las afueras, en un lugar apartado de todo, se veía la ciudad al fondo y yo pisaba la carretera en ausencia de coches. El sábado me hizo querer pensar y a la vez despejarme

La brisa chocaba en mi cara apartándome mis rizos color oro

De vez en cuando echaba una calada a mi cigarrillo para hacerme olvidar

En este momento, me apetecía hacer lo que justamente ahora mismo estaba haciendo, mirar de pie al horizonte, sentir el viento...

Al rato, recibo una llamada por parte de Grace, pero decido no cogerla, sabía que iba a venir, pero me llama una segunda vez, una tercera, una cuarta y a la quinta ya se lo cogí solo para que me parara de molestar de una vez, era incansable y nunca se rendiría

— ¡Gigi, ¿se puede saber dónde estás?! — estaba histérica y a la vez preocupada

— No — una palabra expresaba todo lo que quería decir

— ¿Qué significa no? — lo dijo muy confusa y furiosa

— Que no a todo, que no quiero que vengas — se oían sus pasos mientras que lo decía, ¿a dónde iría?

— Gigi ¿qué te pasa? Me estás doliendo — se la escuchaba cada vez más preocupada, pero no me lo podía creer, ella se tendría que preocupar más que yo por el tema

— No me lo puedo creer ¿No te acuerdas? — era increíble esto

— ¿De qué me hablas Gigi? — parecía que estuviera a punto de empezar a llorar a mares, pero se contuvo

— El coche Grace, el coche ¿Qué te está pasand... — y entonces lo recordé, no podía hacerla esto, así que me calle y no añadí a la conversación nada más que pudiera herirla

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