Capítulo 13 ~ Dulces contratiempos

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Me asomé a la ventana de mi habitación nada más escuché un fuerte sonido fuera, me extrañaba, porque no había nada raro, no vi nada fuera de lo común, así que extrañada aparté me cabeza, pero al sacar la cabeza de mi ventana me fijé en el suelo de debajo de ella

Joder, joder, joder, no, no. Me preocupé mucho, bajé de la ventana de mi habitación (que estaba en el segundo piso) de un salto, a toda velocidad, quedando a su lado, al lado del chico que se encontraba tirado en el suelo con los profundos ojos azules




Jonathan Wade

Una hora o dos antes

Abrazaba a Kate, mi mejor amiga, ella me hacía lo mismo. Fácilmente se podía ver que se esforzaba por contener sus lágrimas a consecuencias de lo que al final ocurrió, su madre se murió a consecuencia del cáncer que contrajo hace poco tiempo, sin poderla dejarla asimilarlo, además su (o nuestro) trabajo (ser actriz), no le permitía quedarse en casa o faltar a trabajar como cualquier otro, porque había que seguir rodando
Al final de todo, ella en cámara era capaz de ocultar todo, pero cuando lo escondes tanto llega un momento en el que te sale solo el desahogarte, sin llamarlo, sin importar con quien o en dónde fuera

— ¿Quieres que me quede contigo? — pregunté

— No — dijo en ausencia de sentimientos

— La soledad no es buena en estos momentos Kate, déjame acompañarte, por lo menos eso — estaba preocupado por ella

— No quiero — dijo seria

— Venga Kate — insistí

— No, porque si te quedas, voy a querer más — eso fue lo último que me dijo, y se fue, no supe explicarlo, me quedé bastante atónito, ¿debía seguirla? Creía que si, pero se enfadaría conmigo y cuando Kate se enfada, no se reconcilia, la conozco demasiado

— ¡Kate! — cuando lo dije ya se había alejado lo suficiente para no escucharme casi

Seguidamente salí al exterior, yo solo, ya me iba a ir de allí, ya habíamos acabado por hoy y no iba a salir de bares con los demás, solo fue esa vez, que estaba muy perdido conmigo mismo en ese momento

Sin coche todavía, me marché de aquel lugar, anduve un tiempo hasta el mismo sitio de siempre, donde mi inspiración surgía en mi boli y este lo pasaba al papel mientras reposaba mi espalda en ese bonito arce

Al llegar al instituto, antes de pasar a la parte de atrás de este rodeándolo, me encuentro saliendo de este mismo sitio a ella, con unos cascos puestos, una sudadera negra y unos pantalones vaqueros

Silenciosamente, la seguí a unos pocos metros detrás de ella, tuve intención de llamarla, pero no lo hice, solo ande por dónde andaba ella, siguiendo exactamente sus pasos, cruzaba de una acera a otra, a la misma que ella y en el mismo momento que ella, y no sabía el por qué lo hacía, supongo que no tendría nada que hacer y no estaba cansado

De repente, la chica castaña se paró en una casa que pone en un cartel rojo "en venta", justo debajo de una ventana que estaba en el segundo piso de esta y escaló, que bien se le daba, seguramente ya tendría experiencia. Pasó las dos piernas a dentro de la ventana y la cerró, dejándome aquí fuera, solo

Escalé yo también por la pared de madera prefabricada, con el propósito de llamar a su ventana para que la abriese y pudiera pasar. Al final, llegué hasta arriba, o casi, porque cuando alcancé esta, no encontré ni un solo agarre ya que la cerró (fui demasiado tonto y no me di cuenta), entonces, me caí, no sé si me dolió más el golpe o que me haya visto en el suelo en sí

Se asomó a la ventana, y nada más que me vio, bajó de un salto. Yo estaba tumbado y dolorido en el suelo de césped con mi pierna izquierda flexionada, creo que me había preparado alguna en la cabeza, porque me dolía demasiado, me habría rozado contra la pared al caerme

Grace se agachó, me miró y me dijo:

— ¿Que hacías? — se puso histérica

— Escalar la torre de tu castillo — la respondí dolorido

— ¿Escalar o tirarte de un segundo piso? — vaciló

— Pues... iba con intención de hacer solo una de ellas, pero al final he preferido hacer las dos — bromeé, me miró y suspiró

Se hizo una coleta para apartar su pelo castaño de su cara rápidamente y cogió un pañuelo de un paquete de estos de su bolsillo, me levantó el pelo del lado derecho de la frente con su mano izquierda y con al derecha presionó este contra mi cabeza

Al estar más cerca de mi, a unos pocos centímetros, pude ver en ella sus ojeras, sus ojos castaños también estaban rojos, ¿qué la podría haber pasado?

— Por dios, Jon, te has hecho una brecha, un piso más y te abres la frente entera — estaba preocupada. Nunca nadie me había llamado Jon, me solían llamar por mi apellido (Wade), Jonathan o Jonny, pero el apodo de Jon no me disgustaba

— Lo suponía — respondí

— ¿Te duele? — preguntó inquieta

— Para nada — entendió mi sarcasmo

— Sujétalo, ahora vuelvo — mantuve el pañuelo manchado de sangre en mi frente con mi mano derecha, mientras que ella escalaba por la pared de su casa hacia la ventana por la que me caí

— ¿A dónde vas? — la dije intrigado

— A salvarte la vida — me dijo cuando introducía sus dos piernas en el cuarto de la ventana, me reí por lo bajo

Después de uno o dos minutos, volvió a salir de su ventana, con un bote de betadine en la mano derecha

— Quítate el pañuelo — la obedecí, lo guardé en mi mano derecha, la que acababa de reposar encima de mis abdominales

La miré fijamente mientras que abría el bote de betadine, después, me echo una pequeña cantidad en la cabeza, volvimos a estar a centímetros de distancia, después, solté un sonido de escozor.

Miró en su bolsillo y sacó su paquete de pañuelos, como no tenía más papeles, cogió mi mano, la abrió y sacó este que estaba en su interior y me lo colocó en la frente otra vez, aún manchado de sangre, pero no me importaba, ¿por qué me tendría que importar? Era mi propia sangre

Después de que Grace mantuviese un rato presionada la herida de mi frente, se echó a mi lado, pero sin pegarse a mi (algo que ahora mismo no sabía por qué, pero me apetecía) y con la cabeza boca arriba y las manos entrelazadas en su vientre, se quedó observando las estrellas, y yo, a ella

La Sombra Que Esconde El Árbol Donde viven las historias. Descúbrelo ahora