Jonathan Wade— Iré un poco más tarde que tú, quiero terminar algunas cosas — dije a Grace por el teléfono, hablándola con una sonrisa aunque ella no la viese.
— ¿Te veo en la salida? — preguntó Grace con ilusión
— Claro, quedamos en la entrada a la hora a la que sales de allí
— Suerte, a ver si te dan un buen día para hacer los exámenes
— Suerte a ti también, para tu primer día de este trimestre
Después de comer solo, anduve hasta el instituto hasta llegar al despacho del director para concretar la fecha de mis exámenes, que yo mismo me prepararía
El director se mostró serio ante mi presencia e intentó acordar un día acercado a los exámenes de los alumnos para poder irse antes de vacaciones, pero no le di tanta importancia como a todo lo que tenía que estudiar
Me repitió unas cuantas veces lo mala idea que era estudiar en casa, pero, él mismo sabía que si quería ser independiente tenía que ganarme la vida con algo. Y que mejor que algo que realmente me agradaba.
Más tarde lo entendí, cuando más alumnos, más dinero en su bolsillo
Por último, el director me dio la mano y me deseó suerte con los exámenes
Salí del despacho y entré en los servicios de esa misma planta. Allí me encontré con un grupo pequeño de dos chicos jóvenes de mi edad, que estaban aspirando droga por la nariz y fumándose unos cigarros
Yo me mantuve en mi mundo, como si no estuvieran.
Mientras me lavaba mis manos, el primer chico se acercó lentamente a mí. Le reconocí de inmediato y supe que si le daba atención ocurría lo que menos deseaba. Y por mucho que hubiéramos vivido juntos, sabía que tenía que estar alejado de él
— ¿Qué tal tu día? — me preguntó inesperadamente y poco interesado en algo más que su cigarro, pero me hice la idea de que era posible que solo fuese mi impresión. Al principio me mantuve sin habla y quedé confundido. Tenía un aspecto malo, se le entrecerraba los ojos
En ese momento, cuando creí que se había preocupado por mí bienestar, vi pasar toda nuestra vida; cuando nos reíamos, cuando nos enfadamos, cuando nos ayudamos... pero toda esa amistad se desvaneció al completo
— Pues... normal, supongo... ¿y el tuyo?
— Ahora está mejor, ¿y sabes por qué razón? — se preguntó a sí mismo mientras que buscaba algo en la mochila que tenía en la esquina del baño
Sacó un sobre pequeño con un polvo blanco. Justo ahí sentí un mal presentimiento sobre la situación. Supe que que me tenía que ir
— ¿No quieres? — preguntó llevándose su cigarro a la boca
— No, gracias — dije rápidamente, terminando de secarme las manos para salir cuanto antes del baño
— Es mierda de la buena. Por ser tú te la vendo a mitad de precio — dijo lanzándome la bolsa, como si me estuviera haciendo un favor
Al atrapar esta para que no llegara al suelo, la miré con detenimiento, pero mi responsabilidad y obligación de estar limpio en toda mi vida la rechazó
— No, lo siento — dije lanzándole la bolsa
— Vamos tío, sé que tienes dinero — dijo persuasivo acercándose a mí. Yo le di la espalda para marcharme del lugar — ¿No te gustaría probar algo nuevo? Vamos, yo sé que a ti te encantan estas cosas — dijo riéndose. Yo respiré hondo, me di la vuelta y le miré fijamente a los ojos
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La Sombra Que Esconde El Árbol
RomanceUna novela en la que dos personas pueden poseer el todo y a la vez la nada Para ellos son dos seres que se recomponen del peso de la vida cotidiana lo mejor que pueden, aún estén pasando por la posible peor época de su existencia Para ellos no es...