Capítulo 7 ~ Litost

35 9 1
                                    



*Litost*: estado espiritual tormentoso que sobreviene cuando uno se percata de su propia miseria

Grace Keller ~

No podía pensar en que hacía ni tampoco lo sabía, solo corría y corría sin parar hacia la dirección en la que me llevaban mis piernas

Me daba la luz del sol en la cara, quitándome algo de frío, pero aun así tenía la piel de gallina

Una lágrima salía de uno de mis ojos (en este caso el izquierdo), miles de imágenes se venían a mi mente, era como si me estuvieran apuñalando pero dejándome viva para que pueda sufrir más

El ligero viento y la velocidad a la que iba apartaban mis mechones de pelo castaño y las pequeñas lágrimas de mi cara hacia los lados

Todo lo que había olvidado venía a mi de nuevo y no quería, en ese momento prefería olvidar todo y no volver a saber de ello

Llegué al campo de detrás del instituto, el único lugar al que ahora necesitaba ir para despejarme, este sitio tenía todo cuanto quería en este momento, paz y tranquilidad

Cuando no tuve más energía para correr sobre la alta verde hierba y mis pensamientos pudieron conmigo, fui parando poco a poco, mis piernas no podían sujetarme más del dolor que me provocaba mi mente, así que me caí suavemente sin quererlo sobre el árbol con el verde tan llamativo y apoyé mi espalda en su rugoso, oscuro y grueso tronco, flexioné mis piernas haciendo que me encogiera y abracé a estas fuertemente

Mis ojos castaños se inundaban de lágrimas, se desbordaban y recorrían mis mejillas, dejándolas pegadas un rastro de agua salada. Estas llegaron después a mi barbilla y más tarde, cayeron a mis rodillas cubiertas por mi pantalón vaquero, la parte del cuerpo sobre la que descansaba mi cabeza, pero no tuve la necesidad de soltar ningún llanto de dolor, no era capaz, no podía ni tampoco quería, no me salía la voz

Todo iba demasiado rápido, a un ritmo que no era capaz de dominar, ni si quiera de controlar, no encontraba el freno a esto

Y de repente ocurrió, pensé todo lo que tenía que pensar y hubo un momento en el que mi mente se quedó en blanco, sin ningún pensamiento y así me quedé, con la mente en blanco y observando a la nada, sumergiéndome en mi mente, en todo lo que veía pasar dentro de ella


Recuerdos ~

Estaba yo, bastante más baja e inocente agarrando un chupa-chups de fresa y caminando por las calles de mi ciudad, agarrada de la mano de mi madre
Allí estaba también mi padre, mis tíos, una niña algo más mayor que yo (era su hija) y un amigo de mis padres

Habíamos estado todo el día juntos hablando y caminando, hacía mucho que nuestras familias no se veían, trabajaban mucho y no sacaban tiempo para quedar todos, pero ese día cogieron vacaciones

Nos sentamos en un bar un poco desgastado de un marrón oscuro, en la televisión pusieron un partido de soccer a todo volumen, muchas personas estaban atentas al partido (creo que ya se estaba acabando)

Ya era tarde, se veía el cielo por la ventana de este de un azul marino, no se podía ver las estrellas ya que cuando más al centro (donde estábamos), mas contaminación hay que tapa a estas, que pena, de pequeña me gustaban mucho

Me senté en una mesa cuadrada de color marrón pegada a la ventana, estaba cansada y un poco adormilada, así que reposé mi cabeza en mi mano, mi hombro hacía de punto de apoyo

Miré a la niña, que era unos centímetros más alta que yo, estaba sentada en la silla de en frente mía y ella hizo lo mismo sin decir nada, ella también estaba cansada, pero como era un Sábado nos dejaban quedarnos hasta más tarde y nuestro orgullo siempre ganaba al querer quedarnos más tiempo despiertas como la gente mayor, en este caso nos dejaron venir con ellos

Después de un rato sentada en la silla del bar, mis tíos agarraron de la mano a la niña y mis padres me hicieron lo mismo a mi, sus manos cubrían las mías al ser estas la mitad de grande que las suyas

Nos llevaron hasta el coche que se encontraba en los aparcamientos de en frente del bar para volver a casa, mis padres se montaron delante, mi tía a la izquierda, mi tío al medio y el amigo de mis padres a la derecha, la niña y yo nos quedamos atrás

Yo miraba por la ventana y veía todo el paisaje de los lados de la carretera alejarse rápidamente, sin poder observarlo del todo bien, los postes de luz de la carretera atravesaban mi ventana quedándose reflejada en mi cara una línea con esta luz amarilla

Tras unos cuantos bostezos por parte de la niña y mío, nos fuimos durmiendo encima de los hombros de la otra

                            *               *                *

Abrí los ojos por culpa de la niña que se encontraba a mi derecha, no paraba de gritar y sacudirme

Me dolía la cara, y mucho, me escocía

Unas personas desconocidas con unos trajes me sacaron del coche desde fuera, cuando pude observar bien lo que estaba delante de mi asiento, quedé horrorizada

Fuera del coche empecé a hiperventilar, cada vez más rápido que antes, llegó un momento en el que me caí al suelo, no llegué a romperme nada porque las personas del los trajes me sujetaron

                            *               *                *

Cuando desperté me encontraba en una camilla no muy cómoda, no me acordaba de nada, no sabía lo que había pasado hace unas horas, ya era de día

Tenía algo parecido a un bozal, que me aportaba aire y me lo quitaba cada determinados segundos. También unas vías muy largas que atravesaban mis brazos y unas vendas en mi frente, sentía que también me tapaban algo las cejas pero no llegaban a quitarme visión

La luz me deslumbraba, poco hacían las cortinas para taparme del sol, ya que no la cerraron bien

La sala en la que me encontraba era verde, solo recuerdo eso, de que era de un verde pastel que me parecía muy feo, que contenía una camilla con sábanas azules en la que estaba yo tumbada y estaba gente al rededor de está observándome mientras que escuchaban las palabras que le decía otro señor con un traje verde

— Desgarre de la frente, fractura en el brazo y pérdida de conocimiento, posiblemente haya llegado a alguna parte del cerebro, pero no está confirmado por ahora — dijo el señor

— Pero... ¿tendrá que ir a rehabilitación? — dijo una señora, se veía borroso, no reconocía a nadie

— No está claro, la avisaremos, pero por ahora no se podrá mover, se quedará unos días aquí — respondió el señor del traje verde

Cuando notan que ya estoy despierta, una chica vestida con otro traje verde y con algo que la cubría la cabeza me dijo dulcemente algo que ahora mismo no soy capaz de recordar, más tarde unos señores que ya era capaz de reconocer, mi madre y mi padre, me llevaron a casa

Mi padre solo se quedó unos minutos, a partir de ese momento venía a visitarnos algunas semanas para darme los buenos días y se iba

La Sombra Que Esconde El Árbol Donde viven las historias. Descúbrelo ahora