— ... y hace unos cuantos días me pegué con la pata de su mesa y, ostras... que cara tenía él. Total, que me preguntó para salir y todo de la nada. Y claro, como no iba a decir que si — dijo Gigi entusiasmada. No podía parar de hablar de él, ya estaba cansada de escucharla decir lo mismo a todas horas. Que si Connor no se qué, que si Connor no se cuanto— ¿Y el día anterior saliste, no? — me reí, porque sabía que ese día estaba de resaca. Pero si eso había hecho que conociera a más gente, estaba algo bien. Últimamente salía todas las semanas y no podía hacer nada para que no se escapase
— ¿Tú que crees? No hace falta que me lo preguntes, nos conocemos
Caminábamos por los pasillos del instituto el último día de clases. Se adentraban las deseadas y frías vacaciones de navidad. Había esperado esto desde que empezó el curso y los exámenes
De repente, el chico que me describió Gigi llegó hasta ella y la paso un brazo por los hombros, daba seguridad y control. Parecía ese tipo de chico que no tenía problema alguno, que caminaba feliz por la vida y sabía que todo le iba a salir bien
Gigi daba la impresión de que se la salía el corazón por la boca, estaba locamente enamorada de él. No se si ya tenían algo, pero se veía que eran el uno para el otro. Es lo que Gigi necesitaba, no a una pesada como yo
— ¿De que estabais hablando? — dijo el chico, alegre y confiado. Mirando embobado a Gigi
— Joder, Connor, me has asustado — dijo Gigi cogiendo aire — estábamos hablando de cómo casi me matas del susto — respondió a la pregunta de Connor
— ¿Tan pronto te vas? — pregunté a Gigi curiosa, aguantándome la risa, porque me miraba con una cara de "quiero salir de aquí" y a la vez de "quiero quedarme". Sabía que en cuanto estuviesen solos aprovecharían para irse lo más lejos lo antes posible
— Dirás, tan pronto nos vamos — dijo Connor, respondiendo por ella. Era un chico de tamaño mediano, castaño de pelo y ojos verdes con una mandíbula sobresaltada. Bastante atractivo físicamente
— No me deja en paz — me dijo Gigi, mientras que salíamos por la gran puerta principal
— Y lo bien que te lo pasas conmigo — dijo Connor riéndose. Gigi suspiró, a pesar de que sabía perfectamente que le encantaba
— Grace, hoy no viene Carl a recogernos, pero creo que por aquí pasa un autobús — dijo Gigi
— Da igual... que os lo paséis muy bien — dije con cara entretenida
Me despedí de Gigi con un fuerte abrazo y se fue de la mano de Connor. Se podía ver que se lo pasaban demasiado bien juntos, eso me hacía feliz, porque recordar como estaba hace unos meses por lo de nuestros padres no era muy agradable. Pero lo que no me hacía muy feliz era que todo el instituto me mirase por los pasillos como si fuera un extraterrestre o algo por el estilo
Distraída en mis pensamientos, me senté en un banco de metal del exterior del instituto, junto a un chico castaño de piel morena que no conocía pero sabía que estudiaba conmigo, esperando al autobús que llegaría a nuestra parada en una hora aproximadamente
Al cabo de unos segundos tuve la necesidad de aprovechar el tiempo y mirar las notas del trimestre que supuestamente habían envido al correo privado. Y al instante, una inmensa preocupación invadió toda mi mente, el dónde estaría mi móvil
Rebusqué en mis pantalones, en todos los bolsillos de mi mochila. Nada de nada, no encontraba lo que buscaba
Volví a rebuscar como una loca. Tenía que ser el último día de clases. Justo hoy mismoMi mente se llenó de tranquilidad cuando otro pensamiento al invadió. Dejé de buscar, al fin de al cabo, volvería pronto a casa y entraría en mi correo propio para descubrir cuáles eran mis calificaciones en cada materia del instituto. En conclusión: ahora mismo no necesitaba el móvil
Y esperé, esperé sentada tanto tiempo que no sentía los dedos de los pies a causa del maldito frío. Me encontraba encogida y sobretodo, congelada
— El autobús no va a venir — dijo el chico castaño al móvil oscuro pegado en su oreja, con una voz oscura. Di por hecho que estaba en llamada con alguien, porque podía escuchar una voz reducida. No pude evitar cotillear.
Estudié la afirmación del chico con gran detalle, porque no sabía cuánto tiempo había pasado desde que salí por la puerta del instituto, pero se me había hecho muy largo.
La aguda voz que salía del móvil casi no se escuchaba, pero si escuché atentamente al chico que estaba a mi lado, sin nada que hacer (aparte de esperar al autobús) — ¿Te viene bien? — después, la voz del móvil habló, seguidamente él contestó — vale, vale, adiós — observé disimuladamente como colgaba el teléfono. Seguidamente, me echó una ojeada - Deberías irte, no estoy muy seguro de que vaya a venir el autobús - me dijo con un tono amable y serio
— Ah, gracias por avisar, pero creo que esperaré — dije sorprendida, no creía que me fuese a hablar, a pesar de que en teoría, debería estar acostumbrada después de estas últimas semanas. Así que me quedé sentada mientras él se levantaba y miraba a la carretera. Unos minutos después, un coche conducido por una mujer más mayor que yo se acercaba al banco de la parada del autobús, al que después este chico se montó
Pasó un periodo de tiempo más, hasta que se vacío el lugar e impaciente por llegar a la casa de mi tía, decidí levantarme del asiento e irme yo sola al lugar. Un agobio, porque en coche había menos distancia y por lo tanto, andando se tardaba una gran cantidad de tiempo
Salí de la parada de bus y encontré a ese rubio de los profundos ojos azules detrás del cartel metálico de promoción de esta, que se encontraba a mi derecha. El rubio sostenía unas hojas de papel escritas y un bolígrafo mientras que miraba a lo largo pensativo
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La Sombra Que Esconde El Árbol
RomanceUna novela en la que dos personas pueden poseer el todo y a la vez la nada Para ellos son dos seres que se recomponen del peso de la vida cotidiana lo mejor que pueden, aún estén pasando por la posible peor época de su existencia Para ellos no es...