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Pasco permaneció cerca del alemán después de salir del hospital, al parecer se encontraba bien, aun si necesitaba guardar reposo. Felizmente no había tenido quemaduras mayores, ya que no estuvo cerca del incendio. En ese tiempo que estuvo con él, pudo relajarse un poco tanto que empezaba a creer que no era una amenaza. Tal vez si fuera otra ocasión o tiempo hubiera entablado una amistad más rápidamente, ahora no era el caso era mejor estar en guardia. Aunque si lo pensabas era poco probable que hiciera algo, si bien era un State no podría él solo con las fuerzas militares. 

- Me gusta este lugar - dijo mientras miraba por la ventana - pero me gusta más verte a ti - le sonrió mientras volteaba a verlo. Él se sonrojó y bajo la mirada, realmente el panorama al mar era encantadora, Lima les había dejado quedarse en uno de los departamentos de Miraflores. ¿Cómo había terminado así? Un día estaba en su hogar rodeado de montaña y ahora frente al océano pacífico. Desde que se había enterado de que se quedaría con él, el mayor había cambiado completamente había empezado a observarlo más, se preguntaba si tenía un agujero en la cabeza por la intensa mirada de este. Además su comportamiento también había cambiado, era más descarado. ¿Por qué sentía que había sido entregado en bandeja de oro a un depredador?

- Prepararé algo para comer - necesitaba distraerse y la cocina sonaba como una buena idea. 

- Me encantaría probar algo de tu gastronomía - tomo su mano sin darse cuenta, ¿Cuándo se había acercado tanto?

- So ... Solo me demoraré un momento - intento alejarse, pero el germano afirmo el agarre y lo atrajo hacia él. Soltó un grito ante la sorpresa de lo que acababa de pasar. El abrazo fue algo incómodo para el menor, más cuando sentía la respiración del contrario contra su cuello - Be ... Berlín - lo llamo - ¿Pasa algo?  

Lo soltó poco después - Perdón - respondió mientras era liberado del agarre de esos fuertes brazos - no pude resistirme - ¿Por qué sentía que su mirada lo hipnotizaba? Su corazón latía ferozmente.

- Está bien - dijo tímidamente, eso pareció encantar al alemán. Volví a tomar su camino hacia la cocina, necesitaba distraerse pensó. Sin embargo mientras más lo intentaba sus pensamientos se dirigían a una cosa o mejor dicho a una persona. ¿Por qué tenía que ser tan guapo? Reprocho. Su mirada azulada y su cuerpo fornido no eran nada bueno para su cordura. Mientras divagaba en sus pensamientos no supo cuando acabo, en sus manos estaban dos platos y caminaba al comedor. Donde el mayor ya había puesto los cubiertos.

Berlín tomó la comida de sus manos y la colocó sobre la mesa - gracias - declaró mientras retiraba él haciendo para el menor. Cuando estuvo en su lugar, le dio un tierno beso en la mejilla y fue a tomar su posición frente a Pasco. La cena fue tranquila y sin complicaciones, fue a revisar la habitación donde se quedaría. Grande fue su sorpresa cuando solo pudo encontrar un cuarto con una sola cama, ¿qué demonios pensaba Lima cuando les dio de departamento?, pensó. Bien, le tocaría dormir en el sofá de la sala. Estaba a punto de salir cuando vio a su invitado entrar - Supongo que dormirás aquí - mencionó tranquilamente.

- No, dormiré afuera - las palabras salieron rápido de su boca - Por favor, eres nuestro invitado quédate con el cuarto. 

- No me gustaría seguir aprovechando su hospitalidad, así que, ¿qué te parece si compartimos la cama?, para mí no es un gran problema - ofreció - Tu hermana debió de estar muy ocupada y se confundió cuando nos dio el departamento con una sola alcoba, sé lo estresante que es ser una capital y no quisiera seguir molestándola - El menor se quedó pensativo un momento, bueno no pasaría nada malo. Además sería incómodo dormir en el sillón. 

- De acuerdo, pero será únicamente por esta noche - respondió -  Mañana arreglaré esto - Berlín sonrió de medio lado, si bien no tenía poder en ese lugar no era problema arreglar ciertas cosas con un poco de dinero y eso era algo que él tenía, claro cosa que su líder no sabría. Algo había aprendido después de la primera gran guerra y era que cuando todo terminara, necesitaría fondos para la reconstrucción del país. En fin, esa noche aprovecharía para estar junto a quien había robado su corazón.

Secretos de un pasado tormentosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora