🙞 ⅩⅩⅦ 🙝

158 25 5
                                    

La nieve caía ferozmente, una tormenta se acercaba, Rusia miraba desde una de las ventanas como los soldados se movilizaban de un lado hacia el otro. Las tropas de América estaban ocupados empacando los suficientes suministros y municiones. Su viaje estaba destinado para dentro de unos días, una gran movilización de tropas hacia tierras inglesas. Un gran ataque se aproximaba hacia el enemigo. El niño miró con ojos sombríos el panorama, sabía lo importante que iba a hacer aquel conflicto. En su mente se formulaba el transcurso de la batalla, había sido instruido en estrategia militar desde muy pequeño, por lo cual podía estar seguro de que esté seria un gran golpe al contrario. Miro su mano, ¿él tendría algún día ese poder?.

- Rusia - escucho que lo llamaban, volteo para encontrarse con un par de ojos café - ¿Qué haces chamaco? Tu padre esta que pregunta por ti - Empezaban a regañarlo - La última vez que te escapaste, casi me matan - Le gritaron. 

- Señor México - susurro mientras acomodaba sus mangas tratando de cubrir sus heridas - Lo siento - se disculpó cuando tuvo al latino frente a él.

Suspiro resignado - ¿Sabes cuanto tiempo te he estado buscando? - menciono mientras tenía un tic de enojo. El menor volvió a disculparse mientras ponía ojos de cachorro, sabía que con eso podía hacer que el tricolor dejara de estar molesto. El mayor lo miro por un instante y dejo caer su cabeza - Ese truco no volverá a funcionarte - advirtió - ¿Donde estabas?

- Estaba buscando - dijo mientras metía su mano en uno de sus bolsillos. El latino cada vez pasaba menos tiempo con él. Ya no era como antes que lo dejaba volar con él, ahora estaba más ocupado tanto que ya no lo tomaba en cuenta. Eso no le gustaba, mucho menos el saber que era a causa de su padre. Pues este acaparaba todos los momentos del mexicano. Acaricio levemente el objeto antes de sacarlo. Ella había dicho que si le mostraba eso tendría toda la atención que quería de México por un largo tiempo. Aunque no estaba seguro de si funcionaria ¿Como aquella cosa sería tan importante para el señor México? Pero, a pesar de eso, sentía que podía confiar en lo que ella le había dicho. Ahora que lo pensaba, frunció el ceño un poco desconcertado, no sabía su nombre.

- ¿Que es? - pregunto curioso el ojimarón. 

Eso hizo reaccionar a Rusia quien le extendió lo que estaba guardando - Me dijeron que es un fruto de su nación - Depósito el fruto verde en la mano del latino. Los ojos de este se iluminaron ante la aparición de aquel objeto - ¿Como se llamaba? - Trato de recordar el pequeño - Pa ... Palta, así me dijeron que se llamaba - dijo un poco emociono el menor. 

La cara de emoción del mexicano se deformó a una de enojo - ¡¿Qué dijiste?! - gritó. El grito asustó tanto a Rusia que en sus ojos empezaron a formarse lágrimas, al verlo México entro en pánico. Nunca antes le había gritado ante el niño - ¡Ay, no! No llores - dijo desesperadamente. URSS lo asesinaría si se enteraba de esto, de tan solo pensarlo su cuerpo tembló.

- No te gusto - menciono el pequeño mientras las lágrimas caían de sus orbes azules.

- Claro, que me gusto - Trato de hacerle entender al ruso - Me encanto - Pero el pequeño negaba con la cabeza, no quería aceptar sus palabras - Por favor, no llores - menciono mientras limpiaba las lágrimas del pequeño con sus manos. - Haré cualquier cosa, pero deja de llorar - propuso, pues no se le había ocurrido nada más.

Al escuchar eso, dejo de llorar. Sonrió para sus adentros - Pasarás más tiempo conmigo - dijo firme. México asintió mientras lo cargaba, había logrado su objetivo. 

- Esto - le mostró el fruto al niño - Se llama Aguacate - A lo que el niño asintió - Luego me dirás de donde sacaste esto, primero tenemos que ir con de tu padre - En su cabeza solo había una pregunta. ¿Quien le había dicho sobre el fruto? Arrugo la frente, sus hermanos no podían esta ahí ¿no?, debía de haber otra explicación, extendió sus alas y alzo vuelo.

╰⊱♥⊱╮ღ꧁꧂ღ╭⊱♥≺╯

El grito de México se escuchó en toda la base, Perú que estaba empacando sus maletas en ese momento no pudo evitar soltar una carcajada. Daría todo por haber podido ver la expresión de su hermano, siempre era divertido molestarlo. No podía parar de reír, esa era una discusión que nunca acabaría. Seco con sus lágrimas con sus dedos, lástima hermano, pero llegué primero, pensó. Por otro lado, Rusia no le diría como obtuvo el fruto o quien se lo dio. Era un niño muy inteligente, pero aún tenía mucho que aprender. Una de esas cosas era ser un poco más curioso con su entorno, ella volvió a sonreír. El pequeño ni siquiera le había preguntado su nombre. Por lo que todo estaría bien. No lo encontrarían, a pesar de que México exigiera una revisión exhaustiva.

Volvió su mirada hacia su maleta y suspiro, era momento de volver. Reich había ordenado que no pasara tanto tiempo en el bando enemigo, por lo que ahora tenía que obtener información mucho más rápida y con ello tenía que ser más veloz con las falsificaciones. Finalmente, cogió lo último que le faltaba. Un sobre que contenía aquel documento. Lo deposito con delicadeza encima de sus ropas. 

- Francia - susurro. Si lograba mandar esa orden y nadie preguntara sobre la autenticidad de esta, muy pronto su amigo sería liberado. Tan solo tenía que esperar un poco más, estaba segura de que esa guerra no duraría mucho más. El traslado sería una parte importante así que tenía que ser lo más meticuloso que podía. No tenía que haber errores.

Al costado de aquel sobre se encontraba una imagen, una que sabía perfectamente de quienes eran, Alemania permanecía serio en esta. Su corazón no pudo evitar sentir dolor al recordarlo, pronto tendría que alejarse de él. Se quedaría completamente solo, se quebró su ser, no odia dejarlo así. No cuando era aún tan pequeño, pero ¿Que podía ser? Ella no se había presentado como un country sino como una humana. No podía hacer mucho en esa forma. ¿Que pasaría después de la guerra? ¿Que pasaría si perdiera Reich? Esas preguntas no la dejaban dormir por las noches. No cuando sabía que posiblemente ella sea la causante de tal derrota.

 No cuando sabía que posiblemente ella sea la causante de tal derrota

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Secretos de un pasado tormentosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora