🙞 𝐿𝐼 🙝

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El camino fue silencioso, ninguno de los tres pronuncios palabra alguna. Aun así, Lima no apartaba la vista del germano. Su intensa mirada reflejaba enojo, parecía que en cualquier momento lo golpearía. Por otro lado, Berlín parecía indiferente ante la actitud de su hija, solo observaba el paisaje tranquilamente. Aunque una de sus piernas se movía constantemente, lo que reflejaba lo ansioso que estaba. Cruzo los brazos, esa escena le hubiera parecido graciosa, pero como uno de sus wawas era el causante de la actitud de estos states, no podía estar tranquilo. Necesitaba ver a Pasco cuanto antes, el auto se detuvo ante Palacio de Gobierno. La primera en bajar fue la limeña, seguida de él y finalmente el alemán. Echo un vistazo a su alrededor, los humanos no parecían estar inquietos, más bien todo estaba más tranquilo de lo que recordaba. Como si fuera la calma antes de la tormenta. 

La ojicafe dirigía el camino, apretó los puños con fuerza trantando de tranquilizarse. Todos sus planes se había arruinado cuando el idiota de Berlín apareció. Había organizado todo para poder darle la noticia a su padre de forma tranquila y que lo pudiera tomar bien. Pensaba llevarlo a comer y luego ir con sus demás hermanos, distraerlo lo más que podían y al final decirle lo de Pasco. Incluso había organizado un segundo plan, por si el primero no salía bien o su padre se reusaba. Aunque era poco ortodoxo, el emborrazarlo y decírselo cuando, tal vez, no recordara nada mañana, había sido una opción. Hasta había preparado un discurso para decírselo, aun lo tenia en la cabeza: "Papá, quiero que sepas que tanto mies hermanos como yo siempre hemos tratado de dar lo mejor de nosotros, llegar a representar cada región que nos encomendaste. Yo al ser la mayor, siempre he visto por el bienestar de mis hermanos. Pero hay situaciones que no se pueden controlar, una de esas cosas son los sentimos, principalmente el de quien nos enamoramos. Pasco, aún es joven e inexperto, no sabe como son los demás states. Por lo que puede ser fácilmente influenciado. Además, hasta el momento no creíamos que podría ser posible que ..." Un discurso perfecto a su parecer. Habían llegado a la puerta principal. Tanto trabajo tirado a la basura, suspiro. Esperaba que los demás se hayan organizado para su llegada, claro evitarían que padre viera a Pasco bien llegando. No querían darle la noticia de golpe. Tanta preocupación la cansaba, froto ligeramente su cuello. Y volvió su mirada hacia el mayor, quien la miro serio. Estaba claro que sospechaba. Aunque él solía ser tranquilo, cuando se enojaba era una persona completamente diferente. 

Ingresaron calmadamente, Lima soltó un suspiro - Papá, hay algo que quiero decirte pri.... - No había terminado de hablar cuando se escuchó una puerta, abrirse de golpe seguido de un par de pasos apresurados.

- ¡No me importa lo que diga Lima! - se escuchó gritar - ¡Papá, tiene que saber esto lo antes posible y dejarme ir a buscar a ese bastardo! 

- Por favor, tienes que tranquilizarte - trataban de persuadirlo - No podemos decírselo así - Las voces poco a poco se hacían más claras 

- Hermana, no intervengas - se escuchó una nueva voz - Juro, que cortaré la cabeza de ese europeo - expreso con furia.

- Cuzco - Llamo La libertad - Por favor, di algo. 

- Lo siento, pero estoy de acuerdo con ellos - Menciono tranquilamente - He estado tranquilo, todo este tiempo por el bienestar de Pasco, pero ese alemán tiene que pagar las consecuencias de meterse con mi familia - hablo molesto. 

- ¡Pasco, vamos! - expreso casi en la locura - ¡Berlín tendrá su merecido! 

La conversación se escuchaba en toda la entrada, pues al no haber ningún ruido, sus voces se amplificaban. Lima sintió que las cosas no podían empeorar más, esto ya era el límite. Todo había sido desintegrado. Sintió un escalofrío recorrer su columna, no quería voltear, pues sentía el aura asesina de su padre. Esto era un desastre, pensó. 

Al cabo de unos minutos, cuatro pares de ojos se asomaron por una esquina, deteniéndose al tiempo que sus miradas se cruzaban. Todo el alborto que habían generado se detuvo, al ver a su padre en casa - Papá - dijo con asombro La Libertad. Quien se había quedado en blanco - Me ... Me alegro de que hayas ... Llegado bien - Trato a duras penas de saludar.

Vio como su padre avanzaba lentamente hasta donde ellos estaban. - La libertad, Cuzco, Junín y Piura, donde está Pasco - exigió molesto. 

- Papá, por favor, podemos hablar primero - trato de intervenir Lima.

Perú volteo aún más enojado, pues no tuvo respuesta y al voltear se topó con la figura de cierta persona - Tú - lo llamó. El pelirrojo no se inmutó ante la mirada asesina que recibía - Vienes conmigo - Ordeno. 

Los departamentos que habían llegado recién se habían percatado de la presencia del germano, Junín sintió que la sangre le hervía más al ver la figura del europeo - Papá - llamo - Este no puede acercarse a Pasco - dijo.

- Llévenme con Pasco - Volvió a repetir con la poca paciencia que le quedaba. 

Cuzco miró la escena enojado - Papá, está por aquí - menciono mientras empezaba a caminar. Sabía que prolongar la situación cada vez más sería aún peor. Su padre tenia un límite cuando exigía algo y no le hacían caso. Esto terminaría mal. 

Berlín vio como cuatro personas lo miraban amenazantemente, no le importo. Realmente no le importaba morir, si al menos podría ver a Pasco antes. Frunció el señor, pues la actitud de los States solo le decía que algo realmente grave le había pasado al pasqueño y le estaban echando la culpa de tal cosa a él. No había sido una mala elección ignorar la nota de Callao. Él definitivamente tenia que volver, para saber como estaba su pareja. Cuando vio que el country continuaba el camino, lo siguió de cerca sin decir palabra alguna. Al pasar cerca de los States uno de estos saco lo que parecía ser un cuchillo largo - No saldrás vivo de esto - amenazó. Pero este simplemente lo ignoro, nada más tenia que llegar hasta Pasco, lo demás no importaba.

Lima camino apresurada detrás de los hombres de su familia. Al pasar por el lado de sus hermanos se detuvo un momento - Piura, ¿de donde sacaste ese mache? - pregunto molesta - No puede llevar eso aquí - él simplemente le sonrió de medio lado - Hablaremos después de esto - les dijo a los cuatro ante de volver a perseguir a su padre.

 Al pasar por el lado de sus hermanos se detuvo un momento - Piura, ¿de donde sacaste ese mache? - pregunto molesta - No puede llevar eso aquí - él simplemente le sonrió de medio lado - Hablaremos después de esto - les dijo a los cuatro ante de vo...

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Nota 1: Lima y La libertad son las mayores de los hermanos. 

Nota 2: Piura obtuvo el machete de Cajamarca, quien siempre lleva unos entre su ropa(falda).

Nora 3: No se pueden ingresar armas a Palacio. 

Secretos de un pasado tormentosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora