La respuesta de Berlín no demoro en llegar, un simple nota diciendo que se debían encontrar en Múnich lo antes posible. Ella dobló el pedazo de papel y lo dejo sobre la mesita que estaba a su costado, al parecer su estancia en Asia sería más corta de lo que pensaba. Miro por la ventana contemplando los árboles de cerezo. Imperio Japones había ordenado agilizar todo lo necesario para su transporte, no la quería más en sus tierras. Bueno no lo culpaba, fue realmente divertido ver su cara desfigurarse de la rabia. Acaricio la cabeza de Japón que se encontraba dormido en su pecho, el pobre había pasado la mayor parte de la noche llorando. Le gustaría quedarse un poco más, no quería abandonar al niño. Suspiro recordando lo que había pasado poco antes de la llegada del nipón mayor.
Supo que Japón había decidido liberarla de la prisión de su padre, temiendo cambiar opinión si lo seguía reflexionando. Había ordenado a los militares llevársela a una base japonesa en el territorio de la filipina. Al menos así creía que ella podría estar a salvo por un tiempo. Poco sabia del plan de los Aliados y de que no la vería en muchos años.
Esa noche los soldados habían irrumpido en los aposentos de Filipinas, ella estuvo confundida por un momento. Si bien sabia que tenia que salir de ahí, no consideró que sería tan pronto. Ella había mirado a Japón, que estaba comandando a los hombres, con los ojos llenos de lágrimas. No puso resistencia al traslado, solo entendió su mano queriendo alcanzar al pequeño. Pero él se alejó, temía no querer separarse de ella si se abrazaban. El pequeño la miro serio, a pesar del dolor que sentía este no lloro. Caminaron a lo largo del palacio y hasta las puertas de este, donde esperaba un vehículo. El silencio fue sepulcral, nadie dijo nada hasta que llegaron el hangar.
Filipinas bajo primero seguida de varios soldados, el viento jugaba con sus cabellos. Japón y ella, Ilaya, bajaron poco después. El sonido del motor del avión inundaba el lugar, la peli azul volteo poco antes de ser llevada para abordar. Sabía que no quería irse así, pero era lo mejor. El dolor de abandonar al menor se reflejaba en sus ojos, pero no salieron palabra alguna de sus labios.
Ella ingresó al avión con el corazón roto - Philippines! / ¡Filipinas! - un grito rompió el silencio. Japón no había podido aguantar más y corrió hacia la asiática. Sus lágrimas no parecían querer parar de salir de sus orbes, él se aferró a ella como un niño a su madre - Philippines / Filipinas - volvió a llamarla.
Ella recibió con agonía al niño - Japan / Japón - le susurro mientras trataba de limpiar sus lágrimas - Baby / Bebe - lo nombro - I'll miss you a lot / Te voy a extrañar mucho - le dijo - Try to behave yourself and be a good boy. / Trata de portarte bien y sé un buen niño.
Él asintió con la cabeza - I love you / Te quiero - expreso con dolor - Love you very much / Te quiero mucho.
Ella se sorprendió un poco, en el tiempo que habían estado juntos, el pequeño nunca le había dicho tales palabras. Siempre se comportaba como un adulto, guardando sus emociones, ahora solo era un niño que sería abandonado. Sintió las ganas de quedarse, quería llevárselo, pero no podía - I love you too / Yo también te quiero - expreso mientras besaba su rostro.
- 主よ、離陸する時が来ました / Señor, es hora de despegar - interrumpió uno de los cadetes.
Japón lo miro de mala gana - もう少し待つ / Espera un momento más - exigió. Siguió aferrado a la peli azul sin querer soltarla. Llenándose de su calor y de su aroma, tratando de conservar lo más que podía su presencia. Se restregó en su pecho, aun con lágrimas en sus ojos.
Los hombres me miraron a Ilaya, como diciendo que ya no podían esperar más. Suspiro - 日本/ Japón - le llamo.
- もう少しお願いします / Por favor, solo un poco más - suplico.
- 不可能です / No es posible - le respondió - フライトを遅らせ続けることはできません / No podemos seguir retrasando el vuelo.
- Listen to what they tell you, baby / Haz caso a lo que te dicen, bebe - le dijo - Thanks / Gracias - murmullo mientras depositaba un último beso en sus mejillas. Los sollozos del niño rompían su corazón, pero era momento de partir. Se separó lentamente de él - I am happy to have met you. / Estoy feliz de haberte conocido.
- I am also happy to have met you / Yo también estoy feliz de conocerte - le respondió.
- わたしは、あなたを愛しています/ Te quiero - fue lo último que le dijo antes de ingresar al avión.
Ilaya camino hasta donde estaba el niño y lo ayudo a regresar. Ambos vieron como poco a poco la aeronave tomaba impulso para despegar. Fue doloroso incluso para ella ver aquella despedida. - あなたは彼女がたくさん欲しいことを知っています / Sabes ella que quiere mucho - le dijo - あなたが彼女を傷つけた人の息子であることを心配することなく、彼女があなたを愛していたことを忘れないでください/ Ten presente que a pesar de lo que vivió, ella te quiso sin importarle que fueras hijo de quien la lastimaba. - mencionó - 良い国、日本を作りましょう。それが彼女が望んでいたことです。/ Convierte en una buena nación, Japón, eso es lo que ella quisiera que fuera.
- Él limpió sus lágrimas con las mangas de su camisa - はい / Si - expreso con dolor.
La peli castaña cargo al pequeño que continuaba con los ojos acuosos para volver al palacio. La vida es cruel, no tiene compasión, con nadie. Filipinas le había dado cariño a un niño, esperaba que esto hubiera sido suficiente para que este pueda afrontar lo que el destino le tenia previsto.
Porque con pequeñas acciones puedes influenciar en gran medida a alguien. Porque el amor mucho más fuerte que el miedo. Porque todos quieren un futuro mejor.
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Secretos de un pasado tormentoso
Historical FictionUn alma pura se puede destruir de mil maneras. ¿Cuántas veces más tiene que pasar? - Podrías, por favor - con una mirada maternal en su rostro, ella pidió. - Claro - Desde hace cuanto que hacíamos esto, se preguntó mientras cambiaba su apariencia a...